~Un mes después~
Hace ya 3 semanas que salí del hospital, durante esas semanas el bebé a permanecido en observación, Royce ha estado al pendiente con los gasto del hospital, Vanessa por otro lado sigue haciéndose la chica comprensible.
Trato de estar lo más alejada de Royce, quiero que al momento de irme no sea más difícil, lo e pensado desde que tuve a mi bebé en brazos, e estado preparándome para el momento en que deje esta casa y olvidarme de todo como si nada pasó, se que será difícil, pero no pertenezco a la vida de Royce y nunca voy pertenecer.
Escuché a Sofía gritar mi nombre desde él primer piso y es cundo recuerdo que Royce me espera par buscar a mi bebé. Bajo las escaleras con cuidado y es inevitable recordar lo sucedido, miro a Sofía quien me mira sonriendo, los nervios me carcomen por dentro, no se si es porque traeré a mi bebé o por que estaré a solas con Royce. Tomé el pequeño bulto del bebé entre mis dedos y salí para encontrarme con Royce quien al verme abrió la puerta de copiloto del auto deportivo y luego subió él.
En todo el camino ninguno de los dos dijo una sola palabra, varias veces pude notar a Royce mirarme de reojo, éste abrió la boca para decir algo, pero la cerró de golpe.
- Este... Yo, yo quiero preguntarte algo -dice y sus nervios lo traicionan, yo solo asiento.
- ¿Ya pensaste en el nombre del bebé? -dice ya más calmado. Entonces niego, ni siquiera se si debí declararlo.
- No -susurro casi inaudible. Entonces paso mis manos por mi rostro y suspiro frustrada. Abro la boca par decir algo pero lo pienso varias veces y la vuelvo a cerrar.
Al principio tenía pensado llamarlo como él primer nombre de Royce, pero no estoy muy segura.
Suspiro y me límite hablar:
- Yo quería llamarle Geoffrey como tú, pero no se, quiero llamarlo como tú por lo que haz hecho por nosotros y creo que es una de las mejores formas de agradecerte.Una sonrisa se dibuja en sus labios y para en un semáforo en rojo. Su mirada se posa en mi y puedo ver él brillo en sus ojos.
- Es la mejor forma que me puedes pagar, no es mi hijo pero lo quiero como tal, lo único que quiero es verte sonreír de la mano de tú bebé, que seas feliz con él -dice y no pude contener las lágrimas.
- No sabes cual es mi felicidad, con él sólo está la mitad y la otra mitad no está y nunca estará -digo entre lágrimas, un hueco se formó en la boca de mi estómago.
- ¿Quién es tú otra felicidad? -pregunta secando mis lágrimas.
Mi corazón se estruja y niego, seco las lágrimas con mis manos y niego:- No es el momento para hablar de eso Royce.
Durante los siguientes minutos no hablamos, una extraña sensación me recorre, como si algo malo va pasar, miro mis brazos y mi piel se ha erizado.
Royce aparca al auto en él estacionamiento privado, baja y me abre la puerta, me ayuda a salir, tomé él pequeño bulto del bebé y lo puse sobre mis hombros.
Royce cerró la puerta y aseguró él auto, siguió mis pasos y entramos al ascensor, Royce presionó él botón del tercer piso y él ascensor empezó a funcionar.
Lo miro de reojo y puedo ver como mira a alguna parte del ascensor con sus manos en los bolsillos. El ascensor se abre y salgo antes que Royce, las miradas de todos se posa en Royce y luego en mi y puedo ver como algunas chicas sacan su móvil y él tiran fotos.
Una de ellas se le acercó y le pidió una foto, Royce me miró y yo solo asentí y le hice señas indicándole que me alcance luego, doble en varios pasillos hasta llegar hasta donde está mi hijo. La enfermera que los había puesto en mis brazos sonrió al verme, ella se levantó de la silla y me abrió la puerta.
Susurró algo que no pude escuchar y caminó hasta una de las incubadoras, sonreí al ver a mi bebe, ella lo puso en una de las pequeñas camillas.
- Ayer vino un caballero, y juró que era su esposo, dijo también que es él padre de su bebé -dice la chica mirándome nerviosa.
Toda la sangre paró, y un hueco se formó en mi estómago y el miedo se apoderó de mi, los latidos de mi corazón aceleraron.
- ¿No le enseñaste al bebé? -le pregunté mientras le cambio la ropa al bebé..
- No, él insistió pero llame a seguridad, el doctor me dijo que nadie más tiene autorización...
- Menos mal, él es un loco desquiciado y es capaz de hacer cualquier cosa -digo y la miro- ¿No dijo nada más?
- Si -susurra y saca un pequeño papel de su bata y me lo extiende.
- ¿Qué es?
- No se, solo me dio esto y me dijo que se lo entregara a usted...
Desdoble él pequeño papel y leí las finas letras escritas con tinta negra.
" Tal vez no me permitas ver a ese engendro que haces llamar hijo, pero te advierto que si no regresas a mi casa, no volverás a ver a ese mocoso y a tú querido Royce... Recuerda que no tienes ni eres nada...
No creas que te e dejado por tu cuenta, sabes perfectamente de lo que soy capaz, así que te voy advirtiendo, vuelve a mi maldita casa o te vas someter a las consecuencias.
Att: Raúl Tu Esposo "
Todo calló como un balde de agua fría sobre mi, los nervios se hacen aún más presentes y lo único que puedo hacer es tomar a mi hijo en brazos junto al pequeño bulto en mis hombres y salir sin decir ni una sola palabra.
Di un fuerte suspiro al ver a Royce caminar en mi dirección por el pasillo. Una sonrisa se formó en sus labios al verme, aceleró sus pasos y cuando estuvo frente a mi, tomó al bebé entre sus manos.
- ¿Estás bien? -me pregunta frente a mi, sacudo mi cabeza levemente y asiento- ¿Segura?
- Si... Todo está bien, simplemente me duele la cabeza -miento, no quiero decirle y no la haré, tengo todo planeado y dentro de una o dos semanas me voy y no quiero que sospeche nada.
- Ashley... ¿Me escuchas? -dice Royce.
- No, perdón ¿Qué dijiste?
- Vamos por los papeles del bebé, vi al doctor y dijo que pasáramos por las oficinas -dice mientras juega con las pequeñas manos de mi hijo.
Asiento y caminó por el pasillo detrás de él, siento mis manos temblar, los nervios provocan que muerda la parte inferior de mis labios, tengo miedo a encontrarme con Raúl aquí y que me vea con Royce.
Después de pasar por los papeles del bebé, decidí ponerle Geoffrey, la felicidad se notaba en los ojos de Royce y vi como estuvo a punto de dejar caer algunas lágrimas, pero estoy segura que luchó por no dejarlas salir.
En todo el camino no dijimos una sola palabra, estando en la casa el me abrió la puerta para poder salir ya que al tener a mi hijo en brazos no pude. Entré a la casa y un escalofríos atravesó mi espina dorsal, Sofía está parada frente a mi con un sobre en manos y puedo identificar las letras de Raúl en éste, Sofía me extiende el sobre luego de quitar al bebé de mis brazos.
Abrí el sobre con rapidez y una punzada atravesó mi pecho al leer as cuatro letras escrita en el contenido del sobre.
" Empezó el juego Ashley "
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Casada Con Una BESTIA | EN EDICIÓN|
أدب الهواة|COMPLETADA| La vida no es fácil, en cambio hay perosonas que sufren porque las suyas no son igual que las demás. Prepárate para conocer la conmovedora historia de Ashley Torres, quien a sus 20 años había recorrido el largo camino de la desdicha y...