~Ángel~

3. -Tú te vienes conmigo. +No, yo me quedo con él.

20 de junio

Llevaba dos días sin poder casi dormir y todo por él. No sé cómo se las había arreglado para meterse en mis sueños y hacerme retorcer de placer. Joder, eran sólo sueños y los sentía tan reales que despertaba a mitad de la noche completamente exhausta. Esto no podía seguir así, tenía que sacarlo de mi cabeza. Nisiquiera recordaba como fue mi primera vez pero no dejaba de soñar como lo hacía con él. Es exasperante.

Mañana me iría a ver a mi familia y aunque los extrañaba no quería salir de aquí. ¿Y si él venía a buscarme y pedirme perdón? ¿Y si yo le perdonaba y hacíamos realidad mis sueños?
¿A quién voy a engañar? Eso no pasará. Ni yo soy tan importante para él ni él debe serlo para mi.

Salgo de la cama y me meto a la ducha, abriendo el agua fría. Necesito dejar atrás estos pensamientos.

Una vez que la suciedad ha abandonado mi cuerpo me pongo un vestido azul y blanco que me cubre medio muslo y unas cuñas azules.

-¡Hélade! ¡Tienes visita!-La voz de Carol me hizo dejar de mirarme en el espejo de cuerpo entero de mi habitación. Até mi pelo en un moño mal hecho, luego me peinaría mejor...si tenía ganas, y fui al salón.

-¡Tú!-Grité dando un paso hacia atrás. El rubio sonrió ante mi reacción, pero yo no sentía gracia en ese momento. Tenía miedo.-¿Qué estás haciendo aquí?-Dije y él se puso en pie. Llevaba una camiseta blanca de tirantes y unos jeans rasgados. Sus ojos verdes me miraban divertidos.

-Vine a buscarte.-Dijo y yo abrí la boca para negarme, pero no me dejó hablar.-Ángel quiere verte.-En ese momento mi corazón sí se paró. Y por si os lo preguntabais, este rubio es el que se presentó con el pelirrojo, las rubias y Xavier. El rubio de mechas rosas.-Vamos, no tengo todo el día.-Insistió, pero yo no me moví.

-No iré.-Dije con determinación. Él me miró alzando una ceja. La misma reacción causé en Carol, pero la suya la entendía. Sabía las ganas que tenía de que mis sueños se cumplieran y no entendió cómo me negué. Pero tenía que tener algo de dignidad. ¿No?

-¿Cómo dices?-Preguntó el rubio. Como si realmente no pensara que me fuera a negar. ¿Tan fácil parezco o qué?

-Que no iré. Y menos con alguien al que no conozco.-Una sonrisa se formó en sus labios y extendió su mano mientras hacía una reverencia.

-Alex Fernández. Un gusto.-No pude evitar sonreír ante su estúpido gesto y le tendí la mano.-¿Y ahora?

-La respuesta sigue siendo no.-Dije soltándole la mano. El gruñó y se rascó la cabeza.

-Ángel dijo que sería fácil si te decía que él quería verte.-Susurró más para él que para mi, pero lo escuché y la indignación se apoderó de mí.

-¿Es que ese jefe tuyo piensa con algo más que con sus pelotas? ¡No todas somos unas fáciles dispuestas a follar con él!-Me dedicó una mirada de ya lo hiciste. -¡Estaba borracha!-Me excusé.

-No importa. Si no vienes conmigo el que acabará mal soy yo. Y tú no quieres que una persona tan adorable como yo terminé mal, ¿verdad?-Dijo poniéndome cara de perrito. Suspiré y miré a Carol que lo miraba embobada.

-Oh, Carol, él es Alex. El chico adorable con cara de perro.-Él fingió estar dolido un segundo y después sonrió hacia mi amiga.

-Un placer, linda. Pero debo llevarme a tu amiga con mi jefe. -Ella asintió con una sonrisa idiota en la cara. El rubio me miró con cara de la tengo loquita y negué divertida mientras subía a mi habitación.-No tardes, ¿eeh?-Le saqué el dedo medio y entré en mi habitación para coger el móvil y las llaves. Realmente no tenía ganas de peinarme así que bajé y me encontré a Alex mirando sus manos mientras Carol lo comía con la mirada.