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Cuando Alex despertó, aparentemente ya no había nadie en casa. Miró el reloj y se dio cuenta del por qué; básicamente se había despertado alrededor de las tres de la tarde. En cuanto se dio cuenta de eso, notó que algo no cuadraba.

Había tenido una pesadilla. Era sobre el ángel Raziel; en su sueño había tomado un recipiente poco común, un hombre promedio que usaba corbata y gabardina beige. Pero ese no era el punto. Sino que él había venido a matarla y nadie quien ella conocía hacía nada para evitarlo. Ni Kira, ni Lydia, ni Stiles, Malia, Scott o Iris. Ni siquiera Matt, en quien más confiaba y quería.

No se detuvo a pensar en ello a decir verdad, si no que fue a darse una ducha fría para salir cuanto antes en busca de la manda, por qué según tenía entendido, hoy era el día en que regresaba Kira a Beacon Hills.

Al salir, simplemente tomo ropa limpia de su mochila (la típica ropa oscura de todo cazador de sombras), se hizo una coleta y tomó todas sus armas. Pero cuando estuvo a punto de salir un escalofrío le recorrió la espalda; se obligó a girarse y recorrer la habitación con la mirada.

Sentía algo. Algo anormal. Se arrodilló junto a la cama de Scott y levantó los edredones; debajo de ésta sólo estaba una mochila roja de deporte. Alex dudaba un tanto de si su instinto le estaba jugando una mala pasada, digo, ¿una mochila? La rubia simplemente negó con la cabeza para apartar esos pensamientos.

Abrió la mochila y se encontró con un montón de fajos de billetes, ese era probablemente el dinero de Gareth, entonces... ¿por qué lo tenía Scott? Pero en sí no fue eso lo que le llamó la atención.

Comenzó a rebuscar entre todos éstos y se encontró con un arma; y en realidad no se refería a un arma como una pistola o un cuchillo. Lo que Alex sostenía en su mano era un objeto celestial. Y ella supo en ese instante lo que era.

Un espada arcángel.





•••



|Clínica veterinaria, 8:53 am.|

- Debo llamar a Alex, Deaton. Tengo que. - suplicó el hombre lobo.

- Scott, no podemos hacer eso. Viste lo que hizo la última vez. Fueron cuatro personas en menos de seis minutos, imagínate lo que puede hacer con cientos... - contradijo.

- No era ella misma...

- Sí lo era. Alex es peligrosa, Scott. Y ese es el problema... Alex no es humana.

El chico lo miró confundido. Por supuesto, Alex era una cazadora de sombras, pero todos los cazadores de sombras eran humanos ¿no?

- ¿Tu celular? ¿Tienes fotos de ella en tu celular?

- Mmm, sí.

El chico abrió su galería de imágenes y una de las primeras que vio fue una de la rubia sonriendo a la cámara junto a Stiles.

- Mírala con tus verdaderos ojos, Scott. Vé a través del velo del glamour.

Así lo hizo el chico; al principio todo parecía normal, Alex parecía ella misma. Pero pasados un par de segundos el chico pudo ver por debajo de todas aquellas capas de mentiras a la verdadera Alex.

La imagen era la misma, solo que ahora los ojos de la chica resplandecían de un color violeta y sus orejas eran un tanto puntiagudas, casi como las hadas de los antiguos cuentos de hadas. Pero eso no era todo. Alrededor de ella había algo parecido al aura que tenía Kira, solo que sin forma alguna, era blanca y muy brillante y sobre todo, parecía emanar de Alex.

Nefilim • teen wolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora