Casada Con Una BESTIA | EN EDICIÓN|

27. Decisión.

«Royce»

Volví a tocar el timbre por segunda vez, Geoffey se movió entre mis brazos y bostezó mientras parpadea constantemente. Shanelli abrió la puerta y sin pensarlo me arrancó al bebé.

- Hola precioso -le besó la frente.- ¿Dónde están sus cosas?

Sonreí y levanté el bolso del bebé para que lo viera. Ella asintió y se dio media vuelta.

- ¿Dónde está mamá?

- Salió a ver algo en el salón, no tarda en llegar. -respondió aún sin quitar los ojos del pequeño.

- Todavía es un bebé Nelly -le dije entre risas. Ella rió y se sentó en el sofá.- ¿Donde está Natha?

- No se -suspiró- ¿Ya saben algo de Ashley?

- Aún no. -sonrío.- Tiene sueño, se despertó a las seis y aún no ha dormido.

- Yo me encargo. -Dice y se pone de pie.- ¿A dónde vas?

- Voy por Vanessa al aeropuerto.

Shanelli asintió y tomó el bulto para subir las escaleras. Suspiré y salí para subir a mi auto.

Durante todo el camino al aeropuerto mi mente estaba en Ashley. Hace ya tres meses que desapareció, aunque los detectives dicen que puede estar secuestrada. Al llegar al aeropuerto bajé del auto. Busqué a Vanessa entre la multitud y caminé hasta ella.

- Mi amor -susurró y besó fugazmente mis labios.

- ¿Tienes tus maletas?

- No, le pedí a un chico que me las traiga están muy pesada. -Dice y me mira durante varios segundos- ¿no crees que tienes que contarme algo?

No digo nada y sólo asentí. Sus ojos están clavados en mi como si quisiera matarme, simplemente porque decidí adoptar a Geoffrey sin haberle dicho antes, en realidad ya no me importa lo que piense, en estos momentos no estoy para aguantar Sus caprichos.

- Royce -susurra ya dentro del auto. La miré y volví a poner toda mi atención en la carretera.- ¿Por qué no me llamaste antes de hacerlo?

- Estoy conduciendo Vanessa -murnuro.

- Bien.

(...)

Tomé a Geoffrey en mis brazos y besé la mejilla de mi madre. Shanelli gruñó y besó la frente del bebé, éste sonrió y tiró de un mechón de cabello de Nelly.

- Se cuidan cariño -dijo mi madre y besó mi frente y luego la de Geoffrey.

- Adiós campeón -gritó Nathaniel desde las escaleras. El pequeño alzó la cabeza y sonrió.

Vanessa se despidió de mi madre y Nelly para luego caminar detrás de mí. Abrí el auto con mi mano libre y acomodé a Geoffrey en el moisés. Vanessa subió al asiento del copiloto y luego subí yo. Unos 30 minutos después llegamot a casa y bajamos del auto. Tomé con cuidado al bebé ya dormido junto con su bolso y entré a la casa.

- Te espero aquí -susurró Vanessa y se sentó en el sofá aún molesta.

Dejé al pequeño en su cuna y bajé a la sala. Vanessa se puso de pié y se cruzó de brazos.