Casada Con Una BESTIA | EN EDICIÓN|

8. ¿Quién demonios es Ashley?

-¿Esta bien señorita? - me preguntó Sofia.

No respondí , en ese momento no quería hablar con nadie. Traté de pararme pero mis piernas no me ayudaban, pero con la ayuda de Sofia logré hacerlo.

Entré a la casa seguida por Sofia, cuando llegué al living esta me miró preocupada.

- Lo mejor será llamar al joven Royce - dijo aún nerviosa y tomó el teléfono.

- ¡No! Royce no se debe enterar de lo que pasó hoy. - le dije con firmeza.

- Pero, ese hombre puede volver - sus ojos me miraban con preocupación y a la vez con miedo a lo que podría pasar.

- El no va ha volver. -Dije entre suspiros.

- ¿Cómo esta tan segura de eso? - preguntó y se cruzó de brazos.

- A ver, Sofia -Suspiré - Estoy muy cansada, quiero dormir y descansar.

Sofía asintió con la cabeza, luego susurró un casi inaudible "sí" y devolvió el teléfono a su lugar.

- Si Royce viene, no le diga lo que pasó, yo después se lo cuento -le dije ya con los ojos húmedos a punto de llorar otra vez.

Sofía asintió y simplemente me vió subir las escaleras. Me detuve un momento en la puerta frente a la habitación de Royce, dejé salir un suspiro, entré y tome mis cosas para devolverlas a la de huéspedes, las arreglé entre lágrimas y sollozos, luego me di un baño y me acosté mientras no paraba de llorar.

=Royce pov's

Luego de que Ashley se fue, entre destrozado a la casa, mi madre estaba en el living sentada y al mirarme se paro.

- ¿ Y Ashley?-me preguntó mi madre al verme volver solo.

- Se fue.

- ¿Cómo que se fue Royce?-me miró confundida.

- ¡No sé, la verdad no entiendo bien lo que acaba de pasar. -Frustrado me dejé caer en el sofá y me cubrí el rostro con las manos.

- ¿A dónde fue? -me preguntó preocupada.

- Creo que se fue a casa. -la cabeza comenzó a dolerme desde el momento en que vi a Ashley casi llorando. Lo sé soy un idiota, no sé en qué pensaba.

- ¿Qué crees que habrá pasado? -Miré a mi madre y suspiré.

- Oyó lo que estabamos hablando -mis propias palabras lograron que un nudo incómodo se formara en mi garganta.- Me dijo que ella no debía estar aquí, que quien debe estar es otra.

- Vanessa -susurró mi madre al entender las palabras de Ashley, pero casi al instante su expresión cambió a una de desesperación y se levantó rápidamente del sofá. -¡Vanessa!

- ¿Qué pasa? -le pregunté confundido.

- La invité al almuerzo -llevó sus manos a su frente y la golpeó levemente.- Hoy llega de Europa.

-¿Qué? Se suponía que sería la próxima semana. -la mire confundido.

- Te quería dar una sorpresa, dijo que llegaría a las 12 del medio día. -No dijo nada más y corrió a la cocina.

Me senté y cubrí mi rostro con mis manos, no se como fui tan tonto al no aclararle las cosas a Ashley, dentro de poco llegaría Vanessa y no sabía que le diría al momento de llevarla a casa, la verdad no pensé mucho en su reacciona al ver a Ashley y embarazada, claramente se enteraría de todo, hasta de que tuve sexo con Ashley.

Tenía muchos años con Vanessa y estaba a punto de pedirle matrimonio, pero las cosas se habían salido de control, la Vanessa que conocía solía ser comprensiva, amigable y en ocasiones demostraba empatía era modelo lo cual en ocasiones se podía considera como una persona egocéntrica y orgullosa.

El timbre sonó y mis pensamientos se esfumaron, me levanté y caminé hasta la puerta, abrí y ahí estaba ella quien al mirarme se lanzó a mis brazos y me besó, creo que la extrañaba, quería sentirla en mis brazos, sentir sus labios contra los míos, sentir su perfume de Channel.

Cuando nos separamos logré ver a mis hermanos quienes la ayudaban con las maletas.

- Ya te extrañaba mucho -volvió a abrazarme a lo que me correspondí.

-Yo más. -la besé brevemente en la mejilla.

- Estas mas guapo que como te dejé -dijo sonriendo, pero al verla tan feliz y saber lo que yo escondía, volví a luchar con el nudo en la garganta.

-Yo creo que tú estás más guapa.

- Ya dejen sus cursilerías para otro momento -dijo Nathaniel riendo antes de entrar a la casa. -Te hambre.

- Royce te toca -dijo Rodney refiriéndose a las maletas. Ellos entraron mientras yo entraba las maletas al baúl del auto, volví a la casa y me senté junto a Vanessa.

- Vanessa tengo que contarte algo -sostuve sus manos.

- ¿Qué tal si lo dejas para después del almuerzo? -sonrió- ¿Es muy importante?

- Si -suspiré.- Pero sería mejor si te lo digo después.

Varios minutos después mi madre nos llamó a la mesa, Shanelli bajó y saludó a Vanessa, nos sentamos y comimos entre risas y charlas. Después de la comida nos sentamos en el sofá y hablamos un poco sobre el viaje de Vanessa y una que otras cosas que mis hermanos compartieron.

Quise aprovechar el momento para llamar a mi casa, necesitaba saber si Ashley había llegado.

- Hola -contestó Sofía.

- Sofia es Royce.

- Joven Royce... -Dijo aliviada, pero luego se quedó en silencio.

- Sofí, ¿le pasa algo a Ashley? -le pregunté al notar como suspiró en el teléfono.

- No, no pasa nada, llegó hace una hora y se encerró en su dormitorio.

- ¿Cómo está? ¿La notaste extraña?

-Ella esta bien, pero aún no ha bajado a comer y me estoy preocupada.

-¿Podría subir a buscarla? Si deja de comer , afectaría al bebé -le pedí aún más preocupado que antes.

- Sí, eso haré.

-Por favor, no dudes en llamar si pasa algo.

-Sí, joven Royce.

Al finalizar la llamada, guardé el teléfono y me giré para volver adentro, pero me detuve al encontrarme con Vanessa quien estuvo detrás de mi, por no sé cuánto tiempo, pero en sus ojos supe que había estado el tiempo suficiente como para escucharme preguntar por Ashley y hablar del bebé.

- ¿Quién demonios es Ashley? -preguntó enojada.

-Te explicaré. -estaba nervioso, no sabía por donde iniciar.

- Te escucho -secó sus lágrimas y se cruzó de brazos en espera de mi explicación.

- Es una chica que se esta quedando en mi casa, esta embarazada y su esposo la maltrata. -me acerqué lentamente a ella, como si estuviera caminando por un campo minado.

- ¿Y? -su expresión se volvió más fría que antes y le miró directamente a los ojos.

- Entre nosotros no ha pasado nada, la quiero como si fuera mi hermana y por tanto quiero al bebé que está esperando. -Sí, soy un completo idiota.

-Bien, te creo, pero quiero conocerla, hoy mismo.

Quedé sin palabras, ¿y ahora que pasará desoues?