Daniel conoció a Bruno antes de que Bruno lo conociera a él. Lo vio un día cuando fue a hacer el pedido para el pastel de cumpleaños de su padre por encargo de su papá. Normalmente Lipops era quien lo hacía, pero por azares del destino terminó enviándolo a él, al hijo que se olvidaba de cerrar la puerta del auto antes de acelerar, el que se olvidaba de cerrar la cortina antes de ducharse, ese que no aprendió a usar la cuchara hasta que fue estrictamente necesario. Le dio dinero, le dio las llaves del auto y casi le rogó porque volviera sano y salvo a casa. Daniel no le prometió nada porque no le gustaba hacer promesas que no sabía si podía cumplir, es algo que estaba en el código, él lo leyó una noche mientras todos correteaban en su forma lobo. Él simplemente se sentó en el tronco más cómodo, sostuvo su ardilla de peluche en sus brazos y leyó todo el código o por lo menos la primera página, sus ojos realmente pesaban mucho y no había dormido en cinco horas.
Así que esa tarde Dan entró por la puerta de los empleados porque él había trabajado ahí cuando todavía era bonito y gordito, lo ponían un trajecito a su medida y le daban una canasta para entregar cupones o dar los panecitos de la promoción. Fueron buenos días.
-Dan -Hazael le miró desde su mesa, el cabello escondido bajo una red, una clase de pluma con la que estaba haciendo diseños sobre un enorme pastel con forma de carruaje y una enorme sonrisa. -¿Qué haces aquí?
-No quise dar la vuelta -Dan tomó uno de los bollitos de colores antes de ir hacia él -Vengo a encargar el pastel de papá.
-Ya lo estábamos esperando -Jordan se acomodó las mangas de su filipina, era blanca y tenía bordado su nombre con letras rojas. Se veía muy guapo, si hubiera sido más joven o si hubiera estado soltero seguramente habría sido el tipo de Dan, pero era mucho mayor que él y Peter ya lo había tomado. La vida era una perra con sus sentimientos.
-Este año hemos decidido que va a ser una pelota -Dan se subió al banquito más cercano y comenzó a desenvolver el bollito. El color no era exactamente algo que hubiera comido cuando tenía cinco, pero ahora sabía que el color realmente no tenía sabor. -De lacrosse, con su nombre escrito en cursivas rojas -Dan dio la primera mordida. El sabor era tan bueno como esperaba, sus ojos se cerraron y emitió un gemidito de gusto.
Cuando abrió nuevamente los ojos lo vio. Un chico tres mesas más allá, oreja perforada, una línea de tatuajes en su brazo derecho que se alcanzaban a ver por el doblez de la manga, los pómulos más bonitos que había visto y una concentración que jamás había visto en nadie.
-¿Quién es él? -Hazael y Jordan voltearon a ver al chico con el mismo gesto. En eso parecían padre e hijo, los dos doblaban el cuello de la misma manera, arqueaban la ceja y apretaban los labios igual.
-Bruno -Hazael apagó el aparato en su mano -Bruno Daehler.
-Así que Declan si tiene hermanos -Dan se metió otro trocito de bollito a la boca -Iré a hablarle.
-Daniel -Jordan se giró a verlo con esa mirada tan ''papá'' que lo hizo volver a acomodarse en la silla -Estábamos hablando del pastel de Garrett.
-¿Sabes dónde le van a festejar? -Hazael nuevamente prendió la pluma -Quiero saber que ropa comprarme.
-Será en el restaurante -Dan movió los pies -donde trabaja Darío, lo adornaremos bonito y apagaremos las luces antes de que llegue para luego gritarle 'sorpresa'. -Dan apretó los labios cuando trozó otro pedazo de pan -Realmente quiero ir a hablarle.
-Ya lo harás cuando no esté trabajando -Jordan le sonrió -Sal por donde entraste y te pides un capuchino.
-¿Puedo llevarme otro bollito? -Jordan simplemente le hizo un movimiento con la cabeza y con eso Daniel supo que era su momento de salida.
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¿QSMN? Segunda generación
FanficJordan y Stiles ya tienen hijos ¿Cuál es la historia de sus hijos?