Ayúdame A Enamorarla [Bradley Steven Perry Y Tú] [Completa]

Capítulo 15: "Citas y abejas"

— ¿Qué quieres ahora?

—Necesito que me ayudes a pedirle una cita a Sabrina.

Rodé los ojos—Esta bien, pasa, Bradley.

Ya decía yo, eso de traer dulces y helado así porque si, no es porque le salió del corazón. No, algo tenía que pedir.

Aunque, en parte es bueno, así le demostrare a Violet que no estoy celosa. Punto para mí.

— ¿Y cuando le pedirás la cita a Sabrina?— Preguntó Violet.

—Sobre eso—Se giro sobre sus talones para verme a mí, que estaba detrás de él—Es hoy.

— ¿Qué? ¿Te has vuelto loco?—Exclamé.

—Bueno, se supone que te lo diría ayer pero...—Se quedo pensando un momento, y supongo que lo que quiere decir es que no pudo decirme por el incomodo momento que tuvimos, si es que se le puede decir incomodo. También raro, muy raro.

Antes de que continuara y metiera la pata, decidí hablar yo—Si, si, entiendo. Pero mi pregunta es ¿Cómo se supone que te ayude a pedirle una cita a Sabrina? Acaso quieres que hagamos como en las películas y consiga unos audífonos y micrófonos de esos de los de espías y así poder decirte todo lo que se supone debes decirle a ella—Propuse sarcástica, y reí—Buen chiste.

—No, no es un chiste—A Bradley se le ilumino la mirada—De hecho es una buena idea ¡Eres una genio, ____!

—Era sarcasmo, Bradley. Y, por más que fuera una buena idea ¿De dónde sacaríamos todo ese equipo?

Violet sonrió de repente—Yo puedo conseguirlo. Una amiga tiene un primo que tiene un hermano que tiene un amigo que tiene este tipo de cosas pues se las dieron de regalo de navidad.

—Perfecto—Bradley sonrió— ¿Ves? Ya tenemos todo eso resuelto.

Suspiré frustrada—Si algo sale mal, será su culpa—Los señale a ambos—Pero todavía tengo una duda—Me dirigí ahora a Violet— ¿Cómo se supone que contactaremos al amigo del hermano del primo de tu amiga?

—Por suerte tengo su número. Me lo dio el hermano del mejor amigo del primo del...

La interrumpí—Si, Violet, ya sabemos, te lo dio el hermano del mejor amigo del primo que tiene un gato que se comió el pez de alguien que conoce al amigo del hermano del primo de tu amiga.

—Era broma—Rió ella—Yo lo conozco.

— ¿Y no era más fácil decir que alguien a quien conoces tiene todo el equipo?

Se encogió de hombros—Es divertido decirlo así.

Y así, señoras y señores, es como me doy cuenta que mi mejor amiga tiene problemas mentales.

[...]

Violet contactó al amigo del hermano del primo del perro de... Ay, ustedes ya saben, a la persona que ella conoce que tiene todo el equipo, quien gustoso acepto prestárnoslo porque le debía un favor a yo no sé quién. Para nuestra suerte, vivía a unos minutos de aquí y en menos de media hora ya teníamos el equipo en nuestras manos.

Cuando terminamos de ponérnoslo, entender cómo se utilizaba, y explicar rápidamente el plan, estábamos listos para ir al parque, donde Bradley le había dicho a Sabrina para que se vieran. Tomamos un taxi y fuimos a nuestro destino. Al llegar, por suerte, todavía no estaba Sabrina.

—Entonces—Comience a repasar el plan para que Bradley no lo olvidara—Nosotras nos esconderemos detrás del arbusto que esta mas o menos alejado del árbol y donde Sabrina no nos podrá ver ni oír, comenzaras a hablar de cualquier cosa, y cuando vea el momento adecuado te diré lo que debes decirle ¿Está bien?

El solo asintió.

—Y por lo que más quieras, Bradley—Continué—No jodas el plan esta vez.

—Que poca fe tienes en mí—Dijo burlón.

—Tú y yo sabemos que nunca la ha tenido—Violet rió.

Y yo no puedo contradecirla, porque es sumamente cierto.

[...]

Al ver a Sabrina llegar, Violet y yo corrimos rápidamente al arbusto que había dicho, y encendimos en seguida los auriculares y el pequeño micrófono. También conseguimos unos binoculares y podíamos ver todo lo que pasaba, por suerte nadie nunca sospecha de un arbusto con cuatro ojos.

Bradley saludo a Sabrina con un beso en la mejilla y luego comenzó la charla.

— ¿Cómo estas, Sab?—Preguntó el comenzado a caminar.

—Pues muy bien—Sonrió esta— ¿Y tú?

—Muy bien—Le devolvió la sonrisa—Y... ¿Qué cuentas?—Ya estaban acercándose al árbol.

—Pues, no mucho. Anoche me quede viendo hasta tarde Pretty Little Liars, y tengo un sueño terrible.

Bradley hizo una mueca—Lamento haber hecho que te despertaras tan temprano.

—No importa—Esta se encogió de hombros— ¿Y tú? ¿Qué cuentas?

No pude seguir escuchando, ya que Violet estaba intranquila a mi lado.

— ¿Qué te pasa?—Le exclamé en un susurro.

—Una abeja—Me respondió ella aterrada—Esta sobre mí.

— ¡Quédate tranquila!

— ¿Eh?—Escuche que Bradley preguntó, y dudo que fuera a Sabrina ya que ella estaba hablando de lo mas emocionada— ¿Está todo bien?

— ¿Por qué lo dices, Bradley?

—Ah no, nada. Recordé algo y hable en voz alta—El nervioso intentó de que Sabrina no se diera cuenta de nuestro plan, ella siguió hablando sin prestar atención a lo que había ocurrido, puedo apostar que escuche a Bradley suspirar aliviado.

Violet seguía dando grititos y tratando de golpear a la abeja.

— ¡Aléjate! ¡Shu!—Le decía.

— ¿Está todo bien?—Volvió a preguntar solo que en susurro para que Sab no lo escuchara.

—Si, si tu sigue en lo tuyo. Dile que se ve hermosa o algo así.

—Okay.

— ¡Violet, quédate tranquila por amor a todo lo sagrado!—Grite ya exasperada.

— ¡Es que no me deja tranquila!—Me devolvió ella el grito.

— ¿Qué fue eso?—Escuche que pregunto Sabrina.

—No nada ¿Ya te dije lo bien que te ves hoy?—Respondió Bradley evadiendo el tema.

—Golpéala con esto— Sugerí a Violet, pasándole un periódico que estaba tirado en el piso.

— ¿Qué?—Pregunto Bradley alarmado, por suerte Sabrina no había escuchado.

—A ti no, tonto, le hablo a Violet.

Mi amiga hizo lo que le dije y comenzó a golpear por todos lados, ya que la abeja no dejaba de moverse de lugar. En una de esas hizo que el micrófono cayera al suelo y sin querer lo piso, estropeándolo por completo. Ambas nos miramos aterradas y la abeja seguía sobre nosotras, le arranque el periódico a Violet y comencé a golpearla yo, pero la maldita abeja se había venido en mi contra ¡Prefiero a las que hacen twerk!

—¿_____? ¿Qué pasa? No puedo escucharte.

Seguía tratando de golpear a la abeja, pero ella no se daba por vencida. Sin querer golpee a Violet.

— ¡Es a la abeja, no a mí!

— ¡_______!—Fue lo último que escuche decir a Bradley pues también cayo mi auricular.

En seguida, como 15 abejas mas llegaron al lugar en el que nos encontrábamos y no tuvimos más que hacer, que salir corriendo gritando como las nenitas que somos mientras todas estas nos perseguían.