Capítulo 5.

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Luego de que los alumnos hicieran el examen, continuaron con la clase habitual de siempre.

Hasta que la clase finalmente terminó. Al salir la profesora, nuevamente, les entregaba la calificación de su examen. 

Ricky se sintió más que feliz de ver obtenido un diez como era normal en él. Tal parece que aquello que lo distraía no había sido un problema grave realmente.

Miró a su vecina, y al parecer compañera, salir del salón después de él. Y cómo las cosas ya estaban resueltas entre ellos se acercó a ella dispuesto hablarle.

Pero antes de hacerlo miró sus cordones para asegurarse de que esta vez sí estuviesen atados.

—¡Hola ______! Es otra gran coincidencia que seamos compañeros, al menos en esta clase, ¿no crees?—preguntó con una sonrisa que de inmediato borró al ver su semblante triste—. ¿Sucede algo?

—No... bueno, sí... sí sucede algo. —suspiró y le mostró su examen. En el se mostraba un gran "0"  sobresaltado con plumón rojo.

« ¿Eso enserio era necesario? »

Pensó rodeando los ojos.

—No sabía que tan mal me iba en matemáticas... No es de mis materias favoritas pero siempre lograba pasarlas. —se lamentó ocultando su examen luego de que el contrario lo viera.

—Tranquila, las pruebas sorpresas no cuentan para tu calificación. Solo son para probar el conocimiento que lleva hasta ahora el estudiante.

—Ya podrás notar que no tengo ni uno. —bufó—. Y veo que a ti te fue muy bien. —dijo mirando el examen del muchacho, donde el "10" también sobresaltaba sobre todo.

Vaya que a esa profesora le encantaba hacer eso.

—Tampoco soy perfecto, también he sacado malas calificaciones. —recordó el nueve que estuvo sacando estos últimos días—. Pero pude mejorar esforzándome y estudiando.

—Quizás tú puedas hacer eso pero yo no. Las matemáticas se me hacen muy aburridas, además de que me desconcentro muy fácilmente. No podría estudiar yo sola...—se lamentó.

Ricky la miró he hizo una mueca. No sabía que decir o hacer hasta que le ocurrió una idea.

—¿Y qué tal si... yo te ayudo a estudiar?

[...]

Almuerzo.

Dawn, Nicky y Dicky se reunieron en la cafetería para almorzar y hablar sobre su plan.

—Chicos, tienen que probar estas papas. —comentó Dicky señalando su comida con la boca llena.

—¿Qué te dijo mamá sobre comer con la boca abierta?—lo reprendió su hermana.

—... Que le quita el apetito a las demás personas. —respondió bajando la mirada regañado. Siguió comiendo en silencio.

—Cómo sea. Tenemos que comenzar con el plan, chicos. Ahora que Ricky es amigo de ella podría ayudarnos pero es un tonto y lo va a querer hacer porque "está mal"—dijo haciendo comillas al mismo tiempo que imitaba la voz de su hermano.

—Yo me puse a pensar en eso... y no lo sé, quizás Ricky tenga razón. No deberíamos hacernos amigos de alguien solo porque tienen algo que nosotros queremos. Yo no quiero hacerle daño a nadie...—expresó el menor jugando con su comida.

—No nos vamos hacer sus amigos solo porque queremos algo de ella... si no que, como es nueva en la ciudad, seguramente no tiene amigos, y nosotros solo somos buenas personas por querer ser sus amigos... lo de la casa del árbol es un extra de nuestra amistad.

—Aún suena mal...

—Escucha, ¿quieres subir a la casa del árbol si o no?—preguntó acercándose a él.

—Sabes que sí. —contestó con una mirada seria.

—Entonces cállate y sigue con el plan.

[...]

Casa de los Harper.

Las clases habían terminado, así que los niños podían regresar a sus casas luego de un largo día. Y los Harper no fueron la excepción.

—Hola niños, ¿qué tal su día?—preguntó su madre acercándose a ellos al verlos entrar.

—Ya sabes que cuando vamos a la escuela el día automáticamente se vuelve malo. —dijo Dawn dejando su mochila en el sillón.

—Pues mi día estuvo bien, gracias por preguntar mamá. —respondió Ricky con una sonrisa.

—¿Enserio, cariño? Me alegro que te sientas mejor. —acarició su cabello y miró a sus demás hijos de manera 'amenazante'—. Espero que nadie más arruiné tu día.

—¿Nos estará queriendo decir algo?—le preguntó a su hermano en voz baja. El contrario solo se encogió los hombros.

—Vayan por algo de comer, logré que su padre no se comiera todo la comida que hice para ustedes. —sin más que decir se fue subiendo las escaleras.

—No sé ustedes pero yo aún tengo hambre, aunque seguramente la comida de mamá no sabrá tan bien como las papas fritas de la escuela. —comentó Dicky con una sonrisa.

—¡Escuche eso!—gritó su madre desde el piso de arriba.

Los niños ignoraron eso y fueron a la cocina por algo de comida. Excepto por Ricky, quién se quedó esperando a alguien en la sala.

—Después de comer iremos a la casa de ______ he intentaremos que nos invite a su casa del árbol. —dijo Dawn sacando del refrigerador una botella de gaseosa.

—¿Qué no intentaríamos ser sus amigos primero?—cuestionó Nicky con la ceja levantada.

—Eso haremos después si no funciona la primero...—contestó y el contrario asintió aún confundido por el plan que tenía su hermana.

Se sirvieron de la comida que preparó su mamá y un poco refresco. Estaban decididos a comer cuando escucharon la puerta principal abriéndose.

—Oigan, ¿y Ricky dónde está?—preguntó Dicky buscando al mencionado a su alrededor con la mirada.

—Se debió a ver quedado en la sala. No importa, si estuviera aquí estaría parloteando acerca de que lo que hacemos está mal y no estoy de humor para eso. —sin más que decir comenzó a comer, al igual que uno de sus hermanos.

—Yo iré a verlo. No lo vi hoy en la cafetería así que seguramente no comió. —se levantó de su asiento.

—Como quieras...

Nicky fue a la sala esperando encontrar con Ricky, y eso hizo, pero no sé encontraba solo... si no con ______ también.

La Casa del Árbol ✧ Ricky y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora