Narra Alex
Estaba en el salón, sentado en el sofá con Julio y Cristian, ellos veían una película de acción, yo fingía verla pero en realidad mi mente no estaba ahí. Mi mente estaba pensando en Ángel, llevaba dos horas sin aparecer por casa y empezaba a preocuparme si había sido buena idea dejarlo ir. Si lo hubiera seguido seguramente me habría metido un balazo en la pierna y se habría ido, pero por lo menos no me sentiría tan jodidamente mal amigo. Mi pierna derecha temblaba, subía y bajaba como si tuviera un tick, siempre me pasa eso cuando estoy nervioso.
La puerta principal se abrió y me giré instintivamente para encontrarme con Ángel. Tenía la pistola en la mano derecha, los nudillos le sangraban y tenía gotas de sangre en el chaleco y la piel, pero se escondían gracias a la tinta. Sus ojos se clavaron en los míos mientras, después de poner la pistola en la parte trasera de su pantalón, sacaba un cigarrillo del paquete que guardaba en este y empezaba a fumar. Dio una calada. Sus ojos se clavaron aún más en mí, si es que eso era posible. Otra calada. Seguía mirándome. Otra más.-Alex.-No necesité más para levantarme y caminar hacia él. Fuimos a la cocina y sacó su pistola para ponerla sobre la encimera.-Cuenta las balas.-Dijo mientras una sonrisa divertida y oscura se formaba en sus labios.
-Faltan siete.-Dije volviendo a guardar el cargador. Su sonrisa seguía ahí.
-Seis muertos.
-Pero...-Empecé, pero no me hizo falta preguntar más. Mi mente trabajó por sí sola.-¡Has disparado a Baggio!-Se encogió de hombros aún con esa sonrisa de loco.
-Le dije que no tocara lo que era mío.-Se sentó frente a mi después de coger una cerveza de la nevera.
-Pero ella no es tuya. ¿Dónde está?-Susurré. Él me ignoró.
-Tenemos trabajo. Dile a los chicos; os quiero preparados en cinco minutos.
-¿Algo serio?-Pregunté.
-Siempre.-Me guiñó un ojo y me fui dejándolo con su cerveza. Debo admitir que Ángel era bastante bipolar. En un momento estaba queriendo golpearlo todo, al otro estaba feliz y al siguiente quería matar a alguien. Definitivamente ese era el único momento en el que realmente me asustaba estar cerca de él.
Me acerqué al salón y vi a los chicos, ahora estaban todos sentados así que fue más fácil.-Preparaos. En cinco minutos con la artillería pesada.-Las caras de todos se iluminaron ante mis palabras, excepto la de Julio. A él no le gustaba hacer esto pero no tenía opción. Los demás, bueno, supongo que los demás estábamos jodidamente locos por la acción.
Narra Ismael
Cuando Ángel se fue volví al hospital y esperé para tener noticias de mi hermana. Nico no tardó en llegar y se sentó a mi lado en la sala de espera. No hablamos, no había necesidad. Le había llamado porque no sabía a quién más acudir. Cuando Ángel se presentó en la puerta de mi casa y me dijo dónde estaba Hélade quise matarlo, pero me contuve. Tenía un plan. Supuestamente él mataría a todos los que se interpusieran en nuestro camino, entraríamos y saldríamos sin ser vistos. Él se encargaría de eso. Sólo necesitábamos a alguien para que vigilara mientras él vigilaba a Baggio y yo sacaba a Hélade de la habitación. Y ese había sido Nico. La verdad, el plan no había salido mal. Ninguno había resultado herido pero no sé exactamente cuántos de ellos sí. Conté 5 cuerpos, pero lo habíamos dejado solo una media hora. Dijo que iría a por Baggio, pero no creo que haya sido tan estúpido como para mostrarse frente a él y descubrirse. Aunque ¿quién sabe? Ángel es un jodido demente.
Un doctor se acercó a nosotros, era el mismo al que había acosado hace menos de media hora para saber noticias sobre ella, así que no tuvo que preguntar si éramos o no familia.
-La joven se encuentra en un estado de desnutrición de bajo nivel. Tiene varios golpes que podrían haberle ocasionado daños en el cerebro. Tenemos que esperar a que despierte para saber eso.-Asentí.
-¿Tardará mucho en hacerlo?
-En cuanto el calmante deje de hacer efecto. Está en la habitación 1243.-Y con eso se fue. Suspiré y pasé las manos por mi pelo. Al menos sabía que no iba a morir.
Nos levantamos a la vez y caminamos por el pasillo hasta su habitación. Al entrar mi corazón se comprimió. No me gustaba verla enchufada a todas esas mierdas. Me acerqué a la cama y tomé su mano mientras apartaba el cabello de su rostro con la otra mano.
-¿Crees que alguna vez pueda perdonarme?-Habló en un susurro pero lo oí perfectamente. Me giré hacia él, tenía la mirada perdida en el rostro de mi hermana. ¿Realmente la quería?
-Le has salvado la vida.-Dije y él me miró como si acabara de decir algo sin sentido.
-No. Él le ha salvado la vida. Él ha arriesgado su vida y ha matado por ella. Yo solo he vigilado para que nadie nos viera.
-¿Y eso no te ha hecho ponerte en peligro?-Pregunté atónito.-Quizá no vayamos por la vida con una pistola, pero podríamos haber muerto si él no hacía su parte.
-Pero la ha hecho.
-La respuesta es sí.-Miramos a mi hermana que acababa de abrir los ojos. Su voz sonó tan débil como el viento en un día de verano. Sonreí sin poder evitarlo.-Te perdono, Nico.
-No, no hables, pequeña. Debes descansar.-Dije acariciando su mejilla.
-Ya he descansado suficiente.-Intentó sentarse pero el cuerpo debía dolerle tanto que apenas se movió.-¿Quién es él?
-Nadie importante. Duerme, ¿vale?-Dije. Ella asintió y volvió a cerrar los ojos. Solté su mano y le hice una seña a Nico para que me acompañara fuera. Cerré la puerta al salir.
-¿Por qué no le has dicho la verdad?-Me preguntó.
-Porque no tiene porqué saberlo. ¿Me oyes? Le diremos que Giovani nos dejó llevárnosla porque le pagamos. ¿Entendido?
-Pero eso no tiene sentido. ¡No tenemos dinero!-Lo fulminé con la mirada. Sabía que aunque me irritaba, él tenía razón.
-Bien. Entonces le diremos que llamamos a la policía y que sólo un hombre se atrevió a venir.
-¿Y si quiere conocerlo?-Suspiré con cansancio.
-Le diremos que salimos de allí y él no volvió. No preguntará más. Estamos hablando de la mafia. Atará cabos y pensará que lo mataron.
-Pero Isma...-No estaba para nada convencido con mi excusa, pero me daba igual.
-¿Qué coño pasa, Nicolás?
-¿Por qué no le decimos la verdad?
-Porque si hacemos eso se irá con él. Y no quiero que eso pase. Tenemos que retenerla todo lo que podamos. Ángel no es bueno para ella.-Él seguía sin estar de acuerdo. No le gustaba mentir, no a ella. Pero claro, eso no lo pensó cuando se tiró a otra. Pensé rápido. -¿Acaso no quieres recuperarla?
-Claro que sí. Pero esta no es la mejor manera.
-Pero es la única opción que te queda. Asi que cierra la boca y entra ahí. Si pregunta ya sabes lo que hay que decir.-Él asintió y volvió a entrar en la habitación. Le seguí.
Puede que sea la peor idea que he tenido en mi vida. Odio mentirle a mi hermana, pero si así la alejo de ese asesino todo lo que pueda me da igual. No lo quiero cerca de ella. Es demasiado peligroso.
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7 disparos. 6 muertos.
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~Ángel~
Romance-Eres el diablo con un nombre irónico.-Me burlé mientras él mordía mi cuello haciéndome suspirar. Noté su sonrisa y sonreí. -Tú me diste permiso para introducirte en mi infierno, no te arrepientas.-Dijo segundos antes de besar con avidez mis labios...