Camille es una joven pintora que lo posee todo.
Éxito, amistad y sobre todo amor.
O eso es lo que ella creía hasta el día de su boda, pues su prometido tomará una decisión que hará que su vida dé un giro de 180 grados.
Obligada a huir después d...
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Diez y media de la noche y casi nos hemos acabado la segunda botella.
Ya ni siquiera recuerdo porque hemos empezado a beber.
—¿Quién diría que acabáramos así? —pregunta Josh con el ceño fruncido.
—Lo sé —Suspiro—. Aún recuerdo como era en la universidad. La quería sí, pero dolía mucho menos que ahora.
Ya salía con él pero me daba mi lugar y pasaba mucho tiempo conmigo, sin embargo cuando su asqueroso novio descubrió que yo también la amaba le prohibió acercarse a mí. No le hizo caso pero por distintas circunstancias si terminó poniendo distancia entre nosotros dos.
—Al menos Camille es una chica decente y si no está contigo es porque no se enamoró —escupe, y sólo me limito a encogerme de hombros—. En cambio, Claudia me dejó por alguien con más dinero que yo.
Josh llevaba sólo dos años con Claudia, parecía que se amaban pero ella lo rechazó el día en que él le pidió matrimonio. Lo abandonó y lo dejó en pedazos.
Me atrevo a decir que él quería a Claudia igual que yo a Camille, o incluso un poco más.
Desde entonces dejó de tomar fotografías y empezó a arreglar motocicletas viejas. Admiro su fuerza de voluntad, yo no podría hacer algo así, ni siquiera por mi pequeña.
La fotografía es mi vida y no la dejaría ni por la mujer que me dio la vida.
—No hay que hablar de eso —Tomo mi copa y la lleno con el liquido color ámbar que yace en la botella—. No sé si lo has notado, pero me duele en el alma hablar de mi chica —Me tomo todo el contenido de whisky y cierro los ojos, imaginando su sonrisa y sus maravillosos ojos.
—Esta vez te doy la razón —comenta con los ojos clavados en los míos—. Yo también quiero cambiar de tema.
Lo miro con comprensión.
—¿Cómo está tu madre? —pregunto preocupado—. Dijiste que había vuelto el cáncer.
—Ya está mucho mejor, gracias a la quimioterapia y a los cuidados de Tyler —Suspira—. No la ha dejado sola. Siempre está al pendiente de ella.
—Tu hermano es muy admirable. Estudia en la universidad y también cuida a la señora Martha.
—Lo sé. Estoy muy orgulloso de él pero hay veces en las que me saca de quicio —Gesticula con sus manos—. Sigue molesto por lo que pasó con Claudia, por favor, ni que fuera mi maldita culpa.
Después de eso ya nadie habló y si lo hicimos era para traer a colación a las mujeres que más queremos en este momento.
Debo decir que no me atreví a contarle a Josh sobre James y la rubia. Sé que si le digo me haría ir corriendo con mi pequeña para contarle todo, y no dudo que sea algo malo, sé que es todo lo contrario pero no puedo ser yo quien la destruya. No puedo causarle ese dolor.