Día 3

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Volví a la enfermería al alba, llevando conmigo un libro que encontré debajo de mi espada y supe que Hazel me había dejado.

Ella aún dormía cuando salí, acurrucada en una esquina de la cama mientras abrazaba la almohada. No se me ocurrió qué podría hacer en cuanto despertara pero tampoco me quedé para averiguarlo. Después de todo, Hazel siempre encontraba algo que hacer. Lo más probable sería que visitase a sus amigos y se integrara en las actividades de verano. Le dejé una nota en la que le comunicaba dónde estaría y le agradecía por el libro.

Lara estaba abriendo las cortinas para dejar entrar la neonata luz solar por las ventanas. Tenía el corto cabello castaño sujetado en dos mini coletas y vestía un uniforme blanco con detalles celestes y zapatos crocs plagados de caritas felices. Decidí que la espantaría, pero ella habló antes.

—Lo siento, Nico, las visitas solo pueden hacerse mientras estemos operativos y aún no lo estamos. —Miró por el vidrio de la ventana, sonriéndome de medio lado—. Luces desconcertado. —Me guiñó el ojo—. La próxima vez que quieras asustar a alguien comprueba que los reflejos no te delaten.

—¿Lo viste ya?

Lara se giró hacia mí con las manos posadas en las caderas.

—¿Qué parte de aún no estamos operativos no quedó clara? Paciencia, mi querido saltamontes. —Fruncí el entrecejo. Yo no era un saltamontes, no tenía nada que ver con los saltamontes—. Voy para allá ahora. —Levantó ambas cejas—.  ¿Viniste para acompañarme?

Asentí.

—Me gustaría aprender a... cuidarlo.

—Uhm... —Lara se acarició el mentón con aire contemplativo—. No es una mala idea. De hecho, me parece buenísima. Estamos cortos de personal de enfermería. Ejm, y por cortos quiero decir que solo estoy yo. Los de salud somos la rama menos abundante de los hijos de Apolo. De hecho, ahora mismo sólo trabajamos aquí Ben, Karen, Billie, Nestor y yo. Ben sana como Will, Karen presta servicio psicológico, Billie se encarga de la farmacia, y Nestor trabaja en el laboratorio. Eso me deja a mí y solo a mí para el trabajo de enfermería. ¿Qué onda con papá copulando con cantantes y otros músicos? El coro está a reventar y sus discusiones nocturnas no son agradables canciones de cuna.

Copulando. Habían mil maneras más informales de decirlo y ella dijo copulando. Sentí la necesidad urgente de detenerla antes de que me cuente la vida y obra de su padre y de cada uno de sus hermanos.

—Entonces...

Lara pestañeó, como si la hubiera despertado de un sueño. Por un momento pareció desconcertada.

—Claro que puedes unirte al equipo de enfermería.

—Eso no era lo que...

—De 7 a. m. a 6 p. m. de lunes a jueves y hasta las 9 p. m. los viernes, que se juegan los partidos de Captura la bandera. Los sábados y domingos también trabajamos, pero menos horas; de 8 a. m. a 6 p. m. los sábados y de 8 a. m. a 4 p. m. los domingos. Hoy es sábado, pero podemos hablar con Quirón en la noche para que quedes absuelto de toda actividad que corresponda a ese horario. No llegues tarde. Necesitarás un uniforme, y también una capacitación.

—Yo no...

—Oye, si vas a cuidar de Will tienes que hacer el trabajo completo, ¿està bé? Ven conmigo. —Lara cruzó su brazo con el mío y me arrastró hasta la bodega de suministros.

7 daysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora