San Valentín Especial

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 Mi hermano llegó puntual a las siete, Rocío se lanzó a mis brazos en cuanto me vio, era una chiquilla preciosa, en carácter se parecía a mi hermano, pero físicamente era igual a su mamá, que  es una linda mujer.

Llegamos a las Terrazas del Mall y nos pusimos en el sector del Sitio Cero. Desde allí se veía el escenario y la gente que acudía a ver el show en la explanada del Puerto.

Rocío jugaba, subiendo y bajando de la baranda; por ser una noche romántica, mi hermano y mi cuñada estaban muy acaramelados.

—Dejen de contar plata delante de los pobres —protesté al rato.

—¿Viste? Ya déjame —dijo Teresa poniéndose roja.

—Pero si te amo, no puedo evitar besarte —contestó Felipe dándole un fugaz beso en los labios.

Yo sonreí, ellos habían pasado por muy malos momentos como pareja, estuvieron a punto de separarse, pero el amor pudo más, ambos sufrían demasiado con esa situación y ahora estaban recuperando el tiempo perdido.

—¿No que no ibas a venir? —Fernando se acercó a nosotros con cara de pocos amigos.

—Mi hermano me invitó y vine, ¿cuál es el problema? —pregunté molesta, él era la última persona a la que quería ver.

—Yo te invité y no quisiste venir —me reclamó.

—¿Es tu novia, acaso? —intervino mi hermano no muy contento.

—No te metas —dijo Fernando.

—Me meto porque es mi hermana y no tienes ningún derecho a tratarla así, si ella no quiere nada contigo, date por enterado y vuelve por donde viniste, déjala tranquila.

Fernando me miró con verdadero desprecio, dio vuelta y se marchó sin despedirse.

—¿Y ese loco? —preguntó Teresa un poco asustada.

—Es un compañero de trabajo —contesté abochornada.

—¿Siempre te molesta así? —me preguntó mi hermano.

—Siempre me molesta, pero no así.

Nos quedamos en incómodo silencio, yo sabía que Felipe no se quedaría así, el modo de Fernando de tratarme no le había gustado en lo más mínimo y estoy segura que por respeto a su mujer, a su hija y a mí misma, no hizo un escándalo de esto, pero de que lo enfrentaría en algún momento, lo enfrentaría.

—Buenas noches —saludó un hombre detrás mío. Mi “pez favorito” estaba ahí y...

—Buenas noches —Felipe fue el primero en reaccionar—, tú debes ser...

—Julián —contestó con una sonrisa que no entendí, Felipe le devolvió la sonrisa.

—¿Vienes a ver los fuegos artificiales? —preguntó mi hermano.

—En realidad vine a ver a tu hermana, ¿puedo hablar contigo un minuto, Felipe? —hizo un gesto para apartarse de nosotras.

—Claro, claro —contestó mi hermano alejándose un poco.

—¿Otro admirador? ¿Es mi idea o no tiene nada que ver con el otro que estuvo recién?  —Teresa comenzó su interrogatorio inmediatamente.

—Sí, algo así —contesté—, nos estamos recién conociendo.

—Es muy guapo —comentó— y parece súper enganchado de ti.

—¿Te parece? —sonreí, por lo menos no era sólo idea mía lo de guapo y lo de interesado.

Una Tarde EspecialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora