2.

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Royce inmediatamente apagó el auto y sin pensarlo dos veces bajó de éste. La mujer a quien estuvo a punto de atropellar se encontraba de rodillas con sus manos en su vientre.

— Oiga, ¿qué le pasa? —Le preguntó mientras se acercaba a ella. Ella levantó el rostro, encontrándose con los marrones ojos del castaño.

Royce se le acercó aún más y la ayudó a caminar hasta la acera. La chica aparentaba  unos veinte años y sus brazos tenían pequeños hematomas en proceso de curación.


— ¿Quieres que te lleve a un hospital?

— ¡Ashley!

Royce volteó a ver y aquel hombre que había llamado se acercaba a ellos con pasos relajados, como si estuviera intentando calmar la situación.

— No, no, no. —Susurró la chica mientras llevaba sus temblorosas manos a su cabeza. Estaba nerviosa e asustada.

Algo andaba mal y Royce no dudaven percatarse. Desvía su mirada a su auto. Y a su mente llegan ideas de que podría ser una trampa, dudoso vuelve a ver al hombre, y lo que hace unos segundos le parecía un hombre relajado, en ese momento mientras se acerca a ellos con extrema cautela y recelo, sus pasos parecen de una bestia a punto de cazar a su presa.

Royce voltea a ver a la chica al escucharla sollozar, entonces sus dudas se transforman en preocupación.

— ¿Estás corriendo de él? —Ella se sobresalta al escucharlo, pero a los segundos asiente impacientemente.

— Ayúdame. —La voz sale de entre sus labios como un pequeño e inaudible susurro.

Royce asiente y la guía con rapidez hasta su auto, la ayuda a subir y sin pensarlo mucho enciende el auto y comienza a conducir.

— Gra... Gracias y perdón por molestarte.—Se disculpa Ashley aún aturdida.

— No hay por qué, ¿quieres que te lleve a algún lugar en específico? — Ella asiente.

— Al parque por favor.

— ¿Por qué corrías de él? —Royce tras preguntarle la mira de soslayo y la nota incómoda

— Una discusión. —responde.

— ¿Pretendes que te crea? —Le pregunta incrédulo.

Ashley asiente.

— ¿Qué pasó realmente? Si no me dices iré a la policía.

— Es... Es que estoy embarazada. —Dice.— Y él esperaba que aborte y no pretendo hacerlo. Es mi hijo, es parte de mí y tiene derecho a la vida.

Royce no dice nada solo se inmuta a asentir, realmente no encuentra que más decirle ni preguntarle, por ende se mantiene callado durante el corto camino al parque. Al llegar al lugar, insiste en acompañarla hasta el centro.

— No me has dicho tu nombre. —Le dice Ashley mientras camina. Royce sonríe.

— Geoffrey. —Suelta sin pensarlo.— Mi nombre es Geoffrey.

Él sorprendido por la indiferencia de la chica ríe para sí mismo.

— ¿Segura que puedes quedarte aquí? ¿No quieres que te lleve a un lugar más seguro? —Se siente más preocupado de lo habitual, la razón exacta él no la sabe, todo de ella le pide a gritos que la ayude, que no está bien y que aquel hombre es el causante de su estado.

— Puedo quedarme aquí, alguien va a pasar por mí, muchas gracias de verdad, no sé cómo podría pagarte lo que has hecho. —Dice Ashley mirando sus pies.

— No es nada, incluso me quedaré hasta que llegue a quien esperas. —Le  dice tras sentarse en uno de los bancos.

Ashley lo mira nerviosa, realmente no tiene a nadie para que fuera por ella, en realidad no tiene ni la más mínima idea de que hará o que pasará después de haber desafiado a Raúl. Se mueve inquieta, él no puede quedarse a esperar a alguien que no llegará.

— No, no te preocupes, todo va a estar bien. Aquí nadie me hará daño, hay policías por todos lados. —Intenta convencerlo de que se marche, pero él niega.

No logra entender como él es capaz de confiar en ella, ni siquiera la conoce, ¿cómo puede estar tan confiado?

— Es mejor que te vayas, perdón que te lo diga así pero ni siquiera nos conocemos, tú estás muy confiado, tal ni te pase por la cebeza que todo esto pueda ser una falsa y que solo quiera hacerte daño. —Insiste.

Él ríe y niega una vez más.

— No planeas nada.

— ¿Cómo puedes estar tan seguro?

— Porque si esos son tus planes no me lo dirías.

Ashley resignada suelta aire que ha estado conteniendo y termina sentándose al lado de él. Royce sonríe y voltea a mirarla. Con cuidado le quita las gafas y la bufanda, ella intenta impedirlo pero él ve lo que imaginaba. Su semblante cambia al ver su rostro y las marcas de su cuello.

— Yo sé exactamente que es lo que está pasando aquí Ashley, ¿ese es tu nombre? —Ella asientie.— Tú no esperas a nadie, nadie vendrá por ti, estás corriendo de ese hombre, y si te dejo aquí, sola, él te llevará con el, ¿no es así?

Ashley no contesta y mira para otro lado. Royce lleva sus manos a la barbilla de ella e intenta que ésta lo mire.

— Vamos a mí casa, allá decides que harás, pero no puedo quedarme tranquilo sabiendo que estás por ahí sola y que ese hombre podría lastimarte.

— Tú no sabes nada. —Le dice mientras vulve a ponerse la bufanda y las gafas.— Aquí no pasa nada peligroso.

— No me mientas. Solo quédate por unas horas, luego te comunicas con alguien y decides que harás. —Le sugiere. Ashley no contesta, Royce se levanta y le tiende las manos.— Ven, por favor.

Casada Con Una BESTIA  | EN EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora