33. Incendio.

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Una nube de humo cubría una parte del cielo en la ciudad de México, nadie era capaz de acercarse, era horrible como el fuego salía por las ventanas y como se escuchaban algunos cristales explotar a causa del humo. La zona estaba restringida, las autoridades habían llegado pero los bomberos aún no hacían presencia. El detective ÁlVarez no paraba de dar vueltas de un lado a otro, estaba nervioso, había pasado meses en busca de aquella chica y si resultaba cierto que estaba en aquel edificio las posibilidades de que estuviera viva eran pocas. Había viajado desde Estados Unidos a la ciudad de México y nisiquiera sabía si realmente ella estaba ahí.

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Las calles estaban repletas de autos parados a causa del incendio. Eso no era buenas señales para Royce poder descansar, el día en México había sido demasiado agotador, desde el gran recibimiento en el aeropuerto, hasta las entrevistas para la promoción del concierto.

El chofer golpeó levemente el volante, cuando pudieron avanzar un poco más pudieron divisar el humo y las personas corriendo en esa dirección. La curiosidad se en encendió dentro de Royce. Mientras más avanzaban más se acercaban a la multitud que contemplaban aterrados en incendio, más deseo tenía Royce de saber que estaba pasando. Cuando la camioneta estuvo detenida por los policías que le indicaban al chofer como podía tomar un atajo. Entre las personas Royce reconoció a alguien, estaba seguro de que era el detective Álvarez, entonces supuso que algo no estaba bien y no dudo en bajar con prisa de la camioneta.

Se abrió espacio entre las personas y se acercó con prisa al detective Álvarez, éste al verlo se sorprendió.

- ¿Qué está pasando? -Le preguntó Royce. Álvarez permaneció en silencio y no fue capaz de mirarlo. Royce se tambaleó y miró a Álvarez a punto de explotar-. ¿Ella está ahí? ¿Ashley está ahí dentro?

De pronto el rostro de Royce se tornó rojo. Empezó a temblar por los nervios, se sentía impotente la chica que ama estaba dentro de un edificio en llamas y el no podía hacer nada.

- ¡¿POR QUÉ NO ENTRAN A BUSCARLA?! ¡VA HA MORIR! -Gritó. Las personas lo miraron perplejas, pero eso no le importaba.

Sin pensar en nada corrió y pasó por debajo e las cintas. Los policías trataron de detenerlo pero se les hacía imposible, la mayoría de ellos estaban conteniendo a las personas. Álvarez lo siguió y mientras le gritaba que se detuviera el hacia caso omiso a esas palabras. Cuando Álvarez quiso alcanzarlo era tarde ya el había entrado al edificio.

El fuego rodeaba gran parte del lugar, no se había expandido porque no había nada que se pudiera quemarse, sólo paredes. Royce escuchó a los bomberos desde adentro, sólo fue cuestión de segundos para que el humo le fuera afectando la respiración.

Sólo había una escalera y, estaba en llamas era imposible poder subirlas, él no dudó en arriesgarse y subirlas corriendo. El segundo piso estaba peor que el primero, habían pedazos de madera que caían del techo amenazando con caer en cualquier momento sobre él. Había un largo pasillo y al fondo una puerta entre abierta, pero al acercarse estaba vacía no había nadie. Estaba entrando en pánico ya las piernas le temblaban y casi no podía respirar, mientras abría las puertas trataba de cubrirse la cabeza para no golpearse. Cuando subió al tercer piso mientras  abría puerta por puerta el incendio aumentaba y el lugar se hacía cada vez más grande.

Forcejeó por abrir una de las puertas, pero estaba cerrada. Eso sólo significaba que ella estaba ahí, las fuerzas se le estaban agotando junto con el oxígeno y no tenía las fuerzas suficiente para derribar la puerta. Entonces escuchó una tos repetitivas veces del otro lado de la puerta.

- ¡¿ASHLEY?! ¡¿ESTÁS AHÍ?! ¡¿ASH... -La voz se le quebró y golpeó la puerta con fuerza. Trataba de derribar la puerta, trataba de sacarla de ahí, pero iba perdiendo las fuerzas y el aire también.

Sus pulmones se estaban llenando de humo. Volvió a golpear la puerta por cuarta vez pero esta no calló. Las lágrimas resbalaron por sus mejillas, no lo había logrado y se sentía más débil.

- ¡Ayúdame, ayúdame a sacarla de Aquí Dios mío! ¡Te lo ruego! ¡Por favor! -Murmuró mientras se alejaba de la puerta con los ojos cerrados.

Él no se había percatado, pero el fuego aumentó y las maderas caían detrás de él. Tomó impulso y a la cuarta patada la puerta calló al suelo, entre el humo pudo notar una silla al fondo de la habitación. Se escuchó un jadeo y él corrió, la chica estaba tirada en el suelo, rodeada de sangre.

- ¿Ashley? -Susurró mientras se acercaba. Ella no respondió puesto que había quedado inconciente-. Princesa. Oh por...

Al siguiente paso Royce tropezó y calló sobre pedazos de madres que habían en el suelo. Sintió un agudo dolor en el rostro y algo húmedo empezó a correr por su rostro. Cuando estuvo junto a Ashley no dudó en tratar de levantarla. Cuando la sostuvo con fuerza, salió de la habitación  y tratar de salir entre las llamas, pero algo explotó y tanto el techo como el suelo se quebraron.


Los policías detuvieron a Álvarez cuando estuvo a punto de entrar al edificio. Los bomberos llegaron y algunos de ellos entraron para luego volver a salir a causa del fuego, algunos se estaban preparando para entrar y poder sacar a Royce y quien creían ue estaba dentro.

Cuando se dispusieron a entrar se escuchó una explosión dentro del edificio y las llamas empezaron a salir desde el techo, el fuego empezó a salir por las ventanas y los pedazos de cristales se expandieron por el aire.

Los bomberos se organizaron para entrar, pero Álvarez sentía que sería en vano y que tal vez ambos debían estar muertos. Pero cuando los bomberos corrieron no se les hizo necesario cruzar la puerta, alguien había salido del edificio con alguien más en sus brazos. Álvarez corrió junto a los bomberos, Royce estaba sangrando, de su frente y sus pómulos salía sangre y, tenía la respiración pesada.

La chica que tenía en sus brazos estaba sin playera ya que la tenía amarrada a una de sus piernas, en su estómago tenía una herida de una bala. Los bomberos al verla se la arrebataron a Royce y corrieron a la ambulancia.

- ¿Hay alguien más adentro? -Le preguntó uno de los bomberos a Royce, el cual negó y calló desmayado al suelo.

- ¡Neceita oxígeno! ¡Ahora! -Le ordenó Álvarez a uno de los hombres. De pronto hubo otra explosión y parte de las paredes se rompieron y se desplomaron contra el suelo.

Casada Con Una BESTIA  | EN EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora