Capítulo 1

28.7K 1K 218
                                    

—Lamento interrumpir, ¿puedo pasar?

—Rápido —contestó el maestro. Movió sus manos indicándole un asiento libre, justo el que ella ocupó—. Como les decía, el tema de esta semana será: Nósdicos y su implicación en la gran catástrofe de la historia. Quiero escuchar sus opiniones... —muchos de los estudiantes levantaron sus manos, uno a uno vertieron sus comentarios.

—Creo que lo mejor que hizo el estado es reducir su población, son un alto peligro para la sociedad. Y sus métodos de prevención son los mejores en el ranking mundial —habló una pelirroja. Una rubia levantó la mano y enseguida el maestro le dio la palabra.

—Si tomamos en cuenta el derecho de la vida, ¿no estaría el estado violentando los derechos a personas que no han hecho nada? Recordemos que esos métodos incluyen el asesinato de niños —el maestro deshizo su sonrisa y frunció su ceño.

—Tomando en cuenta ese derecho fue que el estado decidió reducir la población de estos seres, son asesinos innatos, nacen para matar, los humanos no podemos arriesgarnos a vivir en medio de ellos —respondió el maestro y Tory sin poder contenerse, levantó su mano.

—Habla usted como si ellos fueran de otra especie y no personas como nosotros.

—Ah, la que hoy y siempre viene tarde —dijo viéndola con reproche—. No son como nosotros, los humanos, varios laboratorios demostraron que su sangre tiene un compuesto totalmente diferente —sonrió con malicia—. Copiaré en el pizarrón un cuestionario y espero que lo traigan completo para el lunes. Seguramente así podrán meditar en sus comentarios —continuó con el resto de la clase sin pedir más opiniones.

 Seguramente así podrán meditar en sus comentarios —continuó con el resto de la clase sin pedir más opiniones

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Manos inquietas, postura tensa y ojos fijos... ¿vienes de la clase de historia? —preguntó una castaña sonriente.

—Bingo señorita psicóloga —le devolvió la sonrisa—. Acepto que me encanta esa clase por lo loco que está ese señor, pero no me gusta que... —recordó que una de las personas más importantes de su vida era nósdico también, pero de inmediato descartó el contárselo a su amiga—. Olvídalo Jenn, ¿ya nos podemos ir? —dijo y ambas se apresuraron a sus hogares.

El viaje en auto bus les duró poco, y después de eso caminaron otro tanto hasta la primera casa, perteneciente a la chica que aún meditaba en la clase de historia. Con grandes ventanales, un color durazno y jardines cuadrados, parecía más un edificio público que un hogar.

—Oye Tory, hay una fiesta en casa de Josh, y como es viernes paso por ti a las diez —Y se marchó por la esquina sin dar lugar a la muchacha de responderle.

Llegó a su habitación y tiró su bolso a un rincón. Se dejó caer sobre la cama. Para cuando se despertó faltaban dos minutos para las diez. Corrió a cambiarse con ropa más cómoda y al terminar bajó las escaleras para reunirse con su amiga que ya la esperaba.

—He estado aquí por mucho y tú, ¿durmiendo? —dijo tomándola del brazo para apresurarla.

—Solo han sido cinco minutos, no exageres —respondió mostrándole el reloj que le daba la razón—. ¿Iremos caminado? —no le llegó una respuesta de su compañera, pero unos instantes después, se colocaron frente a un viejo auto azul que se veía más antiguo gracias a que llevaba algún tiempo sin lavar.

Cielos OscurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora