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"If you wanna go to heaven you should fuck me tonight"

Alex se encontraba en clase de francés completamente atascada. Llevaba un bolígrafo entre los dientes y tamborileaba el lápiz contra el libro, mientras que su mente vagaba entre distintos pensamientos. Pero entre ellos lo que en su mente más se fijaba era Matt.

Quería ir y reclamarle en su cara por el simple hecho de ocultarle aún más cosas. Él había prometido que no habría más secretos entre ellos; fueran los que fuesen. Y había roto esa promesa solo por querer protegerla. Pero Alex no quería eso, no quería que la protegiera y se metiera en problemas aún más gordos que podrían costarle la vida. Por ese simple motivo había decidido irse sin avisarle, para protegerlo. Y estaba dispuesta a apartase de él para poder salvarlo; tal vez solo así Matt la olvidase o dejaría de importarle, como fuera, tendría que sacarlo de aquel fuego cruzado.

Recordar su rostro se volvía doloroso en ciertos momentos, sobre todo cuando se suponía que debía estar en clase y completando un trabajo.

Por otro lado, para ella era urgente hablar con Scott sobre, oh adivinen, Matt

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Por otro lado, para ella era urgente hablar con Scott sobre, oh adivinen, Matt. Alex simplemente quería odiarlo pero para ella era casi imposible considerando la historia que había entre ellos. Pero ahora pareciese que era Scott quien la odiaba a ella o quizá solo la estuviese evitando, aunque no entendía por qué razón.

Parpadeó un par de veces antes de guardar su bolígrafo en la mochila y suspirar pesadamente; miró hacia el otro lado de la habitación y se encontró con Malia en la misma situación. En medio de todo aquello la campana sonó, dándoles a ambas una salida de aquel tortuoso infierno.

Alex guardó todas sus cosas con rapidez, dispuesta a dirigirse para con el alfa. Pero cuando se disponía a buscarlo un chico la interrumpió.

- Stiles, ¿no se suponía que debías estar con Lydia ayudándola con la otra clave? - preguntó la chica al toparse con el castaño.

- Sí, yo... sólo vine por un par de cosas pero quería preguntarte algo - el chico torció un poco el gesto, dudando de si continuar - ¿vendrás esta noche a la fogata?

- ¿Qué? ¿cuál fogata? - preguntó desconcertada.

- Ya sabes, una especie de fiesta con alcohol y esas cosas que sólo hacemos en Beacon Hills... Yo asumo que vendrás ya que estás en el equipo.

- Mmm... no lo sé. En realidad ni siquiera sabía nada de esto. Pero supongo que vendré, un poco de diversión no le hace daño a nadie ¿o sí?

Stiles ladeó la cabeza con una sonrisa y asintió.

- Bien, me tengo que ir. Necesito seguir ayudando a Lydia, creo que enloquecerá si se queda sola...

- Sí, yo necesito encontrar a Scott urgentemente.

- Está en los vestidores - respondió él con el ceño fruncido y aún su ligera sonrisa.

- Gracias. Nos vemos en la fogata, supongo.

Ambos se sonrieron antes de tomar caminos distintos.



•••




Un poco antes de llegar a los vestidores un quejido se escuchó proveniente de la oficina del entrenador, seguida de un grito:

- ¿¡Qué demonios es esto!?

Alex supuso que eso era digno de echar un vistazo, por lo cual se asomó un tanto a la habitación y se encontró con un muy frustrado entrenador y una impresora que se había vuelto loca; había papeles por toda la habitación, algunos volando y otros en el piso. Uno de estos fue a parar a los pies de la chica, quien se arrodilló para tomarlo.

- ¿Qué dice? - susurró una voz a sus espaldas, la cual identificó como la de Liam.

Alex se puso en pie y se dio la vuelta, casi chocando con Scott. Se llevó un dedo a los labios indicando silencio y se ocultó tras la pared, los chicos siguiéndola. Una ves ocultos, la rubia les tendió la hoja de papel.

- Es la otra parte de la lista de muerte.

Ambos chicos examinaron detalladamente toda ésta. Scott alzó la mirada, preocupado a lo cual Liam lo miró de la misma manera.

- ¿Notas alguna diferencia? - preguntó el alfa.

- Ya no valgo tres millones. Si no dieciocho. Dieciocho millones.




•••



Por alguna extraña razón Alex se dirigía para con Matt. Sí, estaba molesta, pero había que admitir que estaba molesta y sola. Muy en el fondo de su ser, ella quería creer que Matt le diría tarde o temprano toda la verdad.

- Llegas temprano - dijo el pelinegro al verla llegar, dibujó una sonrisa en su rostro.

- Sí... las últimas clases fueron libres para organizar todo aquel albedrío de la fogata. A la cual, por cierto, iré.

- Bien, un poco de diversión no le hace daño a nadie ¿o sí? - Alex sonrió internamente al recordar que esa había sido exactamente la misma respuesta que ella había dado.

La chica se quedo un par de segundos en silencio frente a él, ambos mirándose sin decir palabra alguna. Alex esperaba a que el chico mencionara algo en relación a Iris y todo eso de las espadas arcángel. Pero no lo hizo.

Al contrario, se inclinó hacia ella y depositó un suave en sus labios; Alex casi se resiste, pero al sentir la suavidad con la que rozaba sus labios sobre los suyos, la tranquilidad con la que se movían al mismo compás, la chica tuvo miedo de que si se separaba de él, lo rompería.

Así que devolvió el beso de una manera un poco más vivaz, pero no lo suficiente. Pareciera que Matt quisiese aprovechar cada estúpido mili-segundo de aquel momento. La tomó por la cintura y la apretó como si fuera pequeña y débil mientras que su lengua exploraba dentro de la boca de la chica y sus manos viajaban por cada rincón de aquel cuerpo que había sido suyo tantas veces... Pero ya no lo sería.

Alex sintió cuando las manos del chico se posaron en su glúteos y tomándola por el trasero la obligó a rodear su cintura con las piernas. La chica seguía sin comprender por qué a pesar de todo Matt seguía siendo tan lento y suave, cuando ella sabía que a él le gustaba candente y apasionado.

Pero es que simplemente Matt quería aprovechar cada segundo de su último momento juntos. Antes del final. El chico se sacó la camiseta mientras que Alex pasaba sus dedos por su torso desnudo.

Una noche era lo único que ambos pedían. Una noche. Una noche antes de que ambos tomaran caminos separados, a pesar de todo el dolor que esa decisión les causara. Una noche...







Lamento tardarme tanto en actualizar, es que ya saben, las tareas son una mierda.
Bueno, para quién tenga dudas, NO. Aún no es el final pero estos dos.
- Dixon.

Nefilim • teen wolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora