22. Mi hijo.

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Abrí los ojos y solté un grito de desesperación, la respiración me empezó a faltar y lucho por recuperarla. El sudor recorre toda mi cara y baja por mi cuello, no tardo mucho para tratar de controlar mi tembloroso cuerpo.


No tengo noción del tiempo y aún siento que sigo soñando, un dolor inmenso atraviesa mi cuerpo y se posa en mi pierna izquierda, el pánico me recorre cuando trato de moverla y el dolor aumenta provocando que suelte un grito de dolor.


Un olor raro pasa por mi nariz junto con el sudor para quedar en mis labios. Pasé mis dedos izquierdos por la comisura de mis labios , toqué el lado húmedo y los aleje lo suficiente para poder verlos, es entonces cuando lo que pensaba que era el salado sudor y el raro olor es sangre, con rapidez vuelvo a llevar mis dedos hasta mi frente y arrastro mis dedos hasta la parte derecha de ésta y justamente donde están mis dedos ataca un dolor agudo.


Aprieto con fuerza los ojos y me quedo así durante varios segundos y de pronto un frío abrasador me invade y es cuando mi cuerpo empieza a temblar realmente al igual que mis lastimados labios. Los ojos me empezaron a pesar, pero lucho por no cerrarlos. Con la vista borrosa recorro todo el lugar y un leve suspiro sale al recordar que aún estoy tirada en el frío suelo del baño. Pero no pasan dos segundos y mis ojos se vuelven a cerrar por voluntad propia.


A lo lejos puedo escuchar el llanto de mi hijo, pero se escuchan como si lo estuviera soñando, pero cada vez se hace más real y eso me empieza a desesperar.


¿Qué le están haciendo a mi hijo? ¿Por qué está llorando tan desesperadamente? ¿Por qué no puedo abrir los ojos para ayudarlo?


Aún en la oscuridad escucho unos pasos que se van acercando, pero el llanto del pequeño cesa.


- ¿Ashley? ¡Oh por Dios! ¡Ashley!


Conozco esa voz, trató de abrir los ojos pero no puedo.


- ¡Ashley! ¿Me escuchas? -volvió a decir esa voz- Abre los ojos, por favor, abre los ojos.


Conozco esa voz y lo peor de todo es que no puedo verlo y me desespera.


- ¿Qué le pasó? -preguntó otra voz pero más aguda.


- No se, busca algo, alcohol y algodón y gasa -después de aquello escuché unos pasos y luego la puerta- No puedo creer que te haiga hecho esto, si supiera como ayudarte para sacarte de todo esto-su voz se fue desvaneciendo al pronunciar cada palabra.


Mi corazón empezó acelerarse cuando su imagen pasó por mi cabeza. Entonces me asusté, no puedo asimilar que él ayudó a Raúl para que me pudiera encontrar. Sentí unas manos acariciar la herida de la frente y luego fue recorriendo todo mi rostro. Jugué con la esperanza de que quien estaba sospechando no es quien está tocando mi rostro como si fuera una rosa.


En un momento sus caricias cesaron y se escuchó algo romperse desde abajo. Sentí sus manos temblar en mi brazo derecho. Pasaron varios segundos en silencio y de pronto el llanto de Geoffrey me asustó, sentí mi corazón acelerarse a punto de salir de su órbita. Aún luchando por abrir los ojos, pasaron más segundos y mi hijo aún llora, de pronto se escuchó un golpe y unos gritos.

Casada Con Una BESTIA  | EN EDICIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora