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Alex se sentó cómodamente en uno de los pupitres más cercanos al pizarrón. Había elegido una de las de enfrente, solo por curiosidad, pues aquello de estar en una escuela era algo completamente nuevo para la chica.

La mayoría de los alumnos ya estaban dentro, en espera del maestro; Bueno, casi todos. A su lado derecho había un asiento vacío que rápidamente fue ocupado por el chico moreno que entró al aula con apuro. Alex se volvió para mirarlo. Él la miraba. 

- ¡Qué coincidencia que nos toque clase juntos! ¿No, McCall?

Scott fingió una sonrisa inocente. No era una coincidencia en absoluto; de hecho él había cambiado Biología con Stiles solo porque éste la odiaba.

- ¿Cómo es que sabes mi nombre... Pero yo no sé el tuyo?

La chica sonrió y apartó la vista de Scott justo cuando entraba el entrenador y hacía sonar su silbato.

- ¡Greenberg, vuelve a tu asiento! - exclamó dirigiéndose a su escritorio. El entrenador miró unos segundos el infinito con los ojos entrecerrados, tratando de recordar algo.

- Bueno, como ya se deben de haber dado cuenta - habló una vez que hubo recordado - tenemos una nueva alumna.

Señaló a Alex y ésta dibujo una sonrisa en su rostro al escuchar el montón de murmullos que comenzaron a surgir de la nada, todos sobre ella.

- Es una estudiante de intercambio enviada desde Nueva York. Su nombre es Alexandra . . .

- Eh, eh. Alto ahí - interrumpió la rubia - Odio que me llamen así. Díganme Alex o Alexa, pero jamás Alexandra. Si escucho que alguien me llama así - los miró a todos, amenazante - Oh, créanme, no querrán saber qué pasa.

El entrenador abrió los ojos de par en par.

- Oh, Wow. Eso, eso es nuevo - luego sonrió - Bueno, Alexa Oakfield. Háganla sentir como en casa, es muy agradable.

- Aww... Gracias - a Scott le dieron nauseas repentinamente. Esa chica le causaba conflicto.

La clase transcurrió normal, con ciertas interrupciones destacadas de Alex; cada vez todo se volvía más confuso para él ¿quién era ella? O mejor dicho... ¿Qué era ella? Probablemente iría con Deaton.





•••



- ¿Vieron algo anormal? - preguntó Allison una vez que las clases acabaran.

Todos negaron.

- Solo que es muy popular, arrogante, inteligente, bonita, los maestros la aman... - comentó Isaac mientras enumeraba con sus dedos - Si eso no es anormal no sé lo que es.

Lydia rodó los ojos, había algo en ella que no encajaba del todo, y eso la tenía con los pelos de punta.

- Danny dará una fiesta esta noche - habló Ethan - ¿Y si la invitamos? Solo para investigar un poco más de ella.

Stiles torció el gesto. Alex no le agradaba en absoluto, ¿por qué no simplemente lo dejaban estar y se concentraban en algo como Barrow? Ah, pero no, no vaya siendo que la maldita rubia teñida mate alguien.

- No es una mala idea en realidad - Lydia pensó en todas las posibilidades, probablemente establecería amistad con ella y así evitar alguna tragedia. - Hay que acercarnos, evitar algo que pueda ser malo en un futuro.

- Intenté contactar a Derek para ver si sabía algo, pero no contesta su celular - murmuró Scott - Así que iré con Deaton para ver qué información nos puede dar.

- Ahora solo nos hace falta conseguir que vaya a esa fiesta - apuntó el de lunares.

Inconscientemente todos miraron a Isaac, el cual jugaba con sus propios dedos.

- ¿Qué? - exclamó al sentir la mirada de todos sobre él. Stiles sonrió malicioso. - Ay, no puede ser.



•••


Alex cerró su casillero de un golpe, encontrándose detrás de éste al chico rubio que tanto le agradaba.

- ¿Qué ocurre, Isaac? ¿Quieres otra ronda en la oficina del entrenador?

Él rió y negó con la cabeza.

- No, ese lugar es para Lydia y Aiden. - Isaac la miró seductor, a lo que Alex sonrió, le parecía ridículo - No, yo estaba pensando en algo más divertido... ¿Qué te parece una fiesta esta noche?

Alex lo pensó unos segundos, a penas estaba establecida en Beacon Hills y había solo un límite de atención que necesitaba obtener, ya que eso levantaría sospechas para la clave. Pero necesitaba compañía para que encubriera su identidad.

- Está bien, pasa por mí a las siete - rápidamente anotó su dirección en un papelito que encontró y se lo entregó a Isaac - está es la dirección. No llegues tarde.

Se alejó caminado con prisa pero sin perder el estilo, como siempre. En el instituto solían decirle que tenía actitud de Herondale y belleza de Carstairs, tanto que se acoplaba perfectamente a su papel.

Pensó que tal vez no le vendrían mal un par de amigos. . . Aunque ella no sabía que en realidad ellos no querían ser sus amigos.































Nefilim • teen wolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora