Día 4

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N/A: La canción que está en multimedia se llama Stay close don't go y la van a encontrar al final de la lectura de hoy. Pulsen play al video mientras leen la letra (es decir, mientras Nico la canta) . De todas formas voy a subir la traducción mediante comentarios. ¡Gracias por leer!

La relación entre Will y yo nunca fue definida. Lo que quiero decir es, que a veces parecía que íbamos a la deriva, sin rumbo y sin una meta. Will siendo un rayo de sol y yo siendo, pues... yo.

Eso no era una relación, era cada quien haciendo su parte por su lado bajo el velo de un nombre que no hacía justicia a su significado. No hacíamos nada por cambiar las cosas que nos molestaban, solo las ignorábamos, como si no tuvieran importancia. No había confianza suficiente como para hablar de los temas más delicados que nos agobiaban a cada uno de nosotros por nuestra cuenta, porque vivíamos bajo el erróneo pensamiento de que, incluso siendo pareja, nuestros conflictos personales más turbios sólo nos competían a cada uno de nosotros por separado.

Y pensar que pasamos así por más de un año.

A ver si me explico mejor. Cuando una persona se relaciona con otra existe un intercambio físico y psicológico a tiempo real. No podemos ocultar nuestros manerismos, ni nuestras expresiones, ni nuestra forma de hablar, ni nuestras reacciones viscerales. Algunos de nosotros no pensamos bien lo que decimos o hacemos, sino que actuamos mostrando nuestras emociones inmediatas.

Es más fácil pensar cuando no hay otra persona cerca, mientras se está en un estado reflexivo deliberado. Muchas veces me he arrepentido de lo que he hecho cuando reflexiono acerca de ello, y lo que he hecho con Will no es la excepción. Por Hades, le he dicho cosas que no sé cómo toleró. 

Caímos en una rutina contraproducente. Will estaba en la escuela, en el campamento, en los paseos por el mundo mortal, a donde quiera que viese. Y cuando estábamos juntos cumplíamos una dinámica que poco a poco fue moldeándose hasta volverse fija, como la masilla que se amasa con los dedos para, con el tiempo, endurecerse en la figura que queremos construir.

Nosotros no le dimos la forma que queríamos a nuestra relación, sino que fue resultado de impulsos inconscientes, culminando en una figura no deseada.

La dinámica consistía en Will siendo amoroso conmigo y yo rechazándolo. Como por ejemplo, nuestra primera cita en el mundo mortal. Will intentó tomarme la mano y yo la retiré. Evasiones y respuestas cortantes eran mi distintivo.

Will tenía tanta, tanta paciencia. Tanta condescendencia. Nunca me dijo: basta, estoy cansado de esto. Nunca me presionó a nada. Lo suyo eran los consejos y mi deber era aceptarlos, pero no lo hice. Era parte de la dinámica, rechazar sus consejos y hacer las cosas por mi cuenta mientras a Will no le quedaba de otra que seguirme.

Llegó un momento en el que me planteé si valía la pena seguir siendo novios. Nuestra dinámica finalmente nos había explotado en la cara y ambos estábamos agotados. No queríamos seguir más en ese círculo vicioso y la única manera de salir era rompiendo.

Al menos yo me sentía así.

Me sentía asfixiado y la actitud de Will había comenzado a molestarme en serio. Cada vez que estábamos juntos me portaba más huraño de lo normal y Will se daba cuenta de que sus palabras me estaban sacando de quicio y los momentos de silencio entre nosotros crecían cada vez más.

Luego comenzamos a alejarnos. Buscaba evitar a Will y él no me seguía. Y aunque me dolía que ya no me siguiera como siempre, creí que se debía a que me había malacostumbrado a que lo hiciera. Entonces me sentía culpable y volvía a buscarlo pero todo seguía igual entre nosotros y terminaba cansado de nuevo y sin saber qué hacer.

7 daysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora