Aún no puedo creer que mis pinturas se mostrarán en una pequeña sala en el museo Louvre de Francia. Nunca creí que fuera a llegar tan lejos, es decir, desde siempre me ha encantado dibujar y pintar, pero jamás lo vi como una vocación, siempre fue algo que hacía para tranquilizarme y canalizar todos mis sentimientos.
Me encontraba estudiando el último semestre de la carrera de administración cuando me di cuenta de que soy la mujer más feliz del mundo a la hora de tener un pincel en las manos. Así que me armé de valor y decidí dejar la Universidad.
A mi padre eso no le gustó, pero como yo nunca me rindo, logré que entendiera que el seguir estudiando algo relacionado con la empresa familiar me iba a hacer infeliz, y no pienso serlo. A regañadientes accedió, así que con mis ahorros me metí a estudiar artes en un conservatorio de mi bello Manhattan.
Así que empecé las clases y mi vida tomó un rumbo diferente.
Pude descubrir quién soy.
Me atrevo a decir que por la pintura soy capaz de cualquier cosa, y realmente lo hago. Renuncié a la mayor parte de mis actividades de la empresa de papá, y ahora sólo me dedico a vivir de lo que hago.
Suelto un suspiro.
He estado fuera de casa desde hace casi un mes y la verdad es que extraño bastante a mi familia y a James, mi novio. Pero sé que todo este tiempo fuera de casa ha valido la pena.
—¡Diablos! —exclamo al percatarme de que ya se está haciendo tarde.
Se supone que tendría que haber comenzado a arreglarme desde hace casi media hora. Dejo a un lado el cuaderno y el lápiz con el que trazaba un dibujo de la torre Eiffel. Corro al guardarropa y aviento a la cama todo lo que ocuparé para empezar a arreglarme.
Necesito estar impresionante. Tengo que ser del agrado del público. Está noche es la más importante de toda mi carrera. Agradezco a Dios por haberme hecho triunfar en lugares como Madrid, Verona y Montecarlo, pero Francia es la cumbre de esta gira.
Me pongo el vestido color carmesí que he reservado para esta noche. Es muy elegante, tiene un escote en forma de corazón y su tul se desvanece, dando la ilusión de un vestido de princesa. Creo que llevaré mi cabello suelto, ya lo he peinado tantas veces en un moño que la cabeza me arde, maquillo mi rostro y ya estoy lista.
Decido dibujar en lo que viene a buscarme André, mi mejor amigo.
El pensar en él me hace sentir culpable. Lo elegí como acompañante porque creo que él es el que más me ha apoyado en todo este proceso, sin embargo, el estar muy cerca me resulta algo incómodo.
André ha estado enamorado de mí desde que éramos adolescentes. Yo no estaba enterada de sus sentimientos hasta hace unos cuantos años. Cuando lo confesó, me sorprendió demasiado. Creí que ambos nos queríamos solamente como hermanos, pero me equivoqué.
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Cuando era tuya©
RomansaCamille es una joven pintora que lo posee todo. Éxito, amistad y sobre todo amor. O eso es lo que ella creía hasta el día de su boda, pues su prometido tomará una decisión que hará que su vida dé un giro de 180 grados. Obligada a huir después d...