Una semana después...
Narra Hélade
Llevaba siete malditos días junto a Giovani. Si es que se puede llamar así. Y ni un solo día he podido sacar a Ángel de mi mente. No puedo evitar pensar que en este momento puede estar odiándome, follándose a mi mejor amiga o haciendo cualquier estupidez que acabe con su vida. Y para colmo esto era aún peor de lo que había pensado. ¿El trato? Bueno, Giovani me quería, sí, pero para sus malditos negocios. Llevaba cada día de esta semana encerrada tras una de las puertas blancas que había visto cuando vine a por Ángel. Resulta que estaban cerradas por una razón: encerraban a chicas jóvenes para traficar con ellas y usarlas como prostitutas.
Unos golpes en la puerta me devolvieron al mundo real.
Me encontraba sentada en el colchón, cubierto con una sábana blanca, con las piernas encogidas sobre mi pecho y mis brazos rodeándolas. Llevaba un maldito vestido de puta que dejaba demasiado a la vista. Me llegaba por la mitad del culo y era ajustado, tenía un gran escote y era transparente. Debajo llevaba un conjunto de ropa interior negra con encaje. Me sentía como una prostituta y en realidad lo era. Aunque aún no hubiera hecho nada con nadie, ya que Giovani me había dado una semana para adaptarme. Pero adivinar; la semana ha pasado y sigo sin querer estar aquí. Raro, ¿verdad? (Añadamos sarcasmo a niveles extraordinarios)
-¿Qué?-Pregunté para responder a los golpes.
-E ' ora di pranzo.-Conocía perfectamente esa voz y lo que quería decir. Me levanté arrastrando los pies descalzos y abrí ligeramente la puerta, escondiendo mi cuerpo semidesnudo tras ella.
El joven moreno de unos 28 años me miró con deseo mientras me entregaba la bandeja de la comida.
-Gracias.-Dije dispuesta a cerrar, pero él puso su mano en la puerta, impidiéndolo. Lo miré extrañada y una sonrisa pervertida se formó en su rostro.
-Il tuo tempo è scaduto.-Entró en la habitación y cerró tras él, sin dejar de mirarme. Se mordió el labio y se acercó a mí con rapidez, la bandeja se me cayó al suelo de la impresión. Esto no podía estar pasando.
Posó sus manos en mi nuca y mi cintura y atrajo mi cara a la suya para besarme, no le seguí el beso pero le dio igual. Con su mano derecha empezó a recorrer mi espalda y agarró mi nalga, gruñó y yo intenté alejarlo, pero no podía. Con la otra mano agarró uno de mis pechos y empezó a besar desesperadame mi cuello.
-Para, por favor.-Las lágrimas caían como cascadas y no tenía fuerza para apartarlo. Quizá porque llevaba toda la semana sin comer nada más que el desayuno, a excepción de hoy que me había dormido y no lo había tomado. Genial.
El moreno me ignoró y me empujó, haciéndome caer sobre el colchón. Enseguida él se puso sobre mi, intenté apartarlo de nuevo pero tomó mis muñecas con una mano y las puso sobre mi cabeza. No de una manera posesiva pero sin dolor, no. De una manera posesiva y realmente dolorosa para evitar que me moviera.
Sus labios empezaron a bajar por mis pechos y con su mano libre rasgó el vestido y me desabrochó el brasier. Comenzó a tocarme con desesperación mientras yo lloraba y gritaba para que me dejara en paz, pero él sólo me quitó las bragas y se bajó los pantalones dejando a la vista su erección.
Me moví una y otra vez, pegándole patadas y rodillazos como me era posible pero sólo conseguí que me pegara.
Separó mis piernas y se colocó entre ellas dispuesto a meterse dentro de mi. Lloré y grité más fuerte en busca de ayuda, ganándome unos golpes más. Dolían como demonios, pero seguí gritando aún sabiendo que volvería a pegarme si no me callaba.
Lo último que pensé antes de que estuviera dentro de mi fue en Ángel.
El dolor inundó mi cuerpo en cada embestida. Golpeaba su pecho intentando que se apartara pero no hacía nada más que golpearme mientras seguía entrando y saliendo de mi. Como no conseguía que le dejara disfrutar de la mierda de sexo llevó una mano a mi cuello y apretó.
El aire empezaba a faltar en mi organismo, deje de moverme y de oponer resistencia porque al fin y al cabo lo empecé a ver todo borroso hasta que ya no vi nada más.Narra Alex
Desesperado. Esa es la palabra que podría definir perfectamente como me siento. Había pasado una semana y no tenía noticias de Hélade. No tenía ni idea de dónde podría estar ni de cómo se encontraría porque tampoco tenía ni idea de a lo que se dedicaba Giovani. Eso sólo lo sabía Ángel y no era plan de decirle: oye, amigo. ¿A qué se dedica el italiano? Porque tiene a Hélade con él.
En primer lugar me golpearía por permitirlo, en segundo lugar rompería la casa entera, en tercer lugar iría a por él y en cuarto terminaría en el hospital de nuevo, o muerto, incluso.
Me levanté de la cama y bajé a la cocina esperando encontrarlo allí. Desde que había salido del hospital no había hablado prácticamente nada, se limitaba a darnos órdenes para realizar los trabajos y a encerrarse en su habitación con Sara. Porque si, ella era su nuevo pasatiempo con el que pretendía sacarse a Hel de la cabeza, pero no lo lograba. ¿Que cómo lo sé? Porque gritaba su nombre cuando llegaba al orgasmo. Sí, lo sé. Soy el peor hermano del mundo por dejar que juegue así con Sara, pero ella me lo pidió, me lo jodido rogó. Me suplicó que la dejara porque está jodidamente enamorada de él y sólo quiere sentirlo junto a ella sin importar lo que él haga o diga. Le he dicho mil veces que se aleje de él, pero no me hace caso. Le recuerdo lo que pasó con Katy, pero sigue ignorándome y eso solo hace que me sienta como la mierda.-Buenos días, rosita.-Se burló Julio. Él siempre se burlaba de mi pelo porque nunca estaba de un solo color, eso era aburrido. Le dediqué la mejor de mis sonrisas falsas y me senté frente a él.
Nadie en la casa sabía nada sobre el trato, en realidad nadie en el mundo sabía sobre él, a excepción de Hel, Giovani, seguramente sus hombres y yo. Y eso, es lo peor de todo. La culpa invade mi cuerpo a cada minuto del día. ¿Y si le están haciendo daño? ¿Y si la han matado?-¿Qué cojones te pasa, maricón?-La mano de Ángel impactó en mi espalda. Llevaba unos jeans rasgados y un chaleco negro abierto sin nada debajo.
-Creo que deberíamos hablar.-Dije. Su rostro tomó un aspecto serio y miró a Julio, quien se largó dejándonos solos.
-¿Sobre qué?-Preguntó. Ya no podía aguantar más, debía decirle la verdad. Teníamos que recuperarla.
-Sobre...sobre ella.-Lo miré.
-¿Qué coño quieres decir, Alex? No tengo todo el jodido día.-Su tono mostraba enfado, impaciencia. Pero en sus ojos se veía un brillo que sólo aparecía cuando lo hacía Hélade.
-¿En qué trabaja Giovani?-Pregunté. La confusión inundó su rostro. Frunció el ceño.
-Trata de blancas. ¿Por qué?
-¡Mierda, joder! ¡Hijo de puta!-Me levanté y comencé a golpear la nevera. ¿Qué había hecho? ¿Cómo podía haber dejado que se la llevara? ¡Que no supiera a qué mierda se dedicaba no quita que no supiera que era un maldito mafioso! Volví a golpear la nevera, abollándola. La mano de Ángel agarró mi puño para que no pudiera volver a golpear y se puso entre la nevera y yo.
-¿Qué tiene que ver eso con Hélade, Alex?-Su voz sonó tan fría como sonaría la del mismísimo diablo. Su mirada parecía poder matarme. Palidecí.
-La tiene él.-Susurré apartando la mirada. No me atrevía a mirarle a los ojos después de saber que por mi culpa ella estaba metida en la prostitución. Su mano soltó mi puño y bajé los brazos, a la espera de que sus puños me golpearan, pero no fue así. Cuando quise mirar donde debería estar él no encontré a nadie.
Escuché la puerta principal cerrarse de golpe y un coche abrirse. Oh, no. Ella tenía razón.
Ángel volvía de cabeza a la muerte.
***
Holaa personitas hermosas que leen esto!!!
Quiero dedicarle este capítulo a Franpache y darle las gracias por el apoyo que me está dando casi sin conocerme. De verdad que eres una gran persona y me alegro de que leyeras y comentaras en Tras las apariencias. One kiss For you 💞Bueno y obviamente muchas gracias a todas las personas que lean esta historia, cada vez estamos más cerca del 1k en toda lo que llevamos de historia!! No sabéis lo mucho que me alegra ver una notificación con: "×××ha agregado tu historia a su lista de lectura", "×××ha votado/comentado en tu historia". En serio, gracias❤
~Mirada de Ángel en multimedia.~
Addio! 😘😘💕💕
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~Ángel~
Romance-Eres el diablo con un nombre irónico.-Me burlé mientras él mordía mi cuello haciéndome suspirar. Noté su sonrisa y sonreí. -Tú me diste permiso para introducirte en mi infierno, no te arrepientas.-Dijo segundos antes de besar con avidez mis labios...