|04|

13.9K 1K 364
                                    


Scott miró a su jefe, el cual lo miraba con cierta duda en sus ojos. Le había dado una concreta descripción de la apariencia de Alex y su conducta, mas Deaton parecía no tener idea de qué decir. De no conocerlo bien, diría que le estaba ocultando algo.

- ¿Entonces...? ¿Tienes alguna criatura en mente? - preguntó el muchacho después de unos segundos de silencio.

Deaton entornó la mirada hacia él e hizo un movimiento con los hombros.

- Tengo algo en mente, pero no estoy muy seguro - apretó un poco la mandíbula, como recordando algo - ¿Crees que puedas traerla hasta aquí? ¿O conseguir una muestra de ADN para analizarlo?

Scott abrió mucho los ojos, no sería fácil pero imposible jamás.

- Veré qué puedo hacer. - El chico miró su reloj con cierta impaciencia. - Me tengo que ir, le prometí a Kira que la ayudaría con un asunto que tiene pendiente.

Se despidió rápidamente antes de salir disparado hacia su motocicleta.

•••

- ¡Wow! Esto sí que es una fiesta - gritó Alex por sobre el bullicio y la música que se escuchaba en el pequeño lugar.

Al parecer, no importaba si llovía, temblaba o nevaba, en Beacon Hills siempre había un motivo y espacio para hacer una fiesta. O un buen partido de Lacrosse, claro.

Isaac miró a su acompañante, le parecía ciertamente muy extraño que siempre estuviese vestida de negro. No sabía si eso estaba relacionado con la criatura que era, o simplemente era de esas personas que odian la vida. Esa noche llevaba una simple falda corta, una blusa corta y unas botas a color, encima llevaba una chaqueta por la cual se deslizaban sus finas ondas de cabello doradas. Se veía hermosa, pero Isaac tenía el ojo puesto en otra chica, y Alex lo había notado.

- Anda, ve con ella - comentó al cabo de unos segundos de notar su mirada perdida.

- ¿Qué? - Alex rió, ¿cómo no darse cuenta de la forma en que la miraba.

- Con Allison. Ve con Allison. - La chica sonrió amablemente al notar que éste no se negaba.

- Pero tú...

- Yo estaré bien, ve a disfrutar de la fiesta - ordenó la rubia.

Isaac se lo pensó un par de segundos. ¿Qué diría Scott? Él le había pedido que cuidara a Alex, pero también estaban Lydia, Ethan y Aiden, así que ¿Qué daño podría hacer? Además, No estaba Scott.

- Gracias, Alexa - el rubio plantó un beso en la mejilla de la chica y salió corriendo en busca de la morocha.

Alex sonrió para sus adentros; no llevaba ni un día en la preparatoria y ya sabía cuantas criaturas sobrenaturales había ahí. Cuatro hombres lobo, tres betas y un alfa, una banshee, un Kitsune, una cazadora y... Un "Stiles". Una linda manada, a decir verdad.

La chica se dobló las mangas de su chaqueta de tela y se acercó con la chica que tenía las pinturas fosforescentes, ésta le dio la libertad de tomar lo que quisiese. Terminó de dibujarse una estrella en la mejilla cuando alguien choca con ella.

- Oh, lo lamen... - hablaron al unísono, pero al verse a la cara ambos hicieron una mueca.

- Oh, solo eres tú. La verdad es que no lo lamento - masculló Alex al ver el rostro cubierto de lunares de Stiles.

- Sabes qué, yo tampoco. - Dijo él, mirándola como si quisiera interrogarla. De pronto recordó lo que Scott les había pedido y se repitió a sí mismo "las rubias son amigas, son amigas, son amigas..." No es que tuviese algo contra las rubias, pero ésta lo sacaba mucho de quicio.

- ¿Qué te parece si mejor olvidamos todo este malentendido y...? - tomó el primer objeto que vio, el cual resultó ser una botella de tequila. - ¿Nos emborrachamos? - Terminó la frase con una linda sonrisa dulce.

Alex lo miró con una sonrisa irónica asomándose por el rabillo de sus labios.

- Lo siento, Stiles. Pero no vine aquí a emborracharme y acostarme con desconocidos - el chico no captó la frase, pero ignoró ese hecho.

- ¿Y si bailamos? - volvió a sugerir. Alex negó con la cabeza, el chico se estaba volviendo molesto.

- La respuesta es no. - Stiles abrió la boca para protestar pero ella fue más rápida. - ¿Quieres oírlo en francés? Non. - el castaño se ofendió un poco, pues aquella frase ya la había usado él anteriormente y con diferentes idiomas.

Con esas últimas palabras, la chica se escabulló, perdiéndose en el gran mar de gente. De un momento a otro se topó con la chica rubio-fresa de la que las personas siempre hablan, Lydia Martin.

- Necesito tu ayuda - exclamó la rubia - Stiles no deja de seguirme.

A pesar de que ambas chicas solo habían cruzado un para de palabras, se llevaban bien. Lydia rió por lo bajo y la tomó del brazo guiándola a un lugar apartado. Alex suspiró con alivio.

- Gracias, Lydia - Se llevó una mano al pecho, intentando respirar - Te debo una. - La pelirroja alzó una ceja.

- De hecho dos, por lo de matemáticas. - Alex frunció el ceño pero al cabo de unos segundos sonrió.

- Deberíamos crear una lista, ya que estamos - ambas chicas rieron.

En menos de segundos se creó una conversación entre ambas que variaba según él tema.

- Voy por unas bebidas ¿quieres algo? - Preguntó Alex al cabo de un rato. Lydia declinó la oferta, a lo que la rubia se encogió de hombros y se adentró nuevamente en la fiesta.

Al fijar su vista en cierto punto de la habitación, sintió repentinamente que la miraban desde las sombras. Ignoró ese pensamiento en cuanto un chico fornido casi la derriba.

- Oye ten más cuida... - se quedó unos segundos muda al verlo. Ese par de ojos ambarinos tirándole a verde, resaltaban casi tanto como sus dientes en aquella oscuridad. Alexa no pudo evitar notar lo guapo que era. - ... cuidado.

Sus miradas se cruzaron un par de insignificantes segundos, ni siquiera suficiente para que él se diera cuenta de sus runas. Luego ambos continuaron caminando.

Alex se sintió repentinamente mareada, sus piernas fallaban y su cabeza daba vueltas, haciendo que sus ojos le dieran vueltas a la habitación. Ni siquiera escuchó el grito de Derek corriéndolos a todos cuando aquella sensación desapareció. La gente corría desesperada, intentando encontrar la salida, mientras que toda la manada la miraba a ella.

- ¿Qué rayos eres? - preguntó el de los ojos verdes-ambarinos, Derek.

- No te incumbe en lo más mínimo - Derek estaba a punto de replicar con algo grosero cuando un par de figuras se materializaron en las sombras.

Todas miraban fijamente a Alexa con ese rostro cubierto por una máscara, sentía que le penetraban el alma. Comenzaron a acercarse e involuntariamente se llevó una mano a la chaqueta, a punto de sacar un cuchillo Serafín de ser necesario.

- Me encontraron. La clave me encontró. . .























Nefilim • teen wolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora