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- ¡Oh, gracias a Dios! Chicos, despertó - anunció Kira al ver que Scott abría los ojos.

Malia y Stiles se acercaron con Scott y los tres hicieron un círculo alrededor de él.

- ¿Qué sucedió? ¿Dónde estamos? - preguntó el hombre lobo con desconcierto.

- No lo sabemos - contestó Malia.

Scott se puso en pie y comenzó a mirar hacia su alrededor. Kira y Malia charlaban entre sí.

- Scott, ellos las tienen. A Lydia y Alex. - Agregó Stiles.

El chico soltó un leve quejido, ¿por qué siempre se las llevaban a ellas dos? Es como si supieran que pueden manipularlo mejor de esa manera. Scott comenzó a buscar una salida desesperadamente.

- Scott - lo llamó Stiles; el chico lo ignoró - ¡Scott! - el alfa al fin se giró para mirarlo, completamente frustrado.

- Hay algo más que no te he dicho... - continuó el pálido. Scott estaba cada vez más frustrado. - Alex está herida...

- ¡¿Qué?! ¿Qué fue lo que le hicieron?

- Herida de bala, en el abdomen. Se hizo uno de esos dibujos raros que se hace seguido en el brazo pero cuando no separaron no estaba sanando... ¿Scott? ¿Estás escuchándome?

Por su lado, el enojo, las ansias y la desesperación nublaban el juicio del chico mientras intentaba abrir la enorme puerta.

- Yo digo que ataquemos a los que estén del otro lado cuando abran y... huyamos - sugirió Malia.

- ¿Y qué hay de Lydia y Alex? Definitivamente no me iré sin ellas. - Dijo Scott.

- ¿Por qué no?

- Malia, ya hablamos de esto, no abandonamos a las personas - le dijo Stiles a la coyote, ella asintió.

- ¿Eso es lo que hacen los coyotes? ¿Los dejan? - inquirió la japonesa.

- Si está débil o herida, sí - contestó encogiéndose de hombros.

- Aunque no lo crean, eso es progreso - comentó Stiles.

- Bien, pues no dejaré a ninguna. - Replicó Scott con firmeza.

Stiles frunció el ceño levemente y le hizo señas a su amigo para que fueran a conversar a un lugar "más privado", o sea, la esquina de la habitación.

- Amigo, ¿sucede algo entre tú y Alex de lo cual yo no esté enterado? - inquirió el de lunares haciendo leves gestos con las manos.

Scott alzó las cejas. ¿Debería decirle? Era ciertamente algo privado, ¡pero vamos! Era Stiles, su mejor amigo desde que tiene memoria.

- Mmm...

La puerta se abrió, apareciendo un par de cazadores tras ella. Inmediatamente Scott se lanzó hacia ellos, lo cual, a decir verdad, no resultó muy bien.




•••





Al despertar, lo primero que Scott vio fue una habitación iluminada por la luz del sol, de paredes rojas y una chimenea por la cual colgaban distintas cabezas de animales. Después de eso la vio a ella. Alex estaba tirada en el rincón bajo la chimenea; estaba pálida, sus manos y abdomen cubiertos de sangre, su rubio cabello se pegaba a su rostro por el sudor, su respiración era considerablemente agitada y tenía los ojos entreabiertos. Un par de hombres le apuntaban con armas.

- Alex - Scott intentó alcanzarla pero sus manos estaban atadas con cadenas a una silla, al igual que sus pies.

Giró su mirada hacia los cazadores que la custodiaban, amenazándola con rifles. Un gruñido poco humano y salvaje escapó de los labios del chico. Justo entonces entraron por la puerta Lydia y la vieja jefa, la cual le apuntaba y dio órdenes de atarla a la silla junto a él.

Nefilim • teen wolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora