Capítulo 24

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Cuando Bruce fue a dormir no tenía nada que hacer, así que continué buscando algo que pudiese servirnos y... lo encontré.

Una caja fuerte en la oficina del señor Johnson. Había estado toda la noche intentando abrirla y no lo logré.

-Espero que las películas sirvan de algo...- dije empezando a buscar por todos lados algo para abrirla y por supuesto eso incluía revisar los libros de la estantería.-¡Bingo!- chillé al encontrar lo que parecía ser la clave dentro de un libro.

Escuché a Bruce bajar las escaleras y corrí hasta él.

-¡Corre!¡ven!- chillé con una enorme sonrisa tomándolo del brazo y llevándolo hasta la oficina.

-Oye, oye... Primero invitame un café, ¿no?- rió un poco y rodé los ojos.

Le mostré lo que había encontrado y entre los dos la abrimos. Estaba llena de papeles de la empresa de los Johnson, algo de dinero, y una cajita de terciopelo pequeña, Bruce la abrió y dentro estaba el anillo más hermoso que había visto en mi vida.

-¿Y esto qué?- preguntó retóricamente y me encogí de hombros.

- ¿por qué tiene tanto dinero aquí?- pregunté. Realmente tenía demasiado dinero guardado allí.

-Tal vez para comprarse un cerebro. El que le tocó está medio chueco.- dijo sin apartar la vista de los papeles.

-Mira..- llamé su atención y saqué unas pequeñas llaves que había al fondo de la caja fuerte.-¿De qué serán?- le pregunté.

-Puede ser de lo que sea.

Suspiré.

-Prepararé algo de comer, ¿Qué se te antoja?

Dejó los papeles a un lado y caminó hasta mi.

-Lo que se me antoja está frente a mí...-sonrió tomándome de la cintura y besándome.

Correspondí a su beso, al inicio era lento, tierno, lleno de emociones y juro que me derretía con cada roce, pero entonces mis manos se enredaron en su cabello y el beso se tornó más lujurioso, demandante. Intentaba seguirle el ritmo. Llevó sus manos a mi espalda baja y me acercó más a él. No sé en que momento me tomó de los muslos y me hizo sentar sobre el escritorio. Recorrí cada parte de su abdomen bastante definido y llevó una mano a mi nuca para evitar que me alejara. Mordió mi labio inferior y se separó por falta de aire.

Su respiración era irregular y yo solo intentaba contenerme para no volver a besarlo y dejarlo recuperarse. Lo necesitaba, necesitaba sentirlo cerca, sus labios, sus caricias. Pegó su frente a la mía y como si estuviésemos conectados ambos sonreímos.

Besó mi nariz.
-No sabes como te extrañaba.- soltó de pronto y podía sentir mis mejillas arder.

Besé su mejilla.- yo también.- confesé y me miró con evidente sorpresa. Reí por su expresión y lo empujé un poco para poder bajar del escritorio.- iré a preparar tu comida.- iba a empezar a caminar cuando tomó mi brazo y me hizo regresar.

-Te quiero...- susurró en mi oído y juro haberme derretido en sus brazos. Plantó un casto beso en mi frente y me dejó libre.

Con una sonrisa caminé hasta la cocina para preparar algo. Opté por preparar algo de lasaña, abri la alacena y busqué los ingredientes, extrañamente este lugar estaba bien equipado. Parecía un supermercado, había de todo lo que pudiese imaginar.

Tomé lo que necesitaría e iba a salir cuando algo brilló dentro del cuartito. Volví a entrar y busqué que había sido hasta que detrás de una de las estanterías encontré una puerta cerrada con candado y diversas cerraduras.

La primera vez © [Silentium I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora