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Alex se sentó en el sillón que estaba frente a la cama de Kira. La chica se veía tan consternada que Alex no podía evitar reír al ver la expresión de su rostro. Ella, Malia y Kira se habían pasado todo el fin de semana intentando conseguir las otras claves, así que ahora les tocaba descansar para el siguiente día de escuela.

- ¿Qué es tan gracioso? - preguntó la de pelo negro.

- Tu cara, si sigues haciendo esos gestos se te va a quedar así - contestó la otra chica sin borrar su sonrisa.

- No es gracioso ¡mi nombre está en una lista de muerte y también el tuyo! ¿No estás preocupada de que en cualquier momento venga alguien a querer matarte?

- Pues tengo experiencia con eso por si no lo habías notado - contestó la rubia encogiéndose de hombros - un ángel va a venir a matarme un día de estos. Tengo un año de vida, ¿crees que voy a dejar que una pandilla de asesinos mundanos acaben conmigo? Ni ensueños.

Kira por fin esbozó una media sonrisa, y como si hubiese recordado algo se inclinó hacia ella con interés.

- ¿Puedo contarte algo? - preguntó mirándola.

- Lo que sea - afirmó Alex.

- Bueno... estaba en la casa del lago con Scott, ya sabes antes de que Liam escapara - Alex la miraba en espera de que continuara - es que... fue muy romántico. Puso una canción lenta en su celular y, pues bailamos y... nos besamos bajo la luna, no sé fue muy lindo...

Alex fingió una sonrisa al escuchar sus palabras, a pesar de que en el interior de estuviera cayendo a pedazos.

- Eso es tan dulce que creo que me dio diabetes...

Ambas rieron, a pesar de todo, Alex no podía odiar a Kira.





•••




- Y por eso creemos que quien haya ordenado el barril, mató a Demarco - explicó Scott a Alex por teléfono.

- Sí, mañana buscaremos al culpable entre alguno de los de primero - contestó la rubia, sonando algo cansada - Bien, me voy, mañana hay clases...

- Bien, descan... - Alex terminó la llamada antes de que el chico pudiese terminar la oración - ... sa.

Scott guardó su celular en el bolsillo de sus jeans antes de abrir la puerta de su habitación. Al encender la luz se dio cuenta de que no estaba solo; había alguien sentado en la silla giratoria junto a su cama. El chico rápidamente se alistó para una pelea y dejó escapar un gruñido animal.

El individuo ni siquiera se inmutó; era hombre, alto, de pelo oscuro y un tanto despeinado, llevaba un arco a la espalda y a juzgar por las marcas en su cuello y brazos era cazador de sombras, el chico jugaba con una flecha entre sus dedos.

- Relájate, Scott. No vine aquí para matarte - declaró el chico por fin alzando la visa para mirarlo. Tenía los ojos claros. - Aunque... - prosiguió - debería hacerlo porque casi tienes sexo con mi ex novia, ¿no crees?

 - prosiguió - debería hacerlo porque casi tienes sexo con mi ex novia, ¿no crees?

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Scott frunció el ceño con confusión.

- Espera ¿qué? ... ¿quién eres?

El chico se puso en pie, revelando su gran estatura.

- Matthew Lightwood, pero todos me llaman Matt.

En ese momento todas las piezas cayeron en su lugar y Scott recordó todo.

- Bien, pero aun así acabas de decir que tú y ella ya no son nada - respondió el hombre lobo.

- Tecnicismos... - dijo el cazador - No es eso a lo que vine.

Scott lo miraba con desconfianza, listo en cualquier momento por si había que atacar.

- Supongo que ya te habrás enterado de todo el drama que hacen los míos por querer matarla. También supongo que ya sabes que van a invocar a un ángel para buscar una manera de hacerlo... - hizo una pausa para asegurarse de que entendiera - Tú y yo tenemos algo en común, Scott. Ambos queremos a Alex, y no queremos que muera.

Scott seguía con su mirada cada movimiento que hacía el chico.

- Por lo cual te tengo una propuesta... Yo te digo cada movimiento que haga la clave, como atacarán, cuando atacarán, que tan listos están, cuantos ejércitos tienen, bla, bla, bla...

- ¿Serías como un infiltrado? ¿Y qué si te descubren? - preguntó el alfa.

- Moriré. - Contestó encogiéndose de hombros - Pero al menos morí por Alex.

El chico se quedó unos momentos pensando en la propuesta que se le había hecho. No estaba para nada mal, a decir verdad, pero no estaba seguro de lo que diría Alex.

- Pero hay una condición... - señaló el más alto.

- Dila.

- No te vuelvas a acercar a Alex a menos que sea absolutamente necesario. — Scott se quedó en shock un momento. No estaba seguro de poder cumplir eso, definitivamente no iba a poder cumplir eso. Estar lejos de Alex era como tratar de evitar el sol; y Scott amaba los días soleados. —No le des tantas vueltas, al final del día ambos sabemos que ni siquiera es la primera opción en tu corazón, así que, ¿por qué no mejor aclararte un poco la mente de esta manera?

El alfa lo miró mal. Ese chico lo tenía idea de lo que había en su corazón, mucho menos tenía derecho a hacer especulaciones.

- ¿Entones que dices? ¿Tenemos un trato? - preguntó el nefilim tendiéndole la mano para estrecharla.

El alfa lo miró un momento antes de tomar una decisión.








Odio la gripe, ¿saben? La odio.

Nefilim • teen wolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora