17. Creo que es un sí, Lucifer.

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Narra Ángel

¿Qué cojones hacía ella aquí?
Casi podía sentir como sus manos tocaban mi cuerpo de tan intenso que me veía. Sus ojos color miel me observaban mientras pronunciaba el nombre de mi chica. Espera, ¿mi chica?

Maldito imbécil eso no importa ahora. Aléjala de ella. ¡Ya!

-¿Qué haces aquí Sara?-La voz de Hélade me devolvió al presente. ¿Se conocían?

Obvio, sino no estaría aquí

Oh, calla ya.

-Vine a darte una sorpresa, primita. ¿Cómo te va?-Se acercó a ella y me la arrebató literalmente de las manos. Genial. Una loca más con la que lidiar.

Se te ha pasado algo importante, idiota. Es su prima.

¿Qué? ¿Entonces es prima de Alex? No tiene sentido.

¿En serio sólo has pensado eso? ¿No te has dado cuenta de otro pequeño detalle?

Hum...¿no se parecen en nada?

Te la has tirado, genio. Y eso no le gustará para nada a tu chica. Sólo sabes cagarla, campeón.

Oh, shit.

¿Y ahora hablas inglés?

Ya, déjame.

-¿Ángel?-Su voz me devolvió al mundo. Es irónico porque suele ser ella la que me quita el habla con tan solo mirarme. Joder, y ahora me pongo cursi.-¡Ángel!

-¿Si?-La miré y sus ojos me examinaron como si intentara descifrar mi mente. Tenía la estúpida manía de hacer eso y lo odio, porque tengo que esforzarme mucho para que no lo consiga.

-Ella es Sara. Mi medio prima.-La pelirroja sonrió y estaba a punto de abrir su boca para seguramente decir algo como 'ya nos conocemos, pri' pero lo evité lanzándome a darle dos besos.

-Un gusto. Soy Ángel, el...-Miré a Hel, pero ella tenía la mirada en su prima, quien no apartaba sus ojos de mi cuerpo.-El novio de Hel.-Finalicé. Ella al oír esa gran-no tan gran-mentira rápidamente se giró hacia mí con una sonrisa muy mal ocultada.

-Oh. Yo...es un placer.-Dijo decepcionada. Los ojos comenzaron a brillarle. Mierda, no puedo dejar que llore o descubrirá todo.

-¿Queréis algo de beber?-Ofrecí y ambas me miraron como si el mundo se fuera a destruir ahí mismo. ¿¡No puedo ser agradable sin parecer un jodido alienígena!?

Si contamos con que trabajas asesinando gente y no tienes remordimientos...no, supongo que eso no es posible.

-Yo estoy bien.-Dijo Hélade aún mirándome raro. Genial, ya volvía a intentar saber qué pasaba por mi cabeza.

-Nada, gracias.-Dijo Sara fingiendo una sonrisa. Asentí.

-¿Y qué haces aquí?-Preguntó Hélade dejándose caer en el sofá, la imité.

-Yo...bueno. En realidad venía a pedirte ayuda con algo...-Bajó la mirada, suspiró como si tuviera que armarse de valor y volvió a abrir su bocota.-Un chico. Se llama An-Mi corazón no podía ir más rápido. Si se atrevía a decir mi nombre mataría a su maldito perro.-tonio. Se llama Antonio.-Solté el aire que sin querer había estado conteniendo.

-Si, bueno. Puedo intentarlo.-Dijo Hel con una sonrisa.

-El caso es que estoy enamorada de él, pero él tiene novia. Estuvimos acostándonos unos días pero luego él me dejó. Yo...no sé qué hacer porque sé que yo le quiero más que ella, pero él no me ve. Di-dijo su nombre mientras teníamos sexo, Hel. ¿Qué puedo hacer?-Las lágrimas empezaron a salir de los ojos de Sara y me sentí un mierda por haber permitido que aquello pasara, pero fue ella la que insistió. Yo lo advertí, joder.

~Ángel~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora