28. Ayúdame.

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«Royce»

Le limpié el rostro a Geoffrey, Sofía fue a lavar los trastes por lo cual agarré al bebé y fui abrir la puerta. Jenny sonrió y me quitó a Geoffrey de los brazos.

- Eres la segunda persona que hace eso Jennifer. -gruñí. Ella se encogió de hombros y entró. Miré a Andrés.

- ¡Bienvenido a la vida de un padre!
-dijo y golpeó levemente mi espalda.

Cerré la puerta y me senté en uno de los sofás frente a ellos. Jennifer dejó de juguetear con el bebé y me miró sonriendo. No comprendí exactamente el porque de su sonrisa, en cambio sonreí al igual que ella.

- Es increíble todo esto Geoffrey. -miró al bebé y luego a mi-. Espero que estés siendo responsable.

Andrés rió entre dientes y luego le acarició la cabeza a Geoffrey, el niño rió y empezó aplaudir. Duarante el tiempo que e estado cuidando de él como un padre, muchas cosas cambiaron para mi. Ahora ese bebé es parte de mi familia y lo que más quiero es mantenerlo a salvo, cuidar de él y no alejarme, pero lamentablemente, tengo que estar viajando, por lo cual no podré cuidar tan bien de él como quiero.

Sonreí y asentí, Jenny volvió a sonreír y besó la frente del bebé.

- No vinieron para hablar de la gira ¿cierto Jenny? -Ella soltó una leve carcajada y Andrés se encogió de hombros.

- No. -Murmuró Jenny.

- Oh.

- Vine por Geoff. Tati está loca por verlo e igual yo, entonces pensé que deberías estar cansado, además Sofía tiene cosas que hacer y Vanessa y tu necesitan espacio. -dijo.

- De hecho ya Vanessa no vive aquí. -dije y Jennifer me miró confundida.

- ¿Qué pasó? -Preguntó Andrés.

- Ella no quería que adoptara a Geoffrey, entonces cuando llegamos de casa de mi madre tuvimos una pequeña discusión. -Suspiré. Jennifer se mordió los labios conteniendo una mueca-. Y decidimos darnos un tiempo, al menos para ella.

- ¿Aún no han sabido de Ashley? -me preguntó Jennifer. La miré y negué.

Forcé una sonrisa y me puse de pie. Subí a la habitación de Geoffrey con Jennifer detrás de mi y la ayudé a arreglar las cosas del bebé, bajamos y los acompañé hasta el auto.

- Trataré de traerlo después de las ocho, si tardo más es porque me lo quedaré a dormir. -susurró y subió al auto. Sonreí y los despedí con la mano.

(...)

Bajé del auto y entré al departamento de policías. Me detuve en la recepción y pregunté por el detective Álvarez, la chica muy emocionada me guió hasta la oficina de Álvarez.

Ella golpeó levemente la puerta y escuchamos desde adentro como Álvarez gritó un "Pasa". La chica abrió la puerta y me dio el paso, Álvarez sonrió al verme y se puso de pié. Estrechamos las manos y me senté frente a su escritorio.

- No me atrevería a preguntarte porque haz venido. -dijo y hizo una mueca.

- ¿No han sabido nada? -Le pregunté. El suspiró y negó.

Casada Con Una BESTIA  | EN EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora