Nico di Angelo experimenta uno de los golpes más fuertes de su vida: ser únicamente capaz de esperar y contar los días mientras su novio se debate entre la vida y la muerte. Son siete días con aspecto de eternidades, ciento sesenta y ocho horas forz...
Tengo que decir que es gracias a mi trabajo con mi padre en su consultorio que pude culminar esta historia. Porque desistí en la carrera de medicina y ya no tenía más conceptos médicos frescos de los que valerme. Ser la ayudante de mi papá me enseñó sobre el trabajo de un médico a tiempo real, y el hecho de que yo fuera su ayudante-enfermera me ayudó a desenvolver a Nico en ese mundo. Además, mi padre respondía todas mis curiosidades sobre el trabajo del médico y los conceptos que me interesaban. Le agradezco mucho y en primer lugar a mi papá, entonces.
Le agradezco también a mi cerebro. Sonará arrogante, pero lo veo necesario. Tuve que forzarlo a trabajar solo con el deseo de continuar la historia. No podía escribir como antes, me cansaba y no tenía motivación ni se me ocurrían ideas. Me sentía completamente vacía, perdida. Pero aún así me las arreglé para terminar esta historia. Pasé muchísimos altibajos, pero lo importante es que mi cerebro marchito me permitió llegar hasta aquí.
Por último, le tengo que agradecer a los lectores que siempre estuvieron apoyándome. Cuando perdía la fe en la historia, cuando dudaba de su calidad, ellos me recordaban o me hacían saber que en su mundo mi historia representaba algo completamente distinto a lo que yo pensaba.
Luly, Leslie y Eli son, más que lectoras, mis amigas. Ellas fueron un soporte importante en mi recorrido por esta historia. Es probable que no lean esto, pero de todas formas las menciono. También debo agradecerle a Sofi, quien me ayudó desde con la loca historia de la granja de Will hasta con algunos dibujos, aunque hace mucho que no sé de ella.
Esta historia no es para todos. Algunos se habrán aburrido a medio camino o les habrá resultado tedioso o confuso. No es para ellos. Esta historia es para personas sensibles que buscan más allá de una trama intrincada y llena de acción y atracciones sexuales y/o románticas. Quien disfruta de esta historia, disfruta del crecimiento de un ser humano y de las reflexiones que puede plantear a partir de su sufrimiento. Sabe valorar detalles y ver el peso en las trivialidades.
La razón por la que no la terminé antes fue el miedo. En parte este crecimiento de Nico ha sido paralelo al mío. Mi miedo era arruinar el mensaje final, hacer un retroceso en lugar de un avance. Sepan que lo manejé lo mejor que pude.
Si no te gustó... pues qué pena. Leeré la crítica que tengas que hacer. La espero con ansias.
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