-¿Querías hablar conmigo? -preguntó Nathan mientras tomaba asiento a mi lado sobre el césped, exponiéndose a la suciedad del suelo
Asentí sin mirarlo, lo había traído hasta el Sinfín solo para contarle acerca de lo que ahora Josh y yo tratábamos de mantener como una relación seria. Probablemente no hubiera sentido tantas ganas de contarle nada si no fuera porque conocía a Lisa y sabía que ella se encargaría de decirle a todos en la preparatoria que ahora yo estaba saliendo con alguien.
-¿Ahora qué?
Evité por unos momentos mirarlo a los ojos, no conocía el poder que ellos provocaban en mí, no cuando se enojaba gestos enrojecían provocando varios gritos subidos de tono. Jugué con mis dedos sobre mi regazo a quitar el esmalte negro ya reseco de mis uñas.
Para mi aquel tema era íntimo e importante, Josh me importaba, y saber que yo también le importaba probablemente de la misma forma me hizo sentir completamente feliz y afortunada de tenerlo conmigo, solo que sabía que Nathan no lo tomaría de la misma forma, no cuando él mismo había confesado sentir celos del tiempo que ahora pasábamos juntos. Nathan me importaba, tanto que yo esperaba que él entendiera que mi novio me proporcionaba felicidad, felicidad de la cual él debería estar orgulloso.
Era un avance en mi vida, había roto las cadenas que año tras año había hecho de mi vida sin sentido y descolorida, su llegada lo había cambiado todo y ahora yo sentía que valía la pena cambiar de rutina solo mientras él estuviera allí para apoyarme.
-Vamos, saber que puedes decirme lo que quieras con confianza -me sonrió tratando de transmitirme seguridad al expresarme.
Y con los dedos temblando, hablé entre señas con mis manos y demás partes de mi cuerpo.
«Hay algo que debo decirte, algo que me sucedió ayer y nunca había experimentado»
Frunció su ceño, ya esta vez sintiendo confusión ante mis evidentes rodeos al expresar.
-Solo dilo.
Di un suspiro profundo tratando de regularizar los latidos acelerados de mi corazón y la opresión en mi pecho que me arrebataba la calma. Pensé en su reacción, y rogué al señor que no fuese tan grave como lo pensé que sería. Bueno, si mi mejor amigo, la persona que me había apoyado todos estos años estaba de acuerdo, todo entonces indicaría la perfección.
Tomé de mi bolsillo el papel que ya había escrito poco antes de salir de mi casa y se lo tendí para que pudiera leerlo, aún con la mano temblando lo dejé sobre su palma.
Sus ojos pasearon por el papel barriendo con la vista cada letra y palabra que en él había escrito, poco a poco su mirada se fue neutralizando, y aún mirando la nota entre sus dedos, solo mostró una expresión totalmente seria y sin ganas.
«Estoy en una relación con alguien» era lo que me había tomado el tiempo de escribir en aquel papel.
Esperé un par de segundos antes de que decidiera levantar la mirada y cruzar la suya con la mía. Sus ojos por primera vez en mucho tiempo desataban una guerra incontenible entre el enojo, aquel estallido de furia que amenazaba con hacer una rabieta allí mismo y la decepción, esa por la cual ahora una leve capa de lágrimas se acoplaba en sus párpados. La vena de su sien comenzó a palpitar con intensidad, y los vasos oculares resaltaban haciendo que sus ojos se vieran mucho más rojos que su rostro. Iba a estallar.
Se levantó de golpe y en un impulso infantil y sin sentido, pateó el tronco de un árbol que se encontraba cerca de nosotros. Mi corazón dio un brinco, y el miedo se apoderó de mi sistema. Me levanté llena de nervios y me acerqué para tirar de su brazo, el cual se sentía tenso bajo mi piel, y lo obligué a encararme.
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Palabras mudas ©
RomanceA Josh no le importaba que Mallory fuera muda. Sus problemas de comunicación verbal parecían insignificantes al lado de las emociones que por primera vez experimentaba a su lado, cada vez que tomaba su mano. Algo que aprendió con ella, y que nunca p...