Me desperté muy cansada como si me hubiese pasado un camión encima y casi ni recordaba nada de lo que habia pasado solo sabia que estaba en mi casa, de pronto recordé a Jorge y noté que no estaba a mi lado, así que creí que el resto era tan solo un simple sueño.
Me levanté de la cama y senti mis piernas doler de una manera muy fea, baje con cuidado y al llegar a la cocina sentí ruidos así que rápidamente di la vuelta y subí pero no llevaba ni dos escalones cuando me caí provocando un estruendo en la cocina y que la persona que se encontraba allí saliera a ver que había pasado cuando llego a la escalera pude sentir su perfume y por primera vez estuve tranquila.
-Tini, ¿Que te paso?- se agachó a mi lado me levanto en brazos y me coloco en el sofá.
-No... No se, yo bajaba y pensé que tu eras él y....- me gano el llanto.
-Mi pequeña niña no llores hermosa, tu siempre seras mi niña no ha pasado nada ya el esta en la cárcel ya colocaron la denuncia no estés más mal-me acariciaba la espalda me arrullaba como si fuera mi padre, cuando levante mi rostros quería besarlo pero el negó con la cabeza y me dio un beso en la frente.
-Gracias-vi que iba a interrumpir pero me adelanté - No déjame que te hable, de verdad te quiero dar las gracias porque si tu no llegas hubiese hecho cualquier locura sin pensar en mis hijos, perdón mi hija porque mi chiquito ya desde hace mucho que me espera en el cielo - el me miro con lagrimas en sus ojos y me abrazo ahi comprendi que el mundo no tenía sentido si el no estaba.
-Ahora pequeña ve a bañarte para comer e ir a buscar a los nenes-me susurro y luego se marchó.
Yo subí lo más contenta que podía era hermoso sentirme así me vestí bastante normal, tan solo un enterizo de Jean obvio corto y una chaqueta negra de cuero junto con unas converse y mi cabello lo deje suelto.
-Pero mira si llego la princesa más hermosa y natural, extrañaba verte sin maquillaje - me sirvió una taza con frutas y a su lado un café.
-Gracias Jorge, por todo-el negó con la cabeza y me dio un beso en la mejilla.
Sin duda alguna ese fue el mejor desayuno de mi vida o de lo que llevaba de vida, luego de tener ese desayuno tan agradable fuimos a buscar a los niños en casa de Jorge, oh se me olvidaba jorge se había encargado de subir mis cosas al auto...
Cuando llegamos entramos con cuidado de no despertar a nadie pero para nuestra sorpresa estaban todos en la cocina llenos de harina y por todos hablo de Daniel y los niños quienes al vernos corrieron pero ignoraron a Jorge y solo me saludaron a mi.
Luego de dos horas para limpiar la cocina por fin emprendimos camino a la casa de campo... En el camino los niños iban cantando junto a nosotros aproximadamente a las seis de la tarde llegamos a nuestro destino bajamos todo y nós acomodamos en cada habitación