32. Un beso sabor a ti

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Cuando Camille cuelga suelto el teléfono

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Cuando Camille cuelga suelto el teléfono. Me quedo parpadeando por un par de  minutos viendo a un solo punto. Las lágrimas escocen mis ojos y siento que me derrumbo poco a poco. 

La mayoría de las personas se me quedan viendo sin decir nada. Logan ha salido al baño así que puedo marcharme. No quiero que me vea así, y mucho menos por su hermana. 

Salgo corriendo del casino y subo a mi coche. No lo pienso dos veces y manejo directamente hasta el único lugar en el que sé que estaré a salvo. 

Toco su puerta como loco hasta que me abra. Cuando finalmente sale, noto que trae solamente una pequeña bata color negro y la cara sonrojada. No tiene porque hacerlo, incluso sin maquillaje se ve bastante hermosa.

En cuanto me indica que pase me derrumbo por completo. 

—¿Qué tienes? —pregunta preocupada. 

Sin pensarlo dos veces la rodeo con los brazos y hundo mi cara en su cuello.  

—Vas a estar bien —Suspira—. Sólo tienes que sacar todo, no te guardes nada, André. 

—Ella cortó de tajo nuestra amistad... —digo en un sollozo—. Once años para nada. 

Me mira con un destello que no puedo descifrar y  empieza a hablar. 

—Escucha, sé que duele mucho —Se encoge de hombros—, pero todo pasa por algo. Nada es casualidad y si  te mandó al diablo ahora, tal vez es porque necesitas volver a comenzar así como lo hizo ella. Te dejó para que pudieras empezar una vida mejor al lado de alguien que valore  la maravillosa persona que eres —Hace una pausa—,  y tal vez ella no es esa persona. Estoy segura que Camille terminó esto para que tú puedas ser feliz.

En realidad ya lo sabía pero me quería hacer el ciego, y debo decir que aunque me dolió lo que le hizo el bastardo de James, en el fondo me alegró. 

Pensé que sin él yo podía tener una oportunidad, cuando en realidad nunca la  tuve.  

Asiento con la cabeza. 

—Tienes razón —agrego mirando a la nada—. ¿Sabes? muy en el fondo  ya lo sabía. 

Me toma de la mano y me da un apretón fuerte. 

—No dejes que esto te derrumbe —Revuelve mi enmarañado cabello—. Es decir, llora estás en todo tu derecho pero no dejes que dure por mucho tiempo. 

—¿A qué te refieres? —Limpio mis ojos. 

—No dejes que el dolor te ciegue ¿vale?

—Lo prometo.   

   

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Cuando era tuya©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora