La Casa del Árbol ✧ Ricky y Tú.

Capítulo 2.

Ricky y ella se separaron rápidamente.  

Las mejillas del muchacho se tiñeron de rosa por la vergüenza. Miró a otro lado deseando que la tierra lo tragara.

—Y-Yo... lo l-lamento mucho. —se disculpó sin ni siquiera poder mirarla.

Quizás había arruinado cualquier oportunidad de hacer amistad con ella, y de poder mostrarle una lección a sus hermanos.

Sus hermanos... oh no, ya se imaginaba cuanto se burlarían de lo ocurrido con él.

—Mira... ¿Ricky?—preguntó y él asintió—. No importa, fue solo un accidente... no hay que volver hablar de esto, ¿de acuerdo?—intentó reír un poco pero no pudo, al igual que Ricky estaba avergonzada e incómoda.

—De acuerdo, hehe. Bueno, nos veremos después, supongo. —se alejó un poco con la cabeza agachada.

—Sí... me tengo que ir, adiós. —cerró su casillero y tomó su mochila, que se encontraba en el suelo, y se retiró.

—Adiós. —murmuró Ricky después de que ella se fuera. Suspiró pesadamente.

—¡¿Qué fue eso?!—preguntó Dawn acercándose a él, junto a sus hermanos.

—¡La besaste, hermano! Eso es avanzar a segunda base muy rápido. —dijo Dicky con una sonrisa.

—¿Eso significa que ahora son novios y podremos subir a la casa del árbol?—cuestionó Nicky confundido.

—¡¿Qué?! ¡Claro que no!—se alejó de ellos sonrojándose ligeramente—. ¡¿No vieron eso?! ¡Fue un desastre! Yo solo quería presentarme para ser su amigo pero lo arruiné todo.

—Tranquilo, hermano, no fue tu culpa... bueno, un poco sí, ¿porqué siempre olvidas amarrar tus cordones?—preguntó Dicky con el ceño fruncido.

Ricky miró sus zapatos molesto, se agachó para amarrar sus cordones.

—Yo no tengo la culpa, siempre se desamarran. —se intenta excusar levantándose después de amarrarlos.

—Uh, no te pongas triste Ricky. —habló Dawn con voz de bebé haciendo molestar a su hermano—. Deberías estar feliz.

—¿Y porqué debería estarlo? Ahora seguramente no querrá hablarme.

—Te diré porque-.

—Mejor dinos porqué hablas con esa voz. —la interrumpió Dicky con el ceño fruncido.

—Sí, es extraña...—dijo Nicky.

—¡No importa!—volvió hablar normalmente—. Volviendo al tema... deberías estar feliz porque esa chica te dio tu primer beso. Y agradece que fue de manera accidental porque sabemos que ninguna chica te besaría estando en sus cincos sentidos. —se burló.

Pero eso no le importó a Ricky, porque aunque su hermana intentará molestarlo todo el tiempo tenía razón en eso... esa chica le había dado su primer beso.

[....]

Ya habían terminado las clases. Y para mala suerte de los demás alumnos, la maestra les había puesto otro examen sorpresa. Al menos para Ricky eso no era gran problema.

Ya a la hora de la salida, su maestra le estaba entregando las calificaciones a los alumnos que iban saliendo, hasta que fue el turno de Ricky.

Él se dispuso a continuar caminando mientras veía su calificación... pero algo lo hizo detenerse y borrar su sonrisa.

Regresó con la maestra.