13. Mas que chantaje.

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-Royce

- ¿No crees que deberías ser menos protector con la embarazada? -me preguntó Vanessa sentada en la cama. La conozco y se que está celosa.

- ¿Te importa? -le pregunte cruzandome de brazos.

- No -contestó con burla.

- ¡Que bien! -reí.

- No te hagas el gracioso Royce... Soy tu novia y me debes respeto -me dijo celosa.

- Preocuparme por una mujer embarazada que no tiene a nadie ¿es faltarte al respeto Vanessa? -me sente junto a ella.

- Si tiene ¿Su esposo? ¿Su familia? -.

- No tiene familia y menos esposo -le dije- Además la quiero como si fuera mi hermana -sonreí.

- Eso no incluye que la trates como si fuera tu esposa y como si ese bebé fuera tuyo-dijo esta enojada.

-No quiero peliar contigo Vanessa.

- Eres tu quien me estas provocando.

- No, tú eres la que está buscando donde no hay.

- ¿Te estás escuchando Royce?

- Al menos que esté sordo -reí.

- ¿Sabes?

- ¿Qué?

- Hay veces que no te soporto.

No aguanté más y estallé en risas, es obvio que Vanessa está celosa, pero lo único que hace con eso es alejarnos más. Estoy confundido, no se que hacer con lo del matrimonio, Vanessa está convencida de que le pediré matrimonio y nos vamos a casar, pero al llegar Ashley e cambiado de opinión, las cosas ya no son como antes.

-Ashley

No paro de dar vueltas en la cama, es estresante no poder dormir, por lo oscuro que está supongo que son más de las tres.

Los pies me pesan al igual que los ojos, trato de cerrar los ojos pero no puedo, es incomodo, siento como si en mi estomago se está criando un monstruo.

Me impulsé hacia delante con esperanza de sentarme, tras varios intentos lo logré, me coloqué las pantuflas y salí de la habitación tratando de hacer el menor ruido posible. Bajé a la cocina, necesito beber algo, siento mi garganta seca.

Busqué en uno de los gabinetes un baso, abrí el refrigerador y tomé una de las jarras que contiene agua y vacíe un poco en el baso.

- Royce

Escuché unos pasos en el pasillo, me levanté con cautela de la cama, salí de la habitación y bajé a la cocina, me asusté al ver a Ashley algo mareada, corrí hasta ella y la sostuve de la cintura, ésta volteó a verme y se desmayó.

Me asusté ya que es la segunda vez que se desmaya, más me aterra sabiendo que está en riesgo. La cargué y caminé hasta la sala para recostarla en el sofá.

(...)

El doctor guardó sus cosas en su maletín, después de que Ashley se desmayó duró unos minnutos y me desespere y llamé al doctor, el cual llegó y Ashley aún no despertaba.

- ¿Qué tiene doctor? -le pregunté preocupado.

- Está bien -suspiró- Está cansada, está pasando por los meses más difíciles del embarazo, su cuerpo se cansa más y sus pies se alteran.

- Perdón por llamarle a éstas horas, me asusté mucho- le dije mientras lo encaminaba hasta la puerta.

- Para eso estamos.

- Gracias-susurré.

Éste asintió y se subió a su auto, presione el botón del portón para que éste saliera, al salir volví a presionar el mismismo botón y se cerró.

Corrí hasta donde estaba Ashley y la cargué, con cuidado subí las escaleras hasta su habitación y la dejé sobre su cama, la cubrí con las finas sábanas y salí.

- ¡Felicidades! -la voz de Vanssa me hizo sobresaltar.

- Vanessa- susurré entre dientes- Deja de hacer escándalos.

- ¡Te ganaste premio el héroe del año!- exclamó seria.

- Deja tus dramas para mañana ¿si? -le dije algo enojado.

Puede ver como sus ojos se aguaron, pero la ignoré, esas "lágrimas" no son más que chantajes. Entré a la habitación y me acosté en la cama, olvidándome por completo de Vanessa, unos minutos después ésta se acostó , no se si estaba llorando o que pero la escuché sollozar.

-Ashley

Pujé unas cuántas veces más un llanto me hizo sonreír, las gotas de sudor rodeaban mi frente y entre suspiros susurré el nombre de mis bebés, la puerta de la habitación se abrió, y Raúl tomó a uno de los bebés y seguido por el Royce y vanessa.

Traté de gritar, pero las palabras no salían de mi boca, entre jadeos di un leve chillido. El rostro de Vanessa expresaba burla y malisia.

Mis ojos se nublaron y todo se pueso negro.

*** ***

Desperté entre jadeos y sudor, con la respiración forzada, me senté y aún nerviosa, acaricié mi vientre, las lágrimas no tardaron en salir de mis ojos.

La simple idea de no tener a mis hijos conmigo me aterra. Me volví a recostar en la cama y cerré los ojos, quedándome completamente dormida.

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¡Hola!

Volví de nuevo.

Aquí un capítulo, espero que les guste y dejen sus comentarios y sus votos...

Besos ♥♡

Casada Con Una BESTIA  | EN EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora