Capítulo 9

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Nos encontrábamos todos sentados en la sala esperando a que llegaran mis padres y Michael.

-Entonces, Stuart, ¿Te conozco?-preguntó Justin sumándose a la conversación.- me eres familiar.

-Soy Stuart Willem. Mi equipo jugó contra Suiza hace 2 años. Nos conocimos en Ottawa. Tus hermanos y tu hicieron el show de apertura del campeonato.

- ¿ Y qué haces aqui? - pregunté confundida.

- Pues..- comenzó a decir, pero la voz de mi padre lo interrumpió.

-¡Hola familia!- gritó entrando por la puerta de entrada junto a mamá y su rostro palideció aún más de lo que era al ver a Stuart.

-¿Quién es el chico?- preguntó mamá caminando a la sala con su sonrisa característica.

Papá se acercó.

-Soy Stu...- interrumpí al no invitado. Me puse de pie.

-Es Stuart Hillel, no, perdón, Stuart Colleman Hillel.- corregí.

-¿Qué?- dijeron mis hermanas al unísono en evidente confusión.

-¿Qué hiciste papá?- preguntó Melissa caminando hasta mi lado.

Mamá suspiró.

-Chicos, ¿nos pueden dejar a solas?- preguntó y los tres asintieron marchándose a través de la puerta de la salida. Una vez que estuvimls solos habló. Su padre me engañó, tuvo un hijo con otra mujer, ella murió y ahora el debe vivir con nosotros.-dijo sin más y todas nos quedamos sin habla.

-¿Tu la qué?- preguntó Peyton colocandose a mi Derecha mientras Melissa iba a mi izquierda.

- Entonces, Stuart es...- empezó a decir Melissa.

-Es su hermano.- completó Michael, quien estaba parado en la puerta de la cocina de brazos cruzados.

-Yo, no quisiera ser una molestia para ninguno de ustedes. No quiero causar problemas, se...

-Ya lo causaste.- lo interrumpí.

-No lo eres.-Lo animó Michael.- las chicas ya necesitaban quien las cuidara cuando no las veíamos.-dijo guiñandole un ojo a papá.

Rodé los ojos.

-No se quedará aquí.- habló Peyton.- ¡Mamá, dile algo! ¿Como puedes estar tan tranquila? ¡Te engañó!

-No entenderían.

-Pasó hace años.- dijo papá.

-¿Entonces, lo ocultaste por años?¿Y ahora aparece y esperas que lo recibamos sin más o qué?- pregunté.

-Eres lo peor...- dijo Melissa caminando hasta él y subió las escaleras.

Peyton caminó hasta mamá y negó lentamente sin saber que decir y se marchó.

Yo por otro lado nisiquiera me molesté en decirles algo. -Bienvenido a la familia perfecta Stuart.- dije mirando a mi padre directamente a los ojos y me marché.

-¡Friendzone!- chilló Alexa.

-¡Eres una zorra!- le dijo Isabella.

Las chicas vinieron a "pasar la tarde en la piscina" pero en realidad vinieron porque querían ver a mi nuevo hermano. Bueno, medio hermano.

Todas bromeaban mientras yo solo tenía la vista clavada en la nada.

-Te gusta.-le dijo Karla a Danielle.

-No.- se defendió Danielle.

-Eres una mata pasiones.-se quejó Karla.

Noté una silueta desde el interior de la casa. Peyton. Me lanzó cuchillas con la mirada y se marchó. No la culpo, Bruce era de esos chicos que saben como hacerte caer, capaces de volverte vulnerable con una frase, además del hecho de que no sabía lo que había ocurrido entre nosotros. Bruce y yo estuvimos juntos durante casi dos años, dos años durante los cuales Peyton estuvo en un internado en Inglaterra.

Estaba oscureciendo y las chicas ya se habían marchado, estar en casa no era la mejor idea para mí, así que me coloqué unos jeans, un suéter, mis vans negras, tomé las llaves del coche y salí a dar una vuelta.

Conduje por casi una hora hasta que llegué a un parque. Estacioné el auto y decidí caminar un poco. Habían luces decorando algunos de los árboles, los faroles iluminaban el camino y por un momento, a pesar del ruido, sentí tranquilidad, respiraba disfrutando cada segundo.

-¿Sam?- preguntó alguien detrás de mí, volteé a ver y era Bruce y de su mano iba colgada una chica morena, demasiado hermosa a decir verdad.

-Esto tiene que ser una broma...- susurré para mí misma. Intenté seguir mi caminó pero corrió hasta llegar a mí.-¿Qué quieres?- pregunté molesta y cansada de que se apareciera en todos lados.

-¿Podemos hablar? - preguntó.

-¿Y tu cita?- volteé hacia la chica pero ya no estaba.

Bufó.

-No era una cita, era la hija de Sus. - su rostro cambió a uno completamente decaído. Se volvió cabizbajo y respiró hondo antes volver a hablar.- Sus está en el hospital.

Mi quijada chocó contra el suelo y mis ojos se abrieron como platos.

-¿Cómo que está en el hospital?- pregunté sin entender y sobre todo sin querer creer lo que decía. La preocupación invidiendome.

-Tuvo un pequeño colapso en la tarde. Intenté avisarte pues sé cuánto la quieres pero no respondías. - adentró sus manos en sus bolsillos.- salí por algo de comer para mis padres y traje a Rebecca para distraerla.

-¿Y donde está?- pregunté buscándola con la mirada.

-Volvió al hospital. Necesitaba hablar contigo.

-Quiero ver a Sus.- le pedí y asintió empezando a guiarme hasta el hospital.

Llevaba mi corazón en un puño a través de los blancos e infinitos pasillos del hospital. Nos detuvimos frente a una guerra de color marrón con el número 453 escrito en ella

Al entrar a la habitación Sus se encontraba hablando con su hija y al verme sonrió.- Mi niña- extendió su mano hacia mi.

No pude evitar llorar al ver todas las máquinas y tubos en ella.

-Sus...- susurré acercándome a ella. Su hija se levantó y salió de la habitación. Me senté en la silla junto a la cama y tomé su mano.-¿Qué te pasó?

-La vida no espera nada, mi niña, el tiempo corre sin detenerse. Ya estoy algo vieja.- intentó reír pero comenzó a toser.

Mi preocupación aumentó y Bruce le sirvió un vaso con agua. La ayudé a tomárselo y volví a mi lugar.

-Todo estará bien.- le aseguré.- solo debes ser fuerte, Sus, debes ser fuerte. Por favor.- las lágrimas continuaron cayendo sin cesar.

-Prometeme que si no lo logro cuidaras de este cabezón.- señaló a Bruce y vi como una lágrima traicionera escapó de su rostro y salió de la habitación.

-Lo vas a lograr. Lo tienes que lograr.- tomé su mano con más fuerza.

Estuve hasta tarde con ella hasta que llegó la hora de irme. Bruce se ofreció a acompañarme hasta mi coche y acepté.

-Todo estará bien.- me aseguró tomando mi rostro entre sus manos y limpiando cualquier rastro de lágrimas que existiese.- Es fuerte, creeme, luego de un par de porrazos nunca lo dudarás.- bromeó y reí un poco.

Sin dudarlo lo abracé, necesitaba aquel gesto y de cierta forma en aquella acción sentía paz.

Al separarnos planté un beso en su mejilla.

-Buenas noches, Bruce.- le sonreí y él hizo lo mismo.

-Buenas noches Sam.

Subí a mi coche y regresé a casa. Todo se encontraba a oscuras, al parecer estaban dormidos.

-¿Dónde estabas?- preguntó Michael apareciendo a traves de las escaleras.

-En el hospital.- dije sin más y caminé hasta la cocina.

-¿Qué? ¿Qué te pasó?- preguntó preocupado, revisandome de pies a cabeza.

-Nada.- lo alejé. - Visitaba a Sus, la nana de Bruce, tuvo un accidente y fui a verla.

Suspiré.

-Buenas noches.-Tomé una manzana y subí a mi cuarto.

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La primera vez © [Silentium I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora