38. Por el resto de nuestras vidas.

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- ¡Mira Geoff, es mamá! -Le dijo Shanelly al bebé, quien extendía sus pequeños brazos hacia Royce, éste no dudó en tomarlo entre sus brazos.

- Babá. -Balbuceó el pequeño.

Traté de contener las lágrimas pero era imposible, tenía a mi hijo frente a mi y éste ni me miraba. Pero la alegría era tan grande que no me importaba si mi hijo no me conocía, sólo quería abrazarlo, sentirlo, ver que está bien.

Royce me sonrió y besó la cabeza del bebé, éste rió y le acarició la cara a Royce:- Ella es mamá. -Le susurró Royce a mi hijo.

El pequeño me miró y avergonzado escondió su rostro en el pecho de Royce

- Hola. -Le Murmuré mientras le acariciaba el cabello. Las ganas de abrazarlo me carcomía por dentro, solo quería apretarlo contra mi pecho.- Eres hermoso. -Le susurré mientras continuaba acariciándole el cabello.

El pequeño me miró sonriendo y cubrió su rostro con sus pequeñas manos. Royce rió y me lo puso en las piernas, el niño me acarició suavemente las mejillas y rió ruidosamente.

- Te amo tanto, mi amor. -Le murmuré mientras lo aferraba a mi pecho.

(...)

Habíamos ido al departamento de policías para dar mis declaraciones acerca de lo que había ocurrido. Según el detective Álvarez dentro de unos días darían con el paradero de Raúl y Vanessa, y que mitras más rápido dieran con sus paraderos, más pronto sería el juicio. También que al día siguiente me enviarían policías para la vigilancia de la casa hasta que den con el paradero de Raúl.

Ya llevaba varios días en la casa de Royce, y éste no salía para nada, podía ver el miedo y la tristeza en sus ojos cada vez que encontraba su mirada. Yo también tenía miedo, pero el momento en que sentía sus brazos todo el miedo, la tristeza y el dolor se esfumaba. 

- ¿Necesitas algo? -Me preguntó Royce mientras me dejaba sobre el sofá de la sala. Le sonreí y negué con la cabeza.- ¿Por qué me miras así? -Me preguntó sonriendo.

- Porque te amo, porque te puedo abrazar y besar todo el tiempo que quiera, porque me encantas. -Le dije aguantando las lágrimas. 

Royce sonrió y se arrodilló frente a mi. Suspiró y entró su mano derecha entre los cojines del sofá y sacó una pequeña caja. Inmediatamente me imaginé que iba a pasar después y eso provocó que empezara a llorar.

- Se que no es la mejor forma de hacer esto, pero no podría aguantar un poco más con esto aquí en la casa -rió y negó para si mismo.- Pero quiero y tengo que hacerlo, porque tengo miedo a perderte nuevamente. Porque quiero pasar toda mi vida contigo.

Un nudo se formó en mi garganta y no podía quitar la mirada de él. Abrió la caja y dentro había un hermoso anillo, el cual él sacó de la caja y volvió a mirarme con una sonrisa en su rostro.

- ¿Aceptas casarte conmigo?

Sentía que el corazón se me iba ha salir del pecho y aunque traté de decirle que ''si'' no pude, las palabras se atragantaban en la garganta, solo pude asentir con la cabeza constantemente, el colocó el anillo en mi dedo y me besó como nunca.Sentía que volaba, sus manos se enterraron en mis caderas y sentía mi cuerpo arder y toda mi piel erizarse. No me quería separar de sus labios, de su cuerpo. Al fin estaba viviendo mi propio cuento de hadas. 

(...)

- Te amo. -Volvió a repetir mi oído.

- Yo más. -Le susurré mientras entrelazaba mis dedos con los de él.- ¿Puedes hablarme de Geoffrey?

- ¿De mi? ¡Claro! -Rió-. Soy muuuy guapo, amo a una chica llamada Ashley y acabo de hacer el amor con ella.

- No es de ti, es de mi hijo. -Le dije.

- Es la personita más tierna y cariñosa que he visto en toda mi vida. -Dijo mientras me daba la vuelta para quedar de frente.- Es muy inquieto, aunque no tenga los dos años es todo un hombrecito, ama a mi madre, pelea todo el tiempo con Sofia y sonríe hermoso. -Culminó con un beso en mis labios.

- ¿Crees que llegue a quererme? -Le pregunté. Royce sonrió y besó mi frente.

- ¡Claro! ¡Te amará! -Exclamó mientras me besa todo el rostro.- Pero no más que yo. -Susurro antes de volver a besarme.

- ¿Qué tanto me amas?

- Lo suficiente para el resto de nuestra vida.

- ¿Seguro? 

- Más que seguro. -Rió- ¿Y que tanto me amas?

- Solo que lo haré por siempre. -Le murmuré mientras le sobaba el cabello.

- Quiero tener un hijo contigo. -Susurró bastante bajo.

- Es demasiado pronto. -Le dije sorprendida.

Royce negó y acarició mis mejillas con suavidad.

- Para mi el tiempo no importa. -Murmuró.

- Para mi tampoco, pero no podemos precipitarnos. -Suspiré frustrada.- Las cosas no están hiendo bien ahora, todo lo que  ha pasado me ha dejado aturdida y no creo que sea conveniente que tenga un hijo en estas circunstancias. -Le dije tratando de asimilar todo.

- Está bien. -Suspiró.- Pero me lo debes.

- Te amo.

Casada Con Una BESTIA  | EN EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora