Cuando desperté mi pez acariciaba mi cabello.
―Tranquila, preciosa. ―Sentí su pulgar en mi mejilla. Estaba llorando sin darme cuenta.
―Me siento muy tonta ―confesé secándome las lágrimas.
―No digas eso, nada de esto es fácil, preciosa, sobre todo porque tú estás en medio.
―¿Por qué las historias dicen que Anfitrite te abandonó si escapó de Forcis?
―Es una leyenda más de las tantas que se han inventado, soy uno de los dioses más aburridos; de los tres hermanos, fui quien menos aprovechó sus poderes, quien menos los aprovecha ―aclaró―, debían inventar tórridas historias a mi alrededor, aunque para ser sincero, tampoco mis hermanos son como los pintan en las historias.
―Y esas mujeres a las que tú…
―Mentiras, jamás he abusado de ninguna mujer.
―Me alegra oír eso.
―Me alegra que me creas.
―¿Y la Medusa esa? ―Estaba celosa, pero no lo admitiría, no en voz alta, por lo menos.
―Ella quería ser mi amante, me sedujo en el templo de Atenea, yo fui muy culpable, no debería haber caído en sus redes, pero lo hice y cuando Atenea apareció, Medusa intentó salvarse acusándome de violación, de todas formas la castigó, convirtiéndola en una Gorgona, llenando su alma de odio y venganza, sobre todo cuando se enteró que mi corazón pertenecía a otra… a ti. Y no me lo perdonó, lanzó una maldición, te quitó de la región del mar y te hizo mortal; con una contra maldición, logré tomar tus cinco collares y en cada vida que vivieras, tenía que entregarte un collar y conquistarte, si te quedabas conmigo, entonces se acabaría la maldición, pero si no lo lograba…
―¿Y era un collar en cada vida?
―Sí, muchas veces pude recuperarlos después de tu muerte, pero después ya no.
―¿Cuántos tienes en tu poder ahora?
―Ninguno ―su voz sonó apagada.
―¿Ninguno?
―El último es el que llevas puesto.
―¿O sea que esta es la última oportunidad para estar juntos?
―Sí, si esta vez tú no…
―Yo quiero estar contigo ―afirmé interrumpiéndolo.
―Lo sé, preciosa, por eso me arriesgué a darte el último collar.
―¿Y si nosotros no… y no recuperas el collar? ―pregunté con miedo.
―No habrá vuelta atrás para nosotros.
Dejé de respirar, pensar que esta era la última oportunidad para nosotros me angustió mucho,
―Tranquila, preciosa, si tus sentimientos son como dices, no debemos temer.
―No quiero separarme de ti.
―Yo tampoco, preciosa, pero no pienses en eso, estoy seguro que esta vez es la definitiva para ambos, sólo debemos luchar para que esta vez sí funcione.
En ese momento quería estar con él más que nunca, tenía miedo a perderlo y no quería eso, esperaba que todo estuviera bien entre nosotros.
―Duerme, preciosa, no pienses en eso ahora.
―Quisiera que estuvieras aquí.
―Lo sé, pero no se puede.
―¿Por qué?
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Una Tarde Especial
ФэнтезиFantasía y Romance. Dioses mitológicos, sirenas y humanos se mezclarán en esta historia de amor donde el amor sobrevive por los siglos de los siglos... Portada: Muelle del Faro del Mall Antofagasta Karolina Asgard Disponible también...