Me quede estática al ver lo que tenia en frente. Un lugar rodeado de muchos cuadros elegantes y adornos que podrían valer todo lo que ganaba en un año en el teatro. Di pasos adelante, era precioso lo que estaba apreciando, grandes sillones blancos, un comedor gigante con muchas sillas y grandes televisores.
—Sígueme— aun en shock obedeci y tome sus manos.
Pasamos un sin fin de habitaciones. Zayn se encargaba alumbrar nuestro camino con una diminuta lámpara.
—Esto es fantas...—me interrumpió.
— Esto no es lo mejor—seguimos caminando.
Después de recorrer un gran pasillo llegamos a la zona de aire libre.
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—¿Quién vive aquí? —dije mirando la enorme alberca alumbrada por luces, que te ofrecía una gran vista de la ciudad .
—Es mi lugar favorito—suspiró mientras estaba disfrutando del mirador del Penthouse.
—Jamás vi algo más hermoso—
— Yo si— me miro y sonrío, enseguida mis mejillas comenzaron a enrojecer.
—¿Recuerdas cuándo jugábamos a casarnos?—mencioné mientras se acercaba más a mí.
— No digas eso— me interrumpió.
—Eramos tan pequeños.—
—¡Basta Yuli!—bufó.
—Me ponía el traje de bodas de tu papá y...—me interrumpió.
—No sigas, no—se tapo los oídos.
—Y tú el vestido de novia de tu mamá.—sonreí.
—No sé que tenia en la cabeza—me miró y yo comencé a reír—Deja de reírte, es vergonzoso, nunca más me volví a poner un vestido.—
—Es que debiste verte—carcajee — ese secreto tendré que llevármelo a la tumba. — continué riéndome más fuerte. — "Zayn Malik el más fuckboy del condado con el vestido de bodas de mamá"
—Mucha risa ¿eh? —me levantó de las piernas y se acercó a la alberca.
—Zayn, no, ya basta.—dije tomándola fuertemente de su espalda.
—A ver si te sigues riendo en la alberca—él reía mientras me balanceaba amenazándome con aventarme a la alberca.
—Esta fría no puedes aventarme, prometo no reírme más.—
—No te creo—me balanceaba más fuerte hacia la alberca.
—¡Bájame o me enojare contigo para siempre!—
—No aguantarías no hablarme tanto tiempo.—
—¡BÁJAME!— grite y él me obedeció.
—Tranquila—en seguida agarre ventaja y lo empuje haciéndolo caer a la alberca.
—Eso te pasa por jugarme la brom—fui interrumpida cuando el tomo mi talón y logro hacerme caer también a la alberca.
Ambos comenzamos a echarnos agua y reímos como tontos. Poco a poco fuimos acortando distancia en nuestros cuerpos, mirándonos fijamente a los ojos, en cuestión de segundos enrolle mis piernas en su firme abdomen, él comenzaba a acercar su rostro al mío, hasta que llegamos a rozar nuestro labios, sentía como nuestras respiraciones chocaban y disfrutábamos de eso. Pose mi mirada en sus preciosos e hipnotizantes ojos avellanas, fui ahí cuando mi corazón podía salirse en cualquier momento, lentamente cerré mis ojos, me tenia a su disposición para besarme.
—Dijimos que no te iba a besar—se alejo de mi rostro.
—A la mierda con eso—me abalancé hacia él y comencé a besarlo.
Malditas ganas de adueñarme de sus labios y bendita sensación de sentirlos. No puedo comparar con nada cuando lo beso, disfrutando su aroma y poniéndome nerviosa con cada mirada. Todo es diferente cuando estoy con él, cuando me besa no siento tristezas ni miedo todo es jodidamente perfecto.
Con dificultad logramos separar nuestros labios para quitarnos toda la ropa que nos estorbaba. Después completamente desnudos ambos volvimos a nuestra tarea. Volví a rodear su cuerpo con mis piernas y enseguida él coloco sus grandes manos en mi cuello mientras volvíamos a besarnos apasionadamente. Mi corazón esta a mil, una de mis manos acariciaba su nuca mientras la otra daba un paseo en su espalda cubierta de tatuajes.
Dejo de besarme mis labios para pasar lentamente a mi cuello y después a mis senos, quemaba cada parte que tocaba de mí, nada era más hermoso que sentir sus manos en mí, podía sentir su miembro erecto cerca de mi parte más íntima. De repente el agua fría de la alberca dejo de ser una molestia entre ambos, pues nuestros cuerpos ya se encontraban quemándose en pasión.
En seguida él me tomó de mis glúteos para levantarme y poder penetrarme, adueñándose de todo mi mundo él entro en mi, erizándome de pies a cabeza con cada embestida, escucharnos gemir era lo mejor que podía escuchar. Me besaba de una manera en que desearía estar su lado cada segundo de mi vida.
Jamás había sentido esto con nadie.
—Te amo Zayn—él dejo de besarme para verme a los ojos.
—Yo más mi amor, te amo como un loco—le sonreí y volví a besarlo.
El placer seguía hormigueando nuestros cuerpos, gritábamos nuestros nombre una y otra vez hasta que el orgasmo comenzó a anunciar su llegada.
—Amor, me voy a venir—en seguida coloque mis uñas en su espalda.
—Vente para mi—mordió su labio inferior, en cuestión de segundo mi espalda se arqueó al sentir el exhaustivo orgasmo invadirme, después deje caer mi cabeza en su cuello, poco después él se vino dentro de mi.
Nos quedamos estáticos mientras nuestras respiraciones intentaban normalizarse.
—¿Estás bien?— dijo tomándome de mi rostro.
—Si—dije con dificultad, intentando de recuperar las fuerzas, enseguida el beso mi mejilla.
— Me encantaría estar así toda mi vida—-sonrío.
—Te amo Zayn—dije mirándolo a los ojos.
— Yo más preciosa—
Ambos nos salimos de la alberca en busca de toallas, por fortuna encontramos varias dobladas en unos de los muebles que se encontraban por ahí. Nos arropamos con ellas, y volvimos al mirador para acostarnos en uno de los camastros que nos regalaban una vista magnifica. Sin decir nada disfrutamos del amanecer abrazados, coloque mi cabeza en su pecho, escuchar los latidos de su corazón me daban mucha paz, el tiempo fue pasando y sin darnos cuenta nos quedamos dormidos.
Una noche más como tantas me deje llevar, y todo por una simple razón:
