Reencuentro Especial

1.1K 93 7
                                    

Cuando salí de mi turbación, miré a mi hermano confundida. ¿Yo dejarlo? No era así, yo jamás lo dejaría, él se había convertido en parte importante de mi vida y me dolía pensar que él fuera de otra mujer. No podía ser así, si lo fuera, él no hubiese estado conmigo el 14 de febrero, ¿o sí? Además, ha hablado con mi hermano porque quiere hacer las cosas bien. No lo haría si no fuera sincero. Y yo, ¿cómo podría vivir sin él? Estaba tan confundida.

―Hermanita, no sé qué decirte, lo único que sé es que él me habló pidiendo que viniera a verte, necesitaba, primero, saber que estabas bien y, segundo, que aún quieres estar con él.

―Hoy fue un día extraño. Fernando intentó volver a la carga y Ámbar… Ámbar le dijo a Fernando que quien me había dado el collar era su cuñado. Pero eso es imposible, ¿cierto? ―No podía evitar estar triste.

―Claro que es imposible, si él mintiera no hubiese estado pendiente de que yo les diera mi autorización, ni se hubiese encontrado contigo en ningún lugar público.

―¿Y por qué se fue?

―No sé, él dijo que tú lo habías dejado, que fuiste tú quien decidió por los dos o que…

―No es así, yo ni siquiera he pensado en dejarlo ―repliqué interrumpiéndolo―, pero ¿cómo voy a decírselo ahora si no tengo el collar?

―Viene en camino ―me indicó―, ha tenido algunos contratiempos, pero viene a verte para saber qué ocurre, quiere asegurarse que estás bien.

―No me iré con nadie ―respondí amurrada.

―Lo sé, pero él está lejos y no sabe lo que está pasando.

―Lo sabe ―repliqué. ¿Acaso no lee todos mis pensamientos?

―No, no lo sabe, puede ver tus pensamientos, pero no tus sentimientos, menos ahora sin el collar.

―Felipe, hermanito, yo no quiero estar sin él, me siento sola ―confesé llena de desesperación.

―Lo sé, mi niña, pero ya todo se arreglará. ¿Vamos al muelle? No tendrá mucho tiempo para estar aquí.

―¡Pero estoy horrible!

―No, no lo estás ―me separó de él y me miró―. Para él tampoco lo estarás.

―No sé, ¿y si es él el que quiere dejarme y está buscando una excusa nada más para hacerlo?

―Por favor, debes confiar en él, sé que te ama y no debes dejarte llevar por personas malintencionadas. Prométeme que siempre confiarás en él.

―¿Por qué tú estás tan interesado en eso? Pareciera que te importara más él que yo.

―Porque tu seguridad depende de eso ―terminó sin querer volver a hablar.

Felipe me llevó al muelle y me dejó allí, él se iría a tomar un café mientras yo hablaba con “su cuñado”. Yo me quedé pensando en lo que dijo mi hermano. Mi seguridad dependía de la confianza que yo tuviera en Poseidón. Yo confiaba en él, pero… ¿Y si dejaba todo hasta aquí? Tal vez lo mejor sería que yo viviera una vida normal, con Guillermo o Fernando...

―¿Es eso lo que quieres? ―La voz de mi pez favorito detrás de mí me sobresaltó.

―Sabes que no ―contesté dejando de respirar por un momento.

―No, no lo sé. Si es eso lo que quieres, no tienes más que decirlo ―afirmó con tristeza, sin atreverse a acercarse a mí.

Bajé la cabeza, no quería alejarme de él, pero tal vez, él sólo buscaba una excusa para dejarme.  

Una Tarde EspecialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora