No he pegado un ojo en toda la noche. Estoy preocupado por Camille.
No tengo la menor idea de dónde está mi pequeña, y tampoco su familia lo sabe.
Sé que está bien, eso lo tengo claro.
Confío en que no es capaz de hacer alguna tontería, tengo fe en que podrá salir adelante. Siempre ha sido lo suficientemente fuerte.
Lo va lograr.
Sin embargo, hay algo que me dice que ella me necesita más que nunca, y no hablo en el sentido amoroso. Camille me necesita como amigo.
Ahora estoy sentado en su cama viendo su celular. Si tan sólo se lo hubiera llevado todo sería diferente.
Lo tomo entre mis manos y lo desbloqueo. Es demasiado sencillo, su contraseña es la fecha del aniversario de ella y de James.
Golpeo la cama al ver que tiene varios mensajes de él, y un poco más de cien llamadas perdidas, que de igual forma son de James. Mis manos tiemblan por la cólera pero de igual forma trato de abrir el primer texto, sin embargo soy interrumpido por la hermana de Camille.
—¡André! ¿Qué haces aquí? —cuestiona Anastasia. Tiene los ojos bastante inflamados por llorar.
—Quería comprobar, si ha dejado alguna nota, o algo así —le digo, mientras dejo el celular a un lado.
Anastasia suspira.
—No, no lo ha hecho—agrega melancólica—. Logan y mis primas han estado buscando algún indicio que haya dejado —Se encoge de hombros—, pero no encontraron nada.
Resoplo.
—Nunca pensamos que él haría algo así —agrega—. Se veía tan enamorado de ella. ¿Cómo es que pudo hacerlo, André? ¡Camille lo amaba!
—Si te soy sincero, yo sabía que tarde o temprano la iba a lastimar, pero nunca creí que James fuese capaz de haberle hecho esto.
—¿A qué te refieres? —pregunta alzando su ceja.
La voz me tiembla y empiezo a volver a sentir culpa.
Debí de haberle dicho a Camille que James la engañaba. Si le hubiese mostrado las fotos, tal vez nada de esto hubiera pasado.
Ella se habría alejado por completo de él y ahora estaría aquí con su familia, estaría aquí a mi lado.
—James la engañaba —suelto sin mas.
Anastasia me mira sorprendida.
—¿Cómo lo sabes? —espeta molesta.
—Lo vi con otra chica — susurro—. Incluso tengo unas fotos que lo prueban.
—¿Y por qué demonios no se lo dijiste? —Se soba las sienes—. ¡Si se lo hubieras dicho, Camille hubiera pospuesto la boda!
—Ana, seamos sinceros ¿crees que mi pequeña me hubiese creído? —Levanto las manos en señal de paz—. Mira, sé que me equivoqué, pero ambos sabemos que ella nunca me hubiera creído. Confiaba ciegamente en él.
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Cuando era tuya©
Roman d'amourCamille es una joven pintora que lo posee todo. Éxito, amistad y sobre todo amor. O eso es lo que ella creía hasta el día de su boda, pues su prometido tomará una decisión que hará que su vida dé un giro de 180 grados. Obligada a huir después d...