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Alexa había salido de la ducha, como cualquier tarde. En serio que no esperaba que la llamaran tan pronto; justo al salir, su celular sonó con el tono de mensaje, un mensaje de Allison que solo contenía tres palabras.

Casa de Derek.

No tardó ni dos minutos en cambiarse y armarse. Pero esta vez era diferente. Tenía el leve presentimiento de que necesitaría algo más que cuchillos Serafín, dagas y kindjals. Así que abrió el armario (si ahí era básicamente su escondite de armas) y sacó de éste una larga espada; y no cualquier espada, sino una forjada del hierro de las hadas, el más letal y poderoso que existe en los mundos. La tomó por la empuñadura, la cual tenía incrustaciones de zafiro, y la metió en la funda que colgaba de su espalda.




•••





La chica llegó justo en el momento en que Stiles, o algo que tenía su rostro, se deshacía de Derek tirándolo al piso de un golpe. Alex no se lo pensó dos veces al dar un gran salto desde la entrada y desenfundar su espada en el aire, al caer, ésta estaba posada en el pecho del nogitsune.

- ¡Huuuu! Llegó la caza demonios

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- ¡Huuuu! Llegó la caza demonios. - se bufó - ¿Qué esperas para matarme? Yo sé que quieres hacerlo, ¿huh? - Stiles la miró con las cejas alzadas - así volverás con los tuyos ¿no? Matar a uno de los demonios más raros y antiguos enmendaría todos tus errores. - Alex lo miró con los ojos entrecerrados.

- No me tientes, por qué juro por el ángel que te mataré - Stiles sonrió al escuchar un arma ser cargada.

- Baja el arma - ordenó el sheriff. Alex ni siquiera lo miró.

- Dame una razón para no matarte - exigió al demonio.

- Mmmm... matarías a Stiles, y ambos sabemos que no quieres hacerlo. - dijo sin borrar su sonrisa - Además si matas a Stiles, Scott te odiaría. Toda la manada te odiaría y no te dejarían entrar...

- ¡BAJA EL ARMA! - Alex siguió sin moverse a pesar de la pistola que el alguacil apuntaba a su cabeza.

- ¡MÁTAME!

Alex cerró los ojos ante la inminente explosión de gritos que se había creado en la habitación.

- ¡Basta! ¡Esto es lo que él quiere! - intervino la voz de Allison.

- No exactamente. - habló el nogitsune, mirándolos a cada uno - Esperaba que Scott estuviera aquí.

Alex exhaló aire y se apartó un paso al mirar por la ventana y ver que el cielo se oscurecía. Lo que solo quería decir una cosa: los Oni venían.

- Pero en realidad no están aquí para matarme - dijo Stiles dándoles la espalda y colocándose detrás de ellos - si no para protegerme. - en cuanto terminó su oración, cuatro Oni aparecieron de la nada y desenfundaron sus katanas.

Allison y Alex se colocaron de espaldas a los demás, resguardando a Stiles por la espalda. Argent y Stilinski comenzaron a disparar rápidamente, mientras que Derek se preparaba para la batalla; Alex le dio una vuelta a su espada con la mano y Allison desenfundó un cuchillo. No pasó demasiado tiempo para que se les echaran encima.





• • •



Alex no sabía exactamente si sentirse celosa de Kira o no. Es que para ser justos, la chica había perdido la confianza en su familia al enterarse de que ella y su madre eran kitsunes, y encima que la señora Yukimura era la responsable de la existencia del demonio oscuro que habitaba dentro del chico que odiaba. Pero vamos, ¿llevarla a dormir en su casa? ¿En su cuarto?

Alex simplemente agitó la cabeza para apartar esos pensamientos de su mente. ¿Cómo era posible que teniendo problemas diez mil veces mayores se concentrara en eso? ¡Pff! Que estúpida. Simplemente se iría a...

Ven a mi casa
- Scott.

Bien, pues sinceramente eso no se lo esperaba. Pero ¿ya que?


• • •


Melissa le abrió la puerta y la miró un poco alarmada.

- ¿Qué es lo que sucede? - La mujer simplemente agachó la cabeza.

- Es Stiles - respondió con nerviosismo.

Alex soltó un leve suspiro. Estaba 99.9% segura de que era un truco del maldito demonio que vivía dentro de él. Y hubiese estado dispuesta a enterarse de lo que sucedía de no haber sido por la persona que se encontró. La persona que cambió su vida, la única a la que en verdad tenía deseos de asesinar.

- Tú... - murmuraron ambos al verse entre sí.

- ¡Te voy a matar, maldito hijo de perra!

Alex se abalanzó con una rapidez sobrehumana sobre Deaton. La ira, la adrenalina y el enojo se arremolinaban en su interior mientras que sus puños lo canalizaban sobre el rostro de aquel hombre que arruinó su vida. Los inminentes gritos de las personas a su alrededor se hacían cada vez más notables, y los miles de intentos de separarla de él. Un par de brazos la tomaron fuertemente por la cintura y la separaron.

- ¡Basta ya! - rugió Scott sin soltarla aún.

La respiración de Alexa era agitada, mientras que el rostro de Deaton estaba cubierto de múltiples cortes por su culpa.

- ¿Pero qué te sucede? - Scott la miraba impasible.

- Él. Él fue el que causó que me expulsaran de la clave... ¡el causó mi expulsión de MI mundo!

Una chispa de duda brilló en los castaños ojos de Scott, quien pasaba su mirada de su jefe, quien consideraba un segundo padre, a la atractiva chica rubia cubierta de tatuajes que había llamado su atención. La verdad era que, con Stiles muriéndose en su sofá y un par de personas que apreciaba en enemistad, no tenía idea de que hacer.

Nefilim • teen wolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora