Siempre hacia adelante

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Camden era quien recibía el correo de la casa Stilinski Hale, todas las mañanas él era el primero en revisar el buzón, sacar todo del interior y luego comenzar a repartir cada sobre a su respectivo dueño. Normalmente algunas cartas eran de Louis para Tony, porque ellos tenían esa extraña costumbre de quererse a la antigua, de enviarse cartas de amor, salir a bailar a salones, tomarse de la mano y llevar pulseras de pareja. Algunos sobres eran para Stiles o para Derek, aunque en su mayoría eran paquetes para Skandar, Svenie, Edward o Camden.

La primera vez que Camden hizo una compra en línea llamó a Jesper para que le enseñara como hacerlo, luego de esa larga lección, Derek comenzó a encontrarse con pequeños montos de compras en línea que hacía su pequeño cachorro.

Esa era la razón por la cual todos creían que Camden era quien revisaba primero el correo, porque esperaba sus paquetes. Nadie se detuvo a pensarlo dos veces hasta que un día Michael llegó a la casa Stilinski Hale cuando Camden estaba entregando el correo.

Julian II estaba haciendo pucheritos por no estar usando sus zapatitos de Bugs Bunny y el pequeño Leo estaba aferrado a los brazos de Mick mirando directamente al rostro de su papá como si fuera lo único que existiera en ese momento.

-Hola, Mick -Camden estaba sentado en la sala con una postal en sus manos.

-Hola, Cam -Mick se inclinó para besarle la coronilla cuando la vio. Era una postal de Rusia, un hermoso paisaje de acuerdo a la perfecta caligrafía con la que habían escrito el nombre de Camden y lo feliz que se sentía el remitente de poder estarle enviando esa postal -¿Quién te la mandó?

-Julian -Camden continuó mirando la postal -Llegó hoy -El niño sonrió tan amplio que por un momento su rostro parecía a punto de quebrarse -Sabía que iba a llegar hoy, Julian nunca pasa un mes sin enviarme una postal.

-¿De verdad? -Michael tragó duro. De pronto no pudo controlar sus gestos, la forma en la que su ceño se fue frunciendo poco a poco y el volumen de su voz bajó considerablemente.

-¡Sí! -Camden recuperó la postal y volvió a mirarla -Siempre lo hace, me dice dónde está y yo las guardo y le mando cartas a la misma dirección. Así hablamos. Julian es mi mejor amigo.

-Qué bonito -Michael intentó sonreír por su primo. Camden se veía realmente feliz, su corazoncito palpitaba un poco más rápido y sus labios no podían parar de sonreír.

Nunca antes en su vida había sentido envidia, pero en ese momento mientras veía a su primo acariciar una y otra vez las letras de la postal, su envidia aumentaba y también su tristeza. Durante un momento había creído que lo que él y Julian tenían era irremplazable, sin embargo, escuchar a su primo lo hizo darse cuenta que en realidad él no era nada más que otra persona común en la vida del vampiro. Camden, por otro lado, era la persona de Julian, Camden era su príncipe y no había manera de competir contra eso.

-Camden -El niño dejó de ver la postal para mirar a su primo -Nunca dejes de responderle las postales, nunca dejes de pensar en él, ni de acordarte de él. Julian te quiere como nunca nadie más lo va a hacer, así que cuando creas que has encontrado a alguien para ti, recuérdalo a él y recuerda todo lo que él sería capaz de hacer por ti.

-Yo quiero mucho a Julian -Camden asintió varias veces -Es genial, es mi mejor amigo y es un vampiro. Jamás podría olvidarme de él, ni siquiera si una bruja me pone un hechizo.

-Yo soy una bruja -Julian II se giró a verlo con el ceño fruncido y un tazón de cereal en sus manitas, porque él, igual que todos, siempre que llegaban a la casa Stilinski Hale lo primero que hacían era ir a ver que podían robar de la cocina.

¿QSMN? Segunda generaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora