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- ¿Cómo me encontraste? - preguntó con un hilo de voz. El peli-negro la miró ceñudo.

- ¿Es así como me saludas? Solías tenerme más afecto, Alex. - Respondió con falsa indignación.

La rubia lo tomó por la camisa, haciendo que el alto cazador de sombras se encogiera a su tamaño.

- No vuelvas a mencionar el pasado. - Miró sus profundos ojos claros - O juro por el ángel que te mataré.

Soltó su camisa y se dio la vuelta, dispuesta a irse.

- No revelaré tu ubicación. Solo necesitaba verte... aunque fuera una última vez.

- ¿Sabes una cosa, Matt? - Alex se dio la vuelta para encararlo nuevamente - siempre fuiste un buen mentiroso. Y te sigo creyendo... pero ahora necesito saber cómo me encontraste. Si lo hiciste tú, ellos también podrán.

Matt negó con la cabeza levemente.

- No Alex. Hiciste bien en quemar todas tus pertenencias, me fue muy difícil encontrar algo para rastrearte - sonrió ampliamente - pero sucede que olvidaste algo en tu última visita a mi habitación.

La chica inclinó la cabeza levemente, dándole a entender que no sabía de que hablaba. 

- Explícate.

- Mmmm... recuerdas esas lindas bragas que...

- Si, ¿sabes qué? Mejor cállate. - entrecerró los ojos con curiosidad - no las conservas aún, ¿verdad?

La sonrisa del chico fue casi cínica, dándole a entender la respuesta. Alex suspiró con fuerza antes de volver a hablar.

- Es tarde, Matt. No sé para qué viniste, me conoces y sabes que voy a estar bien... y no necesito que me estén cuidando.

- No lo hago por eso, en serio. Sólo... - se rascó la nuca con nerviosismo - de verdad te extraño. Extraño los momentos que pasábamos juntos, y yo... me cuesta dejarte ir. Sé que lo haces para que no te maten pero yo...

- Matt. -  Alex calló al chico de golpe - Si te ven conmigo, o si tan solo sospechan que estás aquí... vendrán por ambos. No es justo que mueras por mi culpa, no podría vivir con eso.

Matt dio un paso hacia el frente y suavemente acarició la mejilla de la chica. Resumiendo, podría decirse que Matt era el ex-novio de Alex; nunca terminaron pero ella ya daba por terminada esa relación debido a que era una fugitiva, pero él parecía no poder dejarla. Y todos saben que reunirte con tu ex, es definitivamente la peor idea del mundo.

- Déjame quedarme contigo - susurró en su oído - solo un par de días. Sin importar que te busquen, sin importar que probablemente no nos volvamos a ver... sólo... por favor...

Alex agachó la cabeza. Era una mala idea, una terrible idea, a decir verdad, la peor del mundo; simplemente asintió con la cabeza.






• • •




Alex se despertó en medio de la noche con la respiración agitada y un escalofrío recorriéndole la espalda. Tenía un mal presentimiento que la había estado atormentando desde la noche anterior, llenándola de duda.

Se vistió rápidamente con su típico cuero negro y se tomó todo un arsenal. Sentía eso como cuando un demonio está tras de ti e intentas atacarlo pero no puedes, solo que en este caso es el demonio la llamaba.

Salió del apartamento sin decirle nada a Matt y comenzó a caminar sin rumbo, dejando que sus sentidos de rastreo la guiaran. Llegó al bosque y siguió caminando ¿por qué estaba en el bosque? No lo sabía. Siguió caminando hasta que vio algo a lo lejos, o más bien alguien... un cuerpo. Continuó acercándose hasta tener una mejor visión de éste, la persona gritaba, forcejeaba y parecía a punto de echarse a llorar. Alex abrió mucho los ojos al ver quién era. Stiles.

Corrió la poca distancia que la separaba del chico y se arrodilló junto a él sin tener idea que hacer; había escuchado que no es bueno despertar a un sonámbulo. Pero se veía agonizante y atemorizado.

- Stiles, ¡Stiles despierta! - comenzó a agitarlo frenéticamente, a lo que él sólo respondió con gritos cada vez más Fuertes. - ¡Despierta! Ay, me arrepentiré de esto... - estaba por lanzarle un puñetazo a la cara cuando el chico abrió los ojos.

- ¿Alex? - su voz sonó quebrada al pronunciar su nombre, se veía tan débil y vulnerable con lágrimas en los ojos. Ella asintió.

- Aquí estoy, Stiles. - El chico suspiró y apoyó la cabeza en su regazo. - Aquí estoy...

- Gracias por despertarme, Alex, gracias, gracias - siguió repitiendo eso constantemente.

- Stiles está bien, no va a pasar nada. Todo está bien... voy a llamar una ambulancia - estaba a punto de meter la mano en el bolsillo de su chaqueta pero él se la tomó.

- Quédate. Sólo, espera... - pidió suavemente. Ella dijo que si, aunque no entendía muy bien por qué, le daba lástima y estaba asustada.





• • •





- Gracias por encontrarlo - murmuró Scott una vez que salieron de la escuela al día siguiente, ya que no habían tenido oportunidad de verse - te debo mucho.

- Está bien, Scott. No es necesario.

Se miraron en silencio un par de segundos, y cuando Alex se iba a dar la vuelta para irse, Scott hizo algo inesperado. La abrazó. La estaba rodeando con sus brazos, lo cual era algo muy raro para ella.

- Gracias. En serio gracias - susurró contra su hombro e inmediatamente la soltó y se fue a paso rápido.

Pero cuando creyó que podría irse tranquila a su departamento se encontró a la persona menos esperada, el lobito amargando.

- ¿Qué te trae por aquí, amargado? - él la miró con una mueca ante el apodo.

- En realidad, estaba aquí por alguien más, pero te vi y quería aprovechar para decirte algo... - la miró un par de segundos, indeciso. - Yo solo... Gracias por encontrarlo.

E igual que Scott desapareció rápidamente. Se dirigió al aparcamiento, donde se encontraba Matt, esperándola.

- No me agrada - dijo el peli-negro cuando ella entró.

- ¿Qué cosa?

- Que te juntes con tantos chicos - Alex rió ante los celos del chico.

- Solo vámonos, he tenido un día largo. - él simplemente obedeció sin rechistar.

Sin embargo, algo había cambiado en su relación con la extraña manada. Había confianza mutua.

















Nefilim • teen wolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora