Capítulo extra 1 Skenzie

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Eso de cambiar la manera en la que los demás te veían luego de hacerte novio del chico más guapo del instituto no funcionó para Kenzie Finstock. Él le dijo que sí a Skandar y al día siguiente volvió a clases con su mismo peinado y su mismo uniforme, siguió siendo el mismo niño de siempre, ese que se tenía que sentar hasta el frente de la case para poder ver correctamente y que llevaba comida preparada de su casa a modo de lonche.

-¿Por qué no le pones pollo en lugar de arroz? -Edward estaba sentado frente a él poniendo más aderezo a su hamburguesa -Tal vez por eso eres tan flaco.

-Le dijo el comal a la olla -Murmuró Kenzie mientras revolvía sus elotitos antes de agregarlos a su arroz.

Y esa era la conversación diaria, Edward se pedía algo grasoso en el comedor estudiantil y Kenzie sacaba la comida que su padre le había preparado para ese día, porque su estómago era frágil, muchas gracias, pero no, gracias.

Esa era su manera de vivir su vida, con más pretendientes o menos, en realidad no le importaba, porque tenía a Skandar, a su novio le gustaba acariciarle las muñecas, enterrar su rostro en el cuello de Kenzie, besarle las costillas y murmurarle sobre los labios lo mucho que le gustaba. Esa había sido su vida hasta que le operaron la vista y cuando volvió a abrir los ojos se dio cuenta que el rostro que él le había otorgado a su novio no le hacía justicia.

Skandar estaba de pie junto a su padre, tronándose los huesos de la mano izquierda con la derecha mientras esperaba su reacción. Kenzie lo miró y se dio cuenta de que ¡Joder! Realmente tenía al novio más guapo de todo Beacon Hills.

-Tienes una nariz muy bonita -Murmuró Kenzie cuando Skandar unió sus frentes, sin dejar de acariciarle la barbilla.

-No gracias a Eddie -Skandar le besó la frente -Eres precioso, Kenz.

Y luego volvieron a casa. Skandar le regaló demasiadas gafas para cubrir los ojos del sol, Kendall llegó con una maleta de ropa que su abuela le había enviado de Europa y que a él no le había quedado.

-A ti te va a venir bien -Kendall se había autoinvitado a su habitación y estaba sacando prenda por prenda para colgarla en el armario -Eres bajito y tienes los huesos pequeños.

-Gracias -Kenz estaba incómodo mirando toda esa ropa que seguramente no iba a usar y terminaría donando a la caridad en la siguiente recolecta que hiciera Jared.

Cada mañana se despertaba y lo primero que veía era el nuevo rostro de Kenzie Finstock sin lentes, más pálido y más sano. Hacía su cama, se duchaba, se colocaba el uniforme, desayunaba avena con su papá, guardaba su comida y luego subía a su auto esperando encontrarse con los gemelos en el camino por si tenía que detenerse a descansar un poco la vista. Conducir era mucho mejor cuando todavía usaba lentes, pero mejoraría, ya se lo habían dicho, unas cuantas semanas a que sus glóbulos oculares se acostumbraran y entonces tendría vista de águila.

El tiempo parecía pasar más despacio cuando lo miraban en los pasillos y murmuraban '¿No usaba lentes?' u otras cosas que le bajaban el autoestima aún más de lo que ya estaba.

Fue así durante semanas, hasta que alguien posteo las fotografías de una chica desnuda y nadie se acordó que el chico Finstock ya no usaba lentes y seguía teniendo al novio más guapo de todo Beacon Hills.

Una semana más tarde fue la fiesta de cumpleaños de Jesper y el chico le había exigido que fuera porque no iba a ser una fiesta de cumpleaños si no estaban todos sus amigos.

Fue entonces cuando tuvo que meterse a la zona de Kendall dentro de su armario para escoger que ponerse en esa fiesta.

-Creo que esa camisa amarilla se te ve bien -Su padre estaba recargado en la puerta -¿No tiene Skandar uno parecido?

¿QSMN? Segunda generaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora