Prólogo.

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—¡¿Qué están haciendo?!—interrogó el segundo cuatrillizo al mirar a sus hermanos en la bañera tratando de mirar por la ventana. 

—Más bien tú qué estás haciendo, se toca antes de entrar, Ricky. —le respondió algo obvio el tercer hermano, Dicky, sin ni siquiera tomarse la molestia de mirarlo—. Por cierto, tienes desamarrados los cordones de tus zapatos.

Se fijo y era cierto, se agachó para amarrarlas.

—Gracias. Y, no sabía que estarían tratando de espiar a los vecinos... otra vez.

—Oh, no hables como si tú nunca lo hubieras hecho. —habló el menor de los hermanos; Nicky.

—No, ya no me gusta hacerlo desde la última visita del FBI. ¿Y saben qué? Ellos fueron muy claros; al tercer strike estamos fuera. —comentó acercándose a sus hermanos—. Bueno, al menos Dawn no está con ustedes, y de hecho me sorprende que-.

—¡Ya volví!—lo interrumpió su hermana entrando al baño asustando a los presentes—. Pude ver y sí, tienen al menos una hija. —se quitó los zapatos y entró junto a ellos a la bañera.

—Hable muy pronto. —suspiró el rubio—. Mejor voy al otro baño. —estaba por irse pero su hermana lo interrumpió, nuevamente.

—¡Espera, Ricky! ¿No quieres ver a los nuevos vecinos que se están mudando a la casa de a lado? Fui a investigar afuera y pude ver que en su auto había una niña de nuestra edad. —menciona con una sonrisa emocionada.

—¿Porqué de repente siento que debería tener miedo?...—preguntó alejándose un poco.

—¡No te hagas tonto! ¿Qué no recuerdas la casa del árbol que tiene esa casa? Que nunca pudimos usar porque "no era nuestra". —trata de imitar la voz de su madre.

—Sí, la recuerdo. Pero no entiendo que tiene que ver con el hecho de que estén espiando a los nuevos vecinos.

—Ah, dah. Si tienen una hija de nuestra edad, podemos hacernos sus amigos para que por fin hagamos realidad nuestra sueño de subir a esa casa del árbol. —explicó Dawn.

—¿En serio quieren subir a esa vieja casa del árbol? Intentamos subirnos durante años. Además, ¿no creen que es algo cruel hacerte amigo de alguien solo por interés? Como por algo tan estúpido como una casa del árbol.

—¿Qué sucedió contigo, Ricky? Eras de los más emocionados por subir. —preguntó mirándolo con los brazos cruzado la mayor de los hermanos.

—Madure... Algo que a ustedes no les ha pasado y entiendo el porqué.

—¡Chicos, miren, está bajando la chica!—gritó Dicky llamando la atención de sus hermanos. Nicky y Dawn se acercaron a la ventana rápidamente.

—¿Lo ven? ¡Se los dije! Mi vista jamás falla. —alardeó un poco.

Ricky rodeó los ojos ante el comentario de su hermana. Decidió salir del baño, no iba a seguir siendo parte de lo que hacían.

—¿Ustedes creen que vaya a la misma escuela que nosotros?—preguntó Nicky mirando, junto a sus hermanos, aquella chica.

—Ojalá, eso haría mucho más fácil las cosas para nosotros.

—Oigan, ¿quién le va hablar primero?—cuestionó Dicky alejándose de la ventana—. Si va hacer nuestra amiga, debe llenarse una buena impresión, así que propongo que sea yo quien le hable. —dice con una sonrisa.

—Ay, que gracioso eres Dicky. —ríe falsamente su hermana alejándose también de la ventana, junto a Nicky—. Pero yo seré quién le hable. Después de todo, entre chicas no entendemos.

—¿Puedo hablarle yo?—preguntó con una sonrisa Nicky.

—No. —respondieron al unísono sus hermanos.

La Casa del Árbol ✧ Ricky y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora