Nefilim • teen wolf

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- Scott - su voz sonó débil, quebrada. No obtuvo respuesta. - ¡Scott!

¿Cómo sabía el Nogitsune que Alex le tenía terror a estar sola en espacios oscuros y cerrados? Procuró no entrar en pánico. Sólo estoy dentro de su cabeza, en realidad no puede dañarme. Seguía repitiéndose lo constantemente, resistiendo el impulso de llamar a gritos a Scott.

- Iris...

Alex soltó una exclamación ante la repentina mención de ese nombre, el cual había tratado de olvidar con mucho fervor. Volvió su mirada a cierto punto de la habitación y vio la escena que la truco da mente de Stiles me había planteado.

- ¿Es que no lo entiendes? ¿No podrías dejar de tomar las decisiones tú? ¿De ser siempre la mejor? No seas estúpida, por favor. En el fondo sabes que lo haces por qué tienes miedo de que te lo arrebate todo... sabes que soy mejor en todos los aspectos.

Lo que a Alex más le dolió de escuchar esas palabras, por sobre todo, fue que las dijo ella. Recordó el momento exacto en que esas palabras salieron de su boca para ofender a la persona que más quería en el mundo, la única que estuvo allí para ella, la que sin dudarlo la apoyaba en cualquier decisión, su mejor amiga, su hermana, su Parabatai.

El volver a escuchar las palabras que con tanta facilidad y deseos masivos de destrucción a una persona pronunció, le provocaba dolor físico. Pero lo que en verdad le causaba ese sentimiento de asfixia, el dolor de un corazón en puño, era la imagen de Iris de pie frente a ella, llorando en silencio y preguntándose por qué lo hacía, pero ella sabía muy bien la razón. Así que simplemente se largó de ahí.

La escena cambió drásticamente a una donde se veía a sí misma sosteniendo una daga sobre el cuello de su parabatai. Para entonces no podía retenerlo más, gritó fuertemente en busca de despertar de aquel espejismo.

- ¡SCOTT! - gritó el nombre del alfa intentando encontrar señales de él, pero no obtuvo respuesta.

En una oscura parte de la habitación, Alex vio al nogitsune, la cosa rara con vendas. Fue entonces cuando se dio cuenta que las imágenes que veía no estaban en la cabeza de Stiles, si no en la suya.

Un fuerte grito con su nombre la hizo salir de su ensoñación y recuperar la cordura. Se dio la vuelta y empujó con fuerza la puerta que se encontraba a sus espaldas, solo para encontrarse con un panorama completamente diferente, iluminado por una blanca luz.

A su lado se encontraba Scott, que tenía cierta expresión de confusión en el rostro que seguro ella también tenía. En el fondo de la habitación se encontraban Stiles y el Nogitsune sentados sobre el nemeton mientras jugaban un extraño juego de mesa. Alex no necesitó nada más para comenzar a correr, Scott junto a ella, pero parecía no importar cuanta distancia recorrieran, ellos seguían igual de lejos.

- Scott, ¿Stiles es un miembro de la manada, no? - el chico la miró raro antes de asentir mientras ambos recuperaban el aliento. - ¿Y cómo llaman los lobos a los miembros de la manada?

Scott dibujó una sonrisa en su rostro justo antes de transformarse, había captado la idea.

- Aullando.

El chico rugió de tal manera que el sonido rebotaba en las paredes y hacía que el suelo temblara. En un arrebato, Stiles miró al demonio que tenía frente a él y arrojó las fichas del juego lejos de ambos; el Nogitsune también rugió, pero lo hizo tan potente que sacó a los tres de la cabeza de Stiles. Ahora volvían a encontrarse en la casa McCall.

Alex abrió los ojos de par en par solo para ver cómo Peter tomaba a Lydia del brazo, exigiéndole algo. Pero esa imagen no duró mucho, ya que Stiles, a su lado, comenzó a vomitar las vendas del Nogitsune, una escena un poco tétrica y caótica a su parecer. De las vendas en el suelo, una oscura figura comenzó a levantarse.

Scott y Peter sostuvieron a la criatura, acorralándola en el sillón. Pero lo que ellos pensaron que era el nogitsune, no era más que el pálido e indefenso Stiles.

- Scott - la voz de Deaton hizo que el chico se recuperara de lo que acababa de presenciar - Se las llevó. A ambas.

Scott buscó a Alex y Lydia por la habitación pero no encontró rastro de ninguna.

- ¡Alex! ¡Lydia! - gritaba sus nombres con frenesí y desesperación, ¿cómo pudo haber sido tan estúpido?

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Ya sé que me tardé mucho en actualizar pero es que he tenido migrañas terribles así que :( de todos modos ya casi voy a empezar con la s4 so vamo a calmarno gente