-Serán solo un par de días Evan, mientras termino de arreglar los papeles de la casa -pidió mi papá sentado sobre el sillón de la habitación de Evan.Él me había dado permiso para jugar en su teléfono un rato mientras yacía sentada sobre su cama, sin embargo no podía concentrarme del todo por estar escuchando su conversación con mi padre. Todo esto me frustraba más de lo que me hubiera gustado. Apenas hoy habíamos huido de la casa llevando con nosotros solo una mochila con ropa y una muñeca. En mis nueve años, nunca había vivido una situación tan estresante, además de lo que ya de por si me pasaba siempre que él llegaba.
-Sabes que no hay problemas, mi madre está de acuerdo con eso y para mi está bien -Evan colocó una mano sobre su hombro tratando de emitirle algo de tranquilidad.
-Lamento ponerte en esta situación. No es mi intención que tantas cosas se me salgan de las manos y...
Fue interrumpido, por un grito ensordecedor de la madre de Evan desde la cocina. Un grito de horror, que me caló hasta en los huesos, que provocó que mis entrañas se retorcieran de una forma enfermiza. Mis vellos se erizaron al ver como aquellos dos hombres que cuidaban de mí ahora corrían con prisa a ver qué sucedía con la mamá de Evan. Y yo me quedé en mi lugar, sintiendo un peso enorme entre los hombros, sabiendo que aquel sujeto de mis pesadillas me acechaba desde hacía unos meses, y ahora había irrumpido la tranquilidad del hogar de Evan para buscarme.
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Palabras mudas ©
RomanceA Josh no le importaba que Mallory fuera muda. Sus problemas de comunicación verbal parecían insignificantes al lado de las emociones que por primera vez experimentaba a su lado, cada vez que tomaba su mano. Algo que aprendió con ella, y que nunca p...