Hace cinco años...
Un hombre de pelo y mirada oscura entró en la habitación y se quitó la corbata. Su rostro tenía un gesto cansado, preocupado e incluso enfadado.
Se cambió la ropa y se puso unos jeans y otra camisa blanca.
Una mujer entró de repente en la habitación, la sonrisa amplia adornaba su cara pero al ver la expresión del hombre se desvaneció un poco.-¿Qué pasa?-Él la ignoró y recogió la maleta que tenía debajo de la cama. La había preparado la noche anterior, cuando había decidido que irse era la mejor opción para todos.-¿Te vas de viaje?-El hombre tomó aire y lo expulsó lentamente, armándose de valor para afrontar a su mujer.
-Me voy.
-Eso ya lo veo.-Sonrió con dulzura mientras se acercaba y lo abrazaba por la espalda.
-Me voy de casa, para siempre.-Ella lo soltó de repente y él se giró para afrontarla.
-¿Por qué haces esto, Alejandro?
-Porque es lo mejor para todos. Rehaz tu vida y cuida de ellos.-Sus labios se encontraron con los de ella por última vez. El sabor salado de las lágrimas mezclándose con las miles de sensaciones que aquél beso de despedida significaba para ambos.
-No te vayas. No nos dejes, por favor.-Le suplicaba ella, como si sus palabras pudieran hacerle cambiar de opinión.
-No puedo hacer eso, Esther.
-¡Claro que puedes!-Él acarició su mejilla mientras negaba con la cabeza.
-Debo manteneros a salvo y esta es la única manera. La cagué, y ahora debo pagar la consecuencias.
-Pero, ¿qué ha pasado?-La preocupación apoderándose de ella.
-Me metí con la gente equivocada. Eso es todo.
-Pero no puedes irte. Hélade ni siquiera tiene quince años.-Rogó.
-Ismael será el hombre de la casa ahora. De verdad, no intentéis buscarme, no lo conseguiréis.-Volvió a besar sus labios de una manera fugaz y se alejó con la maleta en mano.
Y aunque para Esther fue una de las cosas más difíciles de su vida le obedeció. No lo buscó e intentó rehacer su vida.
Nunca habló del tema con sus hijos, salvo para decirles que su padre había tenido que dejarles.Se fue para no volver, pero entonces...¿por qué había vuelto?
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~Ángel~
Romance-Eres el diablo con un nombre irónico.-Me burlé mientras él mordía mi cuello haciéndome suspirar. Noté su sonrisa y sonreí. -Tú me diste permiso para introducirte en mi infierno, no te arrepientas.-Dijo segundos antes de besar con avidez mis labios...