Ayúdame A Enamorarla [Bradley Steven Perry Y Tú] [Completa]

Capítulo 53: La fiesta.

El día siguiente fue bastante aburrido, desperté a la una de la tarde—Cosa que me sorprendió bastante—. Y de resto sólo vi televisión.

A eso de las siete, Violet llegó a casa para poder arreglarnos juntas. Luego de todo un proceso de elegir que ponernos, maquillarnos y peinarnos, finalmente estábamos listas.

Yo opte por utilizar una camisa blanca de botones, un short estampado blanco y negro, panty medias negras, unas botas hasta tres dedos bajo la rodilla negras, con un blazer también negro. Utilizando como accesorio un collar plateado. Violet por su parte, se puso un top y una falda estampado de rombos blancos y negros, con una chaqueta de cuero negra-Parecida a la mía, solo que con las cremalleras plateadas-Con unas botas blancas de trenzas negras, al igual que la suela.

Bajamos a la sala a esperar a los chicos, mi padre nos haría el favor de llevarnos y traernos de vuelta, ya que hoy había tomado el día libre.

Angie había llegado también, y al ver a Tobby en el sofá donde lo había dejado esta mañana, lo había tomado y comenzado a jugar con él.

Mi otra castaña amiga por su parte daba vueltas por todo el lugar mientras yo la veía sentada desde el sofá comiendo gomitas—. Ya calmate, Violet. Harás un agujero en el suelo.

—¡Los mataré! ¡Mataré a Isaak y Noah! ¡Son las ocho y veinte y nada que llegan!—. Exclamó, y siguió dando vueltas con el teléfono en el oído—. ¡Y ni siquiera contestan!—Lanzó el teléfono en el sofá y bufo frustrada.

Al ver que ella no se había inmutado siquiera para ver si su teléfono estaba bien, yo lo tome. Para su suerte, este estaba intacto.

A lo mejor y ya estaba acostumbrado a ser lanzado así.

Reí ante el pensamiento de que un dia el aparato se le rebelara a Violet y la dejara por ser tan agresiva con él, y seguí comiendo mis gomitas.

Lo mal que me sentía ayer ya se me había pasado y ahora estaba feliz como lombriz. Lo que es la bipolaridad.

Minutos después, finalmente tocaron el timbre. Violet salió corriendo a abrir—. Hasta que decidieron llegar—Escuche que les dijo—. Si el maquillaje se me caía antes de llegar a la fiesta, los mataría.

—Calma, cuñadita. Ya estamos aquí y ningún maquillaje caerá—Noah rió—. ¡Hola, risitas!—Saludó en cuanto me vio, y se giró hasta Angie—¡Hola, An!

Ella solo respondió con un ademán y siguió jugando con Tobby.

—¿Que onda, chico del pan? ¿Qué tal el partido?— Pregunté con una sonrisa.

—¡Excelente!— Exclamó radiante de felicidad— Hemos ganado.

En ese momento, Angie intervino—Lamento arruinar su conversación, pero creo que ya deberíamos irnos, si no, llegaremos a recoger los vidrios rotos.

—Tienes razón—Secundo Isaak—. Además, así Violet no se sigue quejando. Por cierto, hola—Hizo un ademán.

Angie y yo reímos y le devolvimos el saludo. Enseguida fui a llamar a mi padre por las escaleras, después de un rato este bajo ya con las llaves del auto—Hola, chicos ¿Cómo están?

—Muy bien—Respondieron todos al unísono.

—¿Y cómo les va?

—Casi papá, sabes que te quiero, pero ya vamos tarde. Puedes socializar con los chicos en el auto—Interrumpió Violet antes de que los chicos pudieran contestar.

—Tu sólo tienes miedo a que te reemplace con alguno de ellos.

—¿Qué? No—Negó—Por favor, soy irreemplazable. No conseguirás una casi hija igual—Dijo, haciéndonos reír a todos.