Narra Hélade
Me desperté horas después, no estoy segura de cuánto tiempo pasó porque me habían quitado cualquier aparato electrónico que pudiera tener. Me puse la ropa que me habían dejado sobre la cama a duras penas. Me dolía todo el cuerpo y no podía moverme sin que ese dolor se intensificara. ¿Por qué tenía que pasar esto? ¿Por qué no había dejado a Ángel morir? Oh, si. Porque ese estúpido tiene algo que hace que si él muera yo muera con él.
La comida del suelo había desaparecido, genial. Adiós a mi plan de coger fuerzas y escapar.
Me levanté del colchón y caminé hasta la puerta, la aporreé con la esperanza de que alguien viniera, pero cuando la imagen del moreno apareció en mi mente paré de inmediato. ¿Lo malo? Ya me habían oído.
Los pasos resonaron por el pasillo haciendo que el sonido penetrara en cada habitación, el miedo crecía en mi interior. ¿Y si volvía a hacer lo mismo? Me abracé a mi misma y me dejé caer en una esquina de la habitación con la espalda en la pared.Escuché las llaves girar en la cerradura y escondí mi rostro entre mis piernas. La puerta chirrió al abrirse y aún más miedo se apoderó de mi ser.
-Hélade.-Esa voz...no, no podía ser cierto. Él no podía estar aquí. Porque si él estaba aquí significaba que iban a matarlo. Me negaba a creer que podía ser tan estúpido.
-No, no. Vete, por favor, no quiero que te hagan daño.-Susurré aún sin mirarlo. Su mano se posó en mi hombro derecho.
-No me importa. Ven, debemos irnos antes de que se den cuenta.-Alcé la vista y comprobé mis sospechas. Ismael estaba arrodillado frente a mi. ¿Cómo podía haber siquiera entrado aquí?
-¿Cómo has...?-Escuché pasos por el pasillo y temblé.
-Luego te lo explico. Vamos.-Se puso en pie y me ayudó a levantarme pero no podía moverme del sitio. ¡Había alguien en la puerta, joder!
-No podemos salir. Hay...hay alguien...-La puerta se abrió de nuevo y mi corazón se paralizó.
-Sí, hay alguien aquí. Ahora date prisa. No quiero morir hoy.-¿Qué coño hacía Nico aquí?
-Vamos.-La voz de Isma me hizo dejar de mirar a Nico fijamente. Asentí y él me pasó su sudadera.
Cruzamos la puerta y caminamos por el lado izquierdo del pasillo hacia las escaleras que subí una semana antes. Nico iba detrás de mí mientras que Ismael iba delante, ambos vigilando que nadie nos viera. Esto era demasiado extraño. ¿Por qué no había nadie aquí?
Bajamos las escaleras y una vez que llegamos frente a la puerta de salida vi a dos hombres tirados en el suelo, con la espalda pegada a la pared y un tiro en la frente cada uno. Su mirada perdida me hizo estremecer. Miré instintivamente a ambos chicos pero ninguno llevaba una pistola. Isma abrió la puerta y salimos corriendo de allí, no sin antes darme cuenta de que había otros tres cuerpos con el mismo disparo tras pasar la puerta.Llegamos al coche de mi hermano que estaba aparcado a un kilómetro del lugar, escondido para no ser visto. Estaba exahusta, y como para no estarlo. No había comido prácticamente nada, me habían violado dejando un estúpido y horroroso dolor por todo mi cuerpo; no tenía fuerzas y había tenido que correr como una posesa durante un maldito kilómetro para salir de allí. No me quejo, en este caso es mejor el remedio que la enfermedad.
Subí a la parte de atrás y me tumbé sin importarme que pudiera hacerlo o no, necesitaba descansar.-Tómate esto.-Mi hermano subió al coche y me pasó un zumo de naranja. Sonreí con pura felicidad y me lo bebí de un maldito trago. Él sonrió y me pasó otro zumo.-Intenta no absorber esto, ¿vale?-Asentí mientras abría el tapón.
Nico me miraba de vez en cuando y yo me sentía incómoda, muy incómoda. ¿Cómo se le podía haber ocurrido venir aquí después de que fue él quien casi me violó? Violación. Recordé las manos del idiota sobre mi, sus golpes, sus dolorosas embestidas, las lágrimas cayendo por mi rostro, su mano asfixiándome para que dejara de moverme.
Mi cuerpo pareció recordar el momento mejor que yo porque empecé a temblar, el zumo se derramó sobre el tapizado y mi vista volvió a tornarse negra.Narra Ismael
Estaba con la vista en la carretera cuando Nico empezó a golpearme el brazo como si acabara de ver un fantasma.
-¡Isma, Isma!-Lo miré y vi el horror en su rostro.
-¿Qué coño…?-Miré por el espejo retrovisor a mi hermana ya que él la estaba mirando con los ojos muy abiertos. Su cuerpo temblaba y sus ojos se cerraban, frené el coche de golpe y cuando quise darme cuenta ella ya había perdido el sentido.
Bajé del coche y abrí la puerta de atrás, miré su pulso, estaba viva. ¿Qué cojones le habían hecho?-¡Llama a una puta ambulancia, joder!-No me hizo falta repetirlo, él ya tenía su móvil preparado.La abracé, la besé y acaricié intentando no llorar. No sabía qué tenía mi hermana, pero si ese imbécil de Baggio le había hecho algo pagaría por ello. Aunque muriera en el intento.
La ambulancia llegó diez minutos después y se la llevaron, le dije a Nico que llevara mi coche y subí con ella. Tomé su mano y la besé.
Los paramedicos empezaron a comprobar sus constantes vitales y a hacer no sé qué más. Mi vista estaba en sus ojos cerrados y su piel golpeada. Pude fijarme en su cuello, tenía marcas de asfixia. ¿Quién cojones le había hecho esto? Las lágrimas no aguantaron más y empezaron a salir por mis ojos. Eran silenciosas pero dolían como la mierda.-Pagarán por esto, Hel. Lo prometo. -Susurré y volví a besar su mano.
Llegamos al hospital y nisiquiera me había dado cuenta hasta que empezaron a bajarla de la ambulancia.
-Mujer. 19 años. Con signos de violación. Múltiples golpes en la cabeza.-La mujer siguió hablando mientras caminábamos por el pasillo pero yo no pude escuchar nada más. La sangre empezó a hervir y mi corazón se aceleró lleno de ira y adrenalina. Salí de allí y golpeé el primer árbol que encontré, haciéndome sangre, pero no importó.
-¿Cómo está?-Su voz me llenó aún más de ira. Si no fuera por él ella no estaría aquí. Me giré y lo miré como si estuviera a punto de lanzarme sobre su puto cuello lleno de tinta.
-¿Realmente te importa?-Espeté. Clavé mi mirada en sus ojos verdes y respiré hondo para no lanzarme sobre él. Mis puños se apretaron instintivamente. Se rascó la nariz mientras sorbía por ella.
-No.-Su voz, su mirada y su rostro eran firmes, indescifrables. Se dio la vuelta y se fue.
Ángel era un tipo raro. Un imbécil que había logrado que mi hermana estuviera en este maldito hospital.
Pero también era el imbécil que acababa de matar a cinco hombres de un mafioso italiano para sacar a Hélade de allí.
***
Hey! No tengo mucho que decir, sólo que disfrutéis de la lectura y bueno, nada importante....Ya superamos 1K!! De verdad que me hace mucha ilusión! Muchísimas gracias!!Capítulo dedicado a mi hermana noeh15 que en teoría iba a hacer el esfuerzo de leer jajaja Oh y está escribiendo una historia llamada Todo tiene un final. Así que quién quiera que vaya a leerla!!
XOXO😘❤
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~Ángel~
Romance-Eres el diablo con un nombre irónico.-Me burlé mientras él mordía mi cuello haciéndome suspirar. Noté su sonrisa y sonreí. -Tú me diste permiso para introducirte en mi infierno, no te arrepientas.-Dijo segundos antes de besar con avidez mis labios...