Capítulo 47

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Terminé de colocarme mi labial y me posicioné frente al espejo para asegurarme de que todo estaba en orden.

Tomé el saco y salí de la habitación, empecé a bajar las escaleras al tiempo que me colocaba el saco pero en ese momento todos voltearon a verme y apartaron la vista al instante pero uno de ellos no y Michael lo notó

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Tomé el saco y salí de la habitación, empecé a bajar las escaleras al tiempo que me colocaba el saco pero en ese momento todos voltearon a verme y apartaron la vista al instante pero uno de ellos no y Michael lo notó.

-Es una preciosura, ¿no?- le preguntó Michael e intercambié miradas con Darien. Ambos sabíamos que esto no era bueno.

-No lo sé, señor.- dijo el chico con la mirada clavada al suelo.

Se le notaba nervioso. Parecía no tener más de 16 pero ya era vampiro y estaba en manos del peor de todos.

-¡RESPONDE!- bramó Michael sorprendiéndonos a todos.

-Si señor, es m-muy herm-mosa.

-¿La deseas?

-Es su mujer, señor.- dijo el chico mirándolo como si hubiera enloquecido.

-Michael, es tarde, de....

-Shh...- me siseó y rodé los ojos.-estoy hablando con mi amigo...

-Mark...- completó inseguro el chico.

-Mark...- repitió Michael. - es un gran nombre, Mark...- sonrió peor que el guasón y suspiró.- bueno, creo que ya vamos tarde, ¿no Mark?- preguntó y el chiquillo asintió repetidas veces.  Michael bufó.- Matalo Darien.-soltó sin más y me tomó de la mano para empezar a caminar.

Definitivamente había enloquecido.

-Es un niño, Michael.- hablé y volteó a verme una vez estuvimos en el ascensor.

-Miró a mi mujer- se encogió de hombros, onrió y voltemos a ver al chico justo cuando su cabeza y extremidades fueron despegadas de su cuerpo.

Una hora después bajamos del auto y Michael se acercó rápidamente a mí. Lo miré mal.

-¡Ay, ya amor! No seas tan dramática.- rió y me colocó una capa. La miré y en la derecha tenía un escudo, el escudo de los Labrot. Lo miré sin entender.-Bienvenida a la familia Labrot.-se hizo a un lado y frente a nosotros había una mansión y habían muchas personas en dos columnas a lo largo de la entrada.

Caminamos hasta la entrada, y atravesamos una puerta a la izquierda que nos condujo a un inmenso pasillo.

-¿A donde vamos?- pregunté intentando zafarme de su agarre pero me tomó con más fuerzas y nos detuvimos en la puerta al final del pasillo.

Las puertas se abrieron de par en par y nos adentramos al salón. Habían personas bailando, otros hablando, pero mi vista cayó sobre todo en 8 sillas justo al fondo del gran salón, pero más aún en las personas sentadas en ellas.

Eran los hermanos Labrot, los reconocía por la fotografía y como sospechaba quien creí que era "Stephano Colleman" durante toda mi vida, también estaba sentado.

La primera vez © [Silentium I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora